
El periodista Ricardo Raphael puso en duda la coincidencia entre el anuncio del fallecimiento de Isabel Miranda de Wallace y la inminente publicación de nuevas revelaciones sobre el caso Wallace, incluido su propio libro, Fabricación, resultado de seis años de investigación periodística.
La fundadora de la organización civil Alto al Secuestro habría muerto el sábado 8 de marzo por complicaciones derivadas de una cirugía, según reportó el periodista Antonio Nieto. No obstante, Raphael considera que el contexto temporal del deceso resulta, en sus palabras, “intrigante”.
Durante una entrevista con Rompeviento TV, el periodista recordó que ese mismo día del anuncio de su muerte se publicó su columna en el diario Milenio, en la que anunciaba el lanzamiento del libro, el cual documenta irregularidades en el proceso judicial por el supuesto secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace.

Además, señaló que en unos días, una testigo clave será llamada a declarar ante el juzgado. Según explicó, Claudia Muñoz —madre de una de las personas procesadas por el caso— fue convocada a testificar desde el consulado de Oklahoma. Su declaración, afirmó el comunicador, podría desestimar el argumento central del expediente: la presunta muerte de Hugo Alberto Wallace.
Y es que la mujer ha sostenido públicamente que habló por teléfono con él después de la fecha en que se reportó su desaparición, lo que, de ser ratificado judicialmente, pondría en entredicho la narrativa oficial de qué fue lo que pasó.
Testimonio, libro y funeral
Raphael narró que, tras conocer el reporte del fallecimiento de Miranda de Wallace, contactó directamente al periodista Antonio Nieto, quien fue el primero en dar a conocer la información, para hacer una verificación.
El reportero le indicó que su fuente era un familiar cercano de la activista, quien pidió que su nombre no fuera revelado. También señaló que no tenía certeza sobre la hora exacta del fallecimiento ni sobre la naturaleza de la operación que habría motivado su hospitalización.

El periodista añadió que el funeral se realizó el domingo en el velatorio Gayoso de Avenida de Imán, en el sur de la Ciudad de México, en un acto discreto y con escasa presencia pública. Según su descripción, hubo algunas coronas enviadas por funcionarios del gobierno federal, entre ellas una de la Secretaría de Gobernación, pero el ataúd no fue abierto y el cuerpo fue cremado pocas horas después de la ceremonia religiosa. Aunque afirmó que la familia se mostró visiblemente afectada, también subrayó que la falta de elementos verificables dificulta confirmar de manera independiente los hechos.
“Doy por cerrado el ciclo”, dijo Raphael en referencia a su decisión de asumir el fallecimiento como un hecho consumado, aunque matizó que la coincidencia temporal con el lanzamiento de su investigación es difícil de ignorar. “La coincidencia más afortunada imaginable”, expresó durante la entrevista, en alusión al momento en que se dio a conocer la noticia.
Fabricación: una investigación periodística sobre el caso Wallace
El libro Fabricación, que llegará a librerías el 13 de marzo, reúne más de 500 páginas y se apoya en un acervo documental compuesto por más de 1,200 archivos, entre entrevistas, expedientes judiciales y reportes periciales. La edición incluye un código QR que da acceso al material completo consultado durante la investigación.

Rricardo Raphael sostiene que el caso Wallace es representativo de las fallas estructurales del sistema de justicia en México, al mostrar los mecanismos mediante los cuales el poder institucional puede fabricar culpables y distorsionar procesos penales. También recordó que el caso tuvo respaldo político desde el inicio, particularmente durante el sexenio de Felipe Calderón, lo que, a su juicio, explica el poder que Miranda de Wallace mantuvo durante dos décadas.
En su análisis, el periodista sostiene que el caso no solo expone la actuación de una figura individual, sino que ilustra la capacidad del aparato judicial para producir narrativas oficiales sin sustento sólido, mediante la manipulación de pruebas, la omisión de testimonios relevantes y el uso sistemático de la tortura como método de incriminación.
“El caso Wallace es uno de los expedientes que mejor explican las fallas de nuestro sistema de justicia”, señaló Raphael. A su juicio, este caso funciona como un retrato del modelo institucional que ha permitido —y sigue permitiendo— el encarcelamiento de personas sin pruebas concluyentes y sin procesos imparciales.