
En el marco del Día Mundial de la Obesidad, el cual se conmemora el 4 de marzo, especialistas y organizaciones han reflexionado sobre la importancia de esta condición médica, por lo que han hecho un llamado a utilizar este mes como espacio de reflexión sobre el impacto de la obesidad y el sobrepeso en la salud de las personas y cuáles son los puntos críticos de la misma en el país y en el mundo.
Según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 más de mil millones de personas en todo el mundo vivían con esta condición, una cifra que sigue en aumento y que plantea desafíos significativos para los sistemas de salud globales. En el caso de México, la situación es particularmente alarmante, ya que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), el 36,9% de los adultos mayores de 20 años padecen obesidad.
El panorama a futuro no es alentador. Según el Atlas Mundial de Obesidad 2024, se estima que para 2030 esta cifra podría alcanzar el 45% de la población adulta mexicana. Este incremento proyectado no solo representa un desafío para el sistema de salud, sino que también pone en riesgo la calidad de vida de millones de personas.
En este sentido, el doctor José Antonio Castañeda, cirujano bariátrico y metabólico, advirtió que que “8 de cada 10 mexicanos tienen obesidad abdominal, lo que constituye una bomba de tiempo para órganos vitales como el corazón y el hígado”.

La obesidad: más que un problema de dieta y ejercicio
Aunque la prevención sigue siendo un pilar fundamental en la lucha contra la obesidad, los expertos coinciden en que las estrategias convencionales, como la dieta y el ejercicio, no siempre son suficientes. Según explicó el doctor Castañeda a Infobae México, “pensar que la obesidad se resuelve solo con dieta y ejercicio es un error, pues estamos hablando de una enfermedad compleja que puede reducir la esperanza de vida hasta en 14 años si no se trata de manera adecuada”.
En este sentido, el especialista subrayó la importancia de un enfoque multidisciplinario que incluya no solo nutrición y psicología, sino también intervenciones quirúrgicas cuando sea necesario. En este contexto, la cirugía bariátrica ha emergido como una herramienta eficaz para tratar casos de obesidad severa y sus comorbilidades asociadas, como la diabetes tipo 2 y la hipertensión.
Ante este hecho, el especialista también criticó la desinformación como una de las causas que lleva a las personas a “tomar decisiones rápidas para encontrar una salida rápida”, lo que no solo los aleja de la mejor solución, sino que también les lleva a adquirir productos y procesos que podrían comprometer su salud.
Innovaciones en cirugía bariátrica: el Bypass tipo SASI
Entre las técnicas quirúrgicas más avanzadas, destaca el Bypass tipo SASI (Single Anastomosis Sleeve Ileal), un procedimiento que combina los beneficios de la manga gástrica y el bypass gástrico. Según el Dr. Castañeda, esta técnica ofrece resultados duraderos con menores complicaciones nutricionales y una recuperación más rápida en comparación con otros procedimientos.
El especialista señaló que este método es especialmente recomendable para pacientes con obesidad severa o diabetes tipo 2, ya que no solo facilita la pérdida de peso, sino que también mejora significativamente la calidad de vida.
“Hemos visto una amplia mejoría en la calidad de vida de los pacientes, quienes en la mayoría de los casos logran reducir o incluso eliminar el uso de medicamentos para la diabetes o la hipertensión”, afirmó.

Impacto de la cirugía bariátrica en las comorbilidades de la obesidad
La cirugía bariátrica no solo se limita a la pérdida de peso, sino que también tiene un impacto profundo en las enfermedades relacionadas con la obesidad. Según los datos disponibles, procedimientos como el bypass gástrico y la gastrectomía en manga laparoscópica han demostrado ser efectivos para reducir la resistencia a la insulina, mejorar la función de las células beta y disminuir el riesgo cardiovascular a largo plazo.
En pacientes con diabetes tipo 2 mal controlada, la remisión de la enfermedad tras una gastrectomía en manga gástrica ha sido significativa. Este procedimiento, asociado con una disminución en la resistencia a la insulina y una mejora en la respuesta temprana de insulina, ofrece una alternativa prometedora para quienes no han logrado controlar su condición mediante tratamientos médicos convencionales.
Por su parte, el doctor Castañeda enfatizó la necesidad de cambiar la percepción de la obesidad, por lo que apuntó que es importante dejar de verla como un problema estético para reconocerla como una crisis de salud pública. “Es momento de dejar de ver la obesidad como un problema de estética y reconocerla como la crisis de salud más urgente de nuestro tiempo”, concluyó.

A medida que las cifras de obesidad continúan en ascenso, los expertos coinciden en que es fundamental implementar estrategias integrales que combinen prevención, tratamiento médico y quirúrgico, y educación para la población. Solo así será posible frenar el impacto de esta enfermedad crónica que amenaza con convertirse en una de las mayores crisis de salud del siglo XXI.