
En las últimas décadas, el debate sobre la moralidad y ética que envuelve la tauromaquia ha desatado campañas a favor y en contra de las corridas de toros. Mientras unos argumentan que se trata de una tradición y cultura; para otros, al menos el 70% de los mexicanos, se trata más de un espectáculo que promueve el maltrato animal para el entretenimiento de sus adeptos.
En México, congresos locales han comenzado a tocar el tema de esta actividad analizando la parte cultural y, sobre todo, el trato que se le da al toro de lidia, las afecciones que puede tener al sector ganadero y empresarial, así como las voces de aquellos activistas que velan por los derechos de los animales.
La discusión sobre las corridas ha generado intensos debates en redes sociales, pero sobre todo entre los políticos del país pues son ellos quienes tienen el alcance para determinar si se prohíben o pueden continuar.
Lo anterior dio pie a una nueva propuesta por el Congreso de la Ciudad de México que, a grandes rasgos se puso de lado de los antitaurinos con 61 votos a favor, 1 en contra y 0 abstenciones para que se pueda continuar con este espectáculo, pero sin violencia.

¿Qué opinan los mexicanos sobre las corridas de toros?
De acuerdo con los datos arrojados por una encuesta de Enkoll para El País, hasta un 72% de las personas encuestadas indicó que están totalmente en contra de que se sigan llevando a cabo estas exhibiciones pues son considerados como actos de crueldad hacia seres sintientes.
Según sus resultados, no se trata de edad ni de género pues hombres y mujeres, puntualmente de 25 a 34 años, alcanzaron un 82% en el rechazo de la continuidad de las corridas como las conocemos. Por su parte, la muestra que se mostró un poco más optimista a la tauromaquia fueron las personas mayores de 65 años, aunque incluso en este rango de edad ganó con un 62% aquellos que se oponen.
Debido a la negativa, tanto de las autoridades como de un gran sector de la población, los amantes de las corridas de toros alzaron la voz y exigieron que, en caso de que sean prohibidas totalmente, entonces se debería suspender toda actividad que esté relacionada con la explotación de cualquier especie animal. Asimismo, afirman que para el ecosistema el toro de lidia no tiene ninguna función real pues son criados únicamente para servir en estos eventos.

Argumentan, además, que no solo se trata de lastimar al animal sino que es una muestra de ‘arte’ pues a lo largo de los años diversos artistas se han inspirado en la fiesta brava para poder crear pinturas y esculturas, por lo que cambiar las reglas de la tauromaquia le restaría su identidad.
En la encuesta se determinó que:
- Mujeres: 22% a favor | 77% en contra
- Hombres: 32% a favor | 67% en contra
Afinidad política
- PAN 30% a favor | 68% en contra
- Morena 25% a favor | 74% en contra
- MC: 32% a favor | 68% en contra
- Sin partido 19% a favor | 79% en contra
Por edades
- 18 a 24 años: 21% a favor | 77% en contra
- 25 a 34 años: 17% a favor | 82% en contra
- 35 a 44 años: 29% a favor | 71% en contra
- 45 a 54 años: 32% a favor | 68% en contra
- 55 a 64 años: 33% a favor | 66% en contra
- 65+ años: 36% a favor | 62% en contra

¿Qué sucederá con los toros de lidia?
Aunque el 52% coincidió en que no es una opción exterminar a los toros y que ven con buenos ojos seguir con este espectáculo con ciertas medidas de protección, en junio del 2022 se desató una pelea entre seguidores y antitaurinos luego de que la asociación Justicia Justa, que describió las corridas como actos degradantes que violan los derechos de un medio ambiente sano.
Por ello, para el 2025, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, indicó que era necesario atender a ambas partes: primero, declaró que quedarían prohibidas las corridas de toros, pero sin que desaparezcan las exhibiciones; es decir, empresarios y ganaderos no tendrán que terminar con su negocio, solo que ahora deberá evitarse el dolor de los toros.
En ese sentido, el 66% de los encuestados indicaron que aceptan a la fiesta brava siempre y cuando se lleve a cabo sin ninguna clase de violencia. Si bien la primera corrida registrada en México se dio el 24 de junio de 1526 en un espectáculo dedicado a Hernán Cortés, presidentes como Benito Juárez y Venustiano Carranza sentaron un precedente en donde decidieron prohibirlas en 1867 y 1916, respectivamente.