En sólo 16 años, el CJNG llevó a otro nivel de crueldad los métodos criminales aprendidos de Los Zetas

De San Fernando a Teuchitlán: Los Zetas y el CJNG, responsables de la violencia y brutalidad que se disparó en las últimas dos décadas

Guardar
CJNG y Los Zetas Foto:
CJNG y Los Zetas Foto: Infobae México / Jesús Abraham Avilés

En septiembre de 2011 los cuerpos de 23 hombres y 12 mujeres fueron encontrados junto a dos camionetas abandonadas cerca de una plaza de Boca del Río, Veracruz; tenían un narcomensaje dirigido contra el cártel de Los Zetas. No fue esa la primera aparición de Los Mata Zetas, pero sí el inicio del grupo criminal en el que se convertiría el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Apenas unos meses atrás (22 de agosto de 2010) un grupo de sicarios que se identificó como integrantes de Los Zetas interceptó un camión en el que viajaban migrantes de Centro y Sudamérica; los secuestraron y los llevaron a una bodega abandonada del municipio de San Fernando, Tamaulipas; les ofrecieron integrarse a las filas del grupo criminal que enfrentaba una guerra contra el Cártel de Sinaloa y su brazo armado, Los Mata Zetas; se negaron y en respuesta 58 hombres y 14 mujeres fueron asesinadas con un disparo en la cabeza.

“El CJNG ha llevado a un nivel de profesionalismo y de sofisticación las prácticas crueles de Los Zetas”, señaló Jorge Ramírez, doctor en Ciencias Sociales e investigador en el Departamento de sociología de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

La Masacre de San Fernando fue descubierta por las autoridades gracias a que Luis Freddy, un joven ecuatoriano que viajaba con el grupo secuestrado por Los Zetas, fingió su muerte y logró escapar con una herida de bala que le entró por el cuello y le salió por la mandíbula. Caminó toda la noche y en la mañana del 23 de agosto se encontró con dos marinos, les dijo lo que había pasado y éstos dieron parte a sus superiores. Para el 24 de agosto de 2010 las autoridades encontraron los 72 cuerpos apilados en el ejido El Huizachal.

El 24 de agosto de
El 24 de agosto de 2010 militares encontraron a 72 migrantes asesinados en un rancho aislado en El Huizechal, municipio de San Fernando, Tamaulipas (Foto: AFP)

De Los Mata Zetas al CJNG

Nemesio Oseguera Cervantes (El Mencho) inició su carrera criminal junto a la familia Valencia, líderes del Cártel del Milenio y fundadores de Los Cuinis. En el año 2008 Óscar Nava Valencia (El Lobo), aliado del Cártel de Sinaloa, forma el brazo armado de Los Mata Zetas para hacer frente al grupo de la última letra.

A mediados de 2009 Los Mata Zetas cometieron su primer crimen “oficial”. Asesinaron a tres hombres en Cancún, Quintana Roo, les colocaron bolsas de plástico en las cabezas y junto a ellos dejaron un mensaje: “Somos el nuevo grupo Mata Zetas y estamos en contra del secuestro y la extorsión y vamos a luchar contra ellos en todos los estados por un México más limpio”.

La historia de Los Mata Zetas cambió a partir del 29 de julio de 2010, cuando Ignacio Coronel fue abatido por el Ejército Mexicano; Nacho era el jefe de plaza del Cártel de Sinaloa en Jalisco y las facciones del Cártel del Milenio que lo seguían decidieron marcar distancia con los sinaloenses; sin embargo, no fue hasta el año 2013, con la detención de José Ángel Carrasco Coronel (El Changel) cuando Los Mata Zetas pasaron a llamarse CJNG.

Narcomanta CJNG contra el Mayo
Narcomanta CJNG contra el Mayo Zambada

La consolidación del CJNG

En apenas una década de historia el CJNG logró convertirse en el grupo criminal con mayor presencia en todo el país, además de ser el más violento.

Se apropió de las tácticas utilizadas por sus enemigos (Los Zetas); aunque afirmaba ir contra secuestradores y extorsionadores, fue a base de estos delitos como logró afincarse en 28 estados del país; utilizó las redes sociales para “hacer publicidad” de su violencia difundiendo videos de ejecuciones y mostrando su poderío bélico en cada oportunidad.

Las narcomantas y los decapitados se convirtieron el sello del CJNG. También durante su década de vida se dispararon las desapariciones (más de 122 mil al día de hoy). Jalisco, su centro operativo y financiero, es el estado con más personas desaparecidas, el lugar donde se encontraron 186 hornos de cremación y fosas clandestinas en los últimos 6 años.

Al CJNG se le responsabiliza de secuestros al azar, reclutamiento forzado, canibalismo en rituales de iniciación, homicidio y, entre otros delitos, desaparición de los cuerpos de sus víctimas, ya sea en hornos, fosas o disueltos en ácido, como siguiendo la falsa premisa de que “sin cuerpo no hay delito”.

“Se puede comprobar la desaparición y el homicidio aún sin la presencia de los cuerpos. Sino fuera así, los pozoleros (personas que disuelven los cadáveres en organizaciones criminales) no cometerían delito porque al no haber cadáver no hay delito, pero sí hay manera: con videos, dictámenes periciales y testigos”, declaró el académico Gilberto Santa Rita en un estudio realizado por la Universidad Iberoamericana.

La semana pasada se encontró un campo de exterminio en el municipio de Teuchitlán, Jalisco. A diferencia de la masacre de San Fernando y a 15 años de distancia, en el lugar no se encontraron cuerpos, pero sí restos humanos y artículos personales, entre ellos más de 200 pares de zapatos.