
El orégano, conocido principalmente como un ingrediente esencial en la gastronomía, también se destaca por sus propiedades medicinales, especialmente en el ámbito de la salud digestiva. Según informó un análisis basado en diversos estudios científicos, esta hierba contiene compuestos bioactivos como aceites esenciales, flavonoides y ácidos fenólicos, que han demostrado tener efectos positivos en el sistema digestivo. Estas propiedades no solo mejoran la digestión, sino que también ayudan a prevenir y tratar diversas afecciones gastrointestinales.
Propiedades antibacterianas y antimicrobianas del orégano
Uno de los beneficios más destacados del orégano es su capacidad para combatir bacterias y microorganismos dañinos en el tracto gastrointestinal. De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Applied Microbiology, los compuestos carvacrol y timol, presentes en esta hierba, poseen propiedades antibacterianas y antimicrobianas.
Estos componentes han demostrado ser efectivos para inhibir el crecimiento de bacterias como Escherichia coli y Salmonella, responsables de infecciones gastrointestinales comunes. La reducción de estas bacterias patógenas no solo mejora la salud digestiva, sino que también previene complicaciones como diarreas o infecciones más graves.

Efectos antinflamatorios en el sistema digestivo
Este ingrediente también se ha relacionado con la reducción de la inflamación en el tracto digestivo, un factor clave en el manejo de trastornos como el síndrome del intestino irritable (SII) y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
Según un artículo publicado en el Journal of Medicinal Food, el ácido rosmarínico, un compuesto fenólico presente en el orégano, puede disminuir la producción de citoquinas proinflamatorias. Este efecto antiinflamatorio contribuye a aliviar los síntomas asociados con estas afecciones crónicas, como el dolor abdominal y la inflamación persistente, mejorando así la calidad de vida de quienes las padecen.
Mejora de la motilidad intestinal
Otro de los beneficios destacados del orégano es su capacidad para favorecer la motilidad intestinal, es decir, el movimiento del contenido digestivo a lo largo del tracto intestinal. Los aceites esenciales del orégano tienen un impacto positivo en la regulación del tránsito intestinal.
Este efecto es especialmente útil para prevenir problemas como el estreñimiento y la indigestión, lo que promueve una digestión más eficiente y cómoda.

Estimulación de la producción de bilis
Esta especia también desempeña un papel importante en la digestión de las grasas al estimular la producción de bilis en el hígado.
La bilis es esencial para la emulsificación y descomposición de las grasas, lo que facilita su absorción en el intestino delgado. Investigaciones realizadas en animales han sugerido que el consumo de orégano puede aumentar la secreción de bilis, lo que no solo mejora la digestión de alimentos grasos, sino que también podría prevenir la acumulación de grasa en el hígado, un factor de riesgo para enfermedades hepáticas.
Alivio de gases y distensión abdominal
El orégano también se ha destacado por sus propiedades carminativas, que ayudan a reducir la formación de gases en el tracto digestivo y a aliviar la distensión abdominal.
Según los estudios analizados, esta hierba puede disminuir la producción de gases y aliviar la sensación de plenitud, lo que resulta beneficioso para personas que experimentan digestión lenta, flatulencia o malestar estomacal. Este efecto contribuye a una experiencia digestiva más cómoda y sin molestias.