
Oceana, organización dedicada a la protección de océanos, solicitó a la presidenta Claudia Sheinbaum la creación de una Zona de Salvaguarda que prohíba la explotación de hidrocarburos en aguas profundas del Golfo de México.
Según un informe presentado por la organización, la explotación de hidrocarburos en aguas profundas del golfo representa un riesgo significativo para la biodiversidad marina y las comunidades costeras que dependen de este ecosistema.
La propuesta de Oceana abarca una área de aproximadamente 346 mil kilómetros cuadrados, lo que equivale al 46% de la Zona Económica Exclusiva del Golfo de México y el Caribe Mexicano.
Según el informe titulado El Golfo de México más allá del petróleo: Propuestas para su protección, esta medida busca frenar la explotación petrolera en aguas profundas, una actividad que, según la organización, incrementa el riesgo de derrames y accidentes con graves consecuencias ambientales y sociales.
Un ecosistema único en peligro

El Golfo de México es hogar de más de 15 mil especies marinas, de las cuales un 10% son endémicas, lo que lo convierte en una de las regiones más biodiversas del mundo.
Según Mariana Reyna, coordinadora de Ciencia de Oceana, la creación de una Zona de Salvaguarda protegería especies de gran importancia biológica como ballenas, tortugas marinas y tiburones, además de especies clave para la pesca como huachinangos, meros, jaibas, robalos, atunes y langostas.
La Corriente de Lazo, una de las principales corrientes oceánicas del Golfo, desempeña un papel crucial en la conexión entre aguas profundas y someras, transportando nutrientes esenciales para la vida marina.
Sin embargo, esta misma corriente podría convertirse en un vehículo para la dispersión de petróleo en caso de derrames, lo que agravaría los impactos ambientales. Reyna destacó que especies como el cachalote, que utiliza las aguas profundas para alimentarse y migrar, dependen de este ecosistema para su supervivencia.
El informe de Oceana, citado por el medio especializado en periodismo ambiental, Mongabay, advierte que la explotación de hidrocarburos en aguas profundas, a más de 500 metros de profundidad, y ultraprofundas, a más de mil 500 metros, incrementa significativamente la probabilidad de accidentes.
Por cada 30 metros adicionales de profundidad, el riesgo de derrames o lesiones aumenta un 8.5%. Además, la dificultad para monitorear y controlar estos accidentes en zonas tan remotas agrava la situación.
Un ejemplo emblemático de los riesgos asociados a esta actividad es el derrame de la plataforma Deepwater Horizon en 2010, considerado el mayor desastre ambiental en la historia de Estados Unidos.
Este incidente causó la muerte de miles de especies marinas además de provocar daños ecosistémicos a largo plazo. Según la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica), especies como las tortugas marinas y los delfines sufrieron una drástica reducción en sus poblaciones, con impactos que podrían tardar décadas en revertirse.
El futuro del Golfo de México

La explotación petrolera no sólo afecta al medio ambiente, sino también a las comunidades humanas que dependen del Golfo de México. Según Oceana, más de 90 mil familias en los estados de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo viven de la pesca, una actividad que podría verse gravemente afectada por los derrames de petróleo.
La directora de Políticas Públicas de Oceana, Nancy Gocher, destacó que el Golfo es mucho más valioso como fuente de sustento y alimento que como proveedor de combustibles fósiles. También señaló que la implementación de una Zona de Salvaguarda sería una medida clave para combatir la crisis climática y garantizar los derechos humanos de las comunidades costeras.
Esta propuesta permitiría priorizar actividades sostenibles como la pesca ribereña y el turismo responsable, en lugar de arriesgar el bienestar de las personas en favor de intereses petroleros.
Durante la presentación del informe, la directora ejecutiva de Oceana, Renata Terraza, subrayó que la presidenta Sheinbaum tiene una oportunidad histórica para proteger el Golfo de México mediante la declaración de esta Zona de Salvaguarda.
Terrazas argumentó que esta medida no sólo coincide con los compromisos del gobierno actual en materia de soberanía energética y alimentaria, sino que también representa una acción concreta para mitigar los efectos del cambio climático.
Según Mongaby, la propuesta de Oceana también se alinea con la política implementada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde el inicio de su administración dejó de otorgar contratos para la exploración en aguas profundas debido a la baja producción de barriles.
De acuerdo con Terrazas, cerrar estas áreas a la explotación petrolera permitiría alcanzar metas climáticas y proteger la biodiversidad marina, al mismo tiempo que beneficiaría a las comunidades costeras más vulnerables.