
Elementos como la pijama, la ropa de cama y el color de la habitación son parte fundamental del entorno de descanso, los cuáles, al ser profundamente personales, reflejan tanto el estilo como las preferencias de cada individuo, sin embargo, más allá del gusto personal, los colores de estos elementos también tienen un impacto importante en la calidad del descanso.
Cuando se habla de colores que favorecen el sueño, generalmente los enfoques se centran en las tonalidades recomendadas para los muebles, las cortinas o las paredes, sin embargo, en el caso de la pijama, aunque parezca un detalle superfluo, dado que los colores tienen un efecto significativo en el estado de ánimo, las emociones y hasta en los procesos fisiológicos del cuerpo, esta prenda no está exenta de la capacidad de influir directamente en la calidad del sueño
Según la psicóloga Jay Vera Summer, de la Fundación Estadounidense del Sueño, aunque el mejor ambiente para dormir es la oscuridad total, algunos colores ayudan a promover un estado de calma y positividad antes de acostarse, por lo que se recomienda estar en contacto con ellos. En relación a esta premisa, una investigación titulada “Neuropsicología del color” publicada por la Universidad de Granada, detalla que los colores cálidos tienden a ser estimulantes y promueven un estado de alerta, mientras que los colores fríos son asociados con la calma y la relajación, así como con conceptos de moderación y poco vitales.
“Cuando se trata de dormir, es una buena idea no excederse en la exposición a colores más estimulantes justo antes de acostarse”, declaró Constance Hart para Forbes, experta en cromoterapia y fundadora de Conscious Colors y Color Aroma .
¿Cuáles son los colores que favorecen el descanso?

Geoff McKinnen, coach de sueño certificado en Amerisleep, explicó para la revista Forbes que el azul es uno de los colores más efectivos para promover la relajación, ya que tiene un impacto directo en el cerebro gracias a las células ganglionares presentes en la retina. Estas células procesan el color azul y envían señales al hipotálamo, una región del cerebro que, entre otras funciones, regula hormonas. Ahí, McKinnen comenta que, al no ser un color estimulante, el azul favorece la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, mientras disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
En este mismo contexto, según una encuesta aplicada por Travelodge, citada por Vera Summer, las personas que tienen dormitorios pintados de azul disfrutan de un promedio de sueño más prolongado en comparación con quienes eligen otros colores, pues provoca en el cerebro sensaciones de calma, seguridad y satisfacción, un efecto que se debe, en parte, a su asociación con elementos naturales como el cielo despejado o el agua en calma, que evocan tranquilidad.
La especialista señala que, de igual manera, investigaciones llevadas a cabo por la Fundación del Sueño sugieren que el color azul puede reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial, por lo tanto, el color azul es el más recomendado para una pijama.
Después del azul, el verde, asociado con la naturaleza y la esperanza, también es un color que favorece el descanso. Según Vera Summer, este tono tiene un efecto relajante y evoca sensaciones de paz, amplitud y felicidad, sin embargo, se recomienda optar por tonalidades verdes con matices azulados, como los tonos pastel o aqua, ya que los verdes más cálidos, con tintes amarillos, generan energía en lugar de relajación.
El blanco, un color clásico en la ropa de dormir, simboliza limpieza, pureza y paz. Según la psicóloga Vega Pérez-Chirinos, colaboradora en la revista CuerpoMente, este tono promueve un estado mental despejado, libre de distracciones que facilita la concentración y el enfoque, además, gracias a su capacidad para evocar serenidad y tranquilidad es una opción ideal para quienes buscan un descanso reparador.
Con este mismo objetivo, Amaia Elías, fundadora del estudio de decoración Amai Studio, comentó para la revista Vogue, que lo mejor es usar colores tierra para brindar calma en una habitación. “En la ropa de cama las combinaciones de colores neutros en todas sus gamas son los más recomendables: los grises suaves, beiges, tierras, azules lavados, verdes grisáceos”, añadió Domingo Delgado, psicólogo experto en coaching de imagen y psicología del color.
¿Cuáles son los colores que no se recomiendan para las pijamas?

En contraste con lo anterior, no todos los colores son adecuados para promover un sueño reparador, por ejemplo, según Geoff McKinnen, el marrón es un color sombrío que puede aumentar la tristeza subconsciente y generar inquietud, en lugar de favorecer el descanso. Por otro lado, Suzy Chiazzari, consultora de cromoterapia y fundadora del Instituto de Diseño Holístico, advirtió en Forbes que el morado, aunque elegante, fomenta la lucidez mental y puede provocar sueños vívidos que algunas personas encuentran perturbadores.
De igual manera, la especialista sugirió evitar los tonos cálidos intensos, como el naranja brillante y el rosa fuerte, ya que tienden a ser estimulantes y dificultan la relajación. Esto es porque, al estar en el extremo más cálido del espectro, dichas tonalidades pueden generar un exceso de energía antes de acostarse, lo que interfiere con la preparación del cuerpo para el sueño.
Aunque las investigaciones específicas sobre la relación entre el color del dormitorio y la calidad del sueño son limitadas, los datos disponibles respaldados por la Psicología del color permiten conjeturar sus efectos. El espectro de luz visible incluye una amplia gama de longitudes de onda que provocan reacciones psicológicas en los individuos, quienes, a pesar de las diferencias sociales o culturales que puedan definir los significados de cada tono, responden de manera similar a los estímulos cromáticos.
“Los colores reflejan longitudes de onda de luz en los ojos que afectan los biorritmos (como el ritmo circadiano y el ritmo diurno) y el reloj biológico”, afirma Chiazzari. “Las vibraciones de luz [de los colores] también afectan todas las funciones primarias, así como el estado de ánimo y las emociones. Por lo tanto, los colores a los que nos exponemos antes de cerrar los ojos tienen un impacto directo en la calidad del sueño”, señaló.