Qué significa que una persona use muchas pulseras según la Psicología

Más allá de su apariencia, este accesorio influye en la construcción emocional y social, destacando como herramienta de autoexpresión y conexión emocional

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El impacto de estos accesorios
El impacto de estos accesorios aparentemente simples va mucho más allá de lo decorativo. (Archivo Infobae)

Las pulseras, en sus múltiples formas y significados, han trascendido su función decorativa y se les considera un reflejo de la diversidad cultural y emocional de la humanidad, ya que han adoptado un papel central en diversos ámbitos, desde tradiciones espirituales hasta un impacto en la Psicología de la Moda.

El uso de pulseras tiene una larga historia que abarca diferentes culturas y tradiciones. En la religión hindú, por ejemplo, las conocidas como kangan tienen un profundo significado espiritual pues, según las creencias, es “desfavorable” para una mujer llevar los brazos desnudos. Por otro lado, las pulseras de la amistad, popularizadas por los seguidores de la cantante Taylor Swift, conocidos como “swifties”, representan un fenómeno social que une a las personas a través de un accesorio simbólico que refuerza la idea de comunidad y pertenencia, demostrando cómo un objeto aparentemente cotidiano es también un emblema de conexión emocional.

Según un análisis publicado por la Sociedad Británica de Psicología, el fenómeno conocido como “cognición encubierta”, sugiere que los objetos que llevamos, como la ropa, las joyas o los accesorios, tienen el potencial de moldear nuestros pensamientos y emociones, dependiendo de su significado simbólico y del contexto en el que se utilicen.

De acuerdo con el estudio de Hajo Adam y Adam Galinsky, citado por la institución mencionada, no se debe confundir la “cognición encubierta” con la “cognición encarnada”, que se refiere a cómo el estado físico del cuerpo influye en los pensamientos. En el caso de las pulseras, su diseño, material y simbolismo desempeñan un papel crucial en la forma en que las personas se perciben a sí mismas y cómo se relacionan con los demás, pues se trata de herramientas de autoexpresión y elementos que refuerzan la identidad, ya sea a nivel personal o colectiva.

Las pulseras en la identidad personal y el autoestima

Swifties intercambian pulseras de la
Swifties intercambian pulseras de la amistad en el centro de la ciudad de Viena el jueves 8 de agosto de 2024. (AP/Heinz-Peter Bader)

El diseño de las pulseras ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, adaptándose a las tendencias y necesidades de cada época. Según Yina Lissete Santisteban Balaguera, maestra en Diseño por la Universidad de Palermo, estas piezas han pasado por innumerables transformaciones en cuanto a formas, colores, materiales y conceptos, desde metales preciosos como el oro y la plata hasta materiales como la madera y las semillas.

Santisteban destaca que esta evolución no solo responde a cambios estéticos, sino también a la necesidad de que los accesorios tengan un significado en la sociedad actual. La combinación de materiales como diamantes, hilo, acrílico o caucho vulcanizado refleja cómo se buscan equilibrar distintos conceptos en un mismo estilo, por lo que, como canal de autoexpresión, llevar muchas pulseras refleja creatividad, una mente abierta, curiosa y orientada hacia la exploración de nuevas ideas.

Por otro lado, el sitio especializado Fashion is Psychology explora cómo las joyas, incluidas las pulseras, son una extensión de la personalidad y un refuerzo de la autoestima. Según Diba Jedo, de la Universidad de Liverpool, las piezas de joyería diseñadas con un valor personal tienen un impacto significativo en la confianza de quien las lleva, un efecto que se intensifica cuando el accesorio tiene un significado emocional, ya que además de embellecer, refuerza la identidad de quien lleva, en este caso, las pulseras.

Aunado a ello, un estudio citado por el medio especializado señala que las personas tienden a adquirir accesorios que reflejan su identidad personal, premisa que se alinea con la investigación de Dittmar, Beattle y Friese, quienes explican que los productos simbólicos y autoexpresivos son más propensos a ser adquiridos de manera impulsiva, ya que satisfacen tanto necesidades emocionales como estéticas. Este fenómeno también se relaciona con la razón por la que las personas utilizan muchas pulseras en sus brazos, pues éstas se combinan y acumulan como una forma de destacar en la multitud y expresar una individualidad única, a su vez, alineada con recordatorios personales de experiencias, relaciones o creencias.

Un reflejo de la espiritualidad

Desde la protección hasta la
Desde la protección hasta la autoafirmación, el valor de este accesorio ha sido estudiado por algunas teorías de la psicología y adoptado en culturas alrededor del mundo. (Wikimedia/Zorka Sojka)

En muchas culturas, las pulseras también se asocian con propiedades protectoras y espirituales. Según la revista Glamour, las pulseras de protección han sido utilizadas durante siglos como amuletos para alejar las energías negativas y brindar seguridad en momentos de incertidumbre y aunque su origen se remonta a prácticas antiguas, han evolucionado para convertirse en accesorios de moda que combinan estilo y simbolismo.

Un ejemplo destacado es la pulsera de ojo de tigre, que se asocia con la fortaleza y la protección; de acuerdo a la tradición, se cree que esta piedra ayuda a promover la autoconfianza y a mantener un estado emocional y psicológico equilibrado.

Otra pieza significativa es la pulsera de chakras, utilizada como herramienta para equilibrar los centros de energía del cuerpo según las tradiciones hindú y budista. Este tipo de accesorio, además de su propósito espiritual, se ha integrado en el diseño contemporáneo, atrayendo a personas interesadas en el bienestar y la conexión con su interior.

En el ámbito psicológico, la búsqueda de la paz interior y el equilibrio emocional es esencial, por lo que muchos enfoques terapéuticos, como la psicoterapia existencial o el mindfulness, incorporan este tipo de elementos para ayudar a las personas a lidiar con el estrés, la ansiedad o la depresión, pues tienen la capacidad de otorgar seguridad y consuelo en momentos difíciles, ya sea por su valor emocional o espiritual.