Qué dice la Psicología de las personas que siempre le echan la culpa a los demás por sus errores

La evitación emocional, la negación o el narcisismo generan un ciclo tóxico, alimentado por una falta de autoconciencia y una incapacidad para asumir responsabilidad por las propias acciones

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Las personas que nunca asumen
Las personas que nunca asumen sus errores dañan las relaciones de confianza a su alrededor. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En diversas situaciones de la vida, es común encontrarse con personas que, en lugar de asumir la responsabilidad de sus errores o fallos, prefieren señalar a otros como responsables de sus problemas, un patrón de comportamiento que puede parecer una forma de proteger el ego, pero es mucho más complejo de lo que parece y suele estar relacionado con factores como la inseguridad, la inmadurez emocional o la falta de autoconciencia.

Además de generar conflictos y desconfianza a nivel interno, este comportamiento también interviene en el desarrollo personal y las relaciones con los otros, pues las personas que interactúan con alguien que siempre culpa a los demás pueden sentirse manipuladas o injustamente tratadas, algo que, a largo plazo, evita que se construyan relaciones auténticas y basadas en el respeto mutuo

Esta conducta es bastante común en la infancia, cuando los niños, al enfrentarse a errores, buscan evitar el castigo culpando a otros, sin embargo, si esta estrategia no se supera y persiste en la adultez, limita la capacidad de desarrollar la autocrítica y asumir responsabilidades.

¿Echar la culpa es un mecanismo de defensa?

Las personas que habitualmente culpan
Las personas que habitualmente culpan a otros carecen de la humildad necesaria para reconocer sus fallos y aprender de ellos.

De acuerdo con un artículo del psicólogo Arash Emamzadeh, publicado en la revista de divulgación psicológica Psychology Today, el acto de culpar a otros responde a mecanismos psicológicos complejos, por ejemplo, este comportamiento se relaciona con la proyección, un mecanismo de defensa que consiste en negar características propias que generan ansiedad y atribuirlas a otras personas. A través de este proceso, quienes lo emplean reducen emociones negativas como la vergüenza, la culpa o la ira, al evitar enfrentarse a sus propios errores.

Además de la proyección, existen otros mecanismos que explican esta conducta. Particularmente, la revista Ethic detalla que algunas personas optan por el ataque como estrategia; en este caso, aunque son conscientes de haber cometido un error, deciden atacar a otros antes de que se les reclame responsabilidad.

Por otro lado, la evitación es otra respuesta común, en la que el individuo simplemente huye de la situación para no enfrentar las consecuencias de sus actos. De acuerdo con la revista especializada La Mente es Maravillosa, esta conducta es una respuesta desadaptativa al miedo y la ansiedad, muy utilizada por estas personas.

La negación también juega un papel importante en este contexto, pues según el centro especializado Clínica de Ansiedad, a través de este mecanismo el individuo invalida información desagradable o no deseada, actuando como si no existiera. Aunado a ello, Psychology Today añade que la negación es un proceso inconsciente con el que las personas se protegen a sí mismas del malestar emocional, aunque a largo plazo termina por impedir el aprendizaje y la superación personal.

Cómo se vincula con el narcisismo

El ciclo de negar las
El ciclo de negar las propias acciones y responsabilizar a los demás solo crea resentimiento y aislamiento.

Aunque generalmente se trata de mecanismos de defensa inconscientes, la tendencia a culpar a los demás también puede estar relacionada con el narcisismo y la falta de seguridad en uno mismo. Según La Mente es Maravillosa, algunas personas desarrollan un narcisismo excesivo como una forma de compensar sentimientos de inferioridad, lo cual se considera una paradoja, pues el individuo busca ser reconocido y amado, pero no realiza los esfuerzos necesarios para lograrlo. Al no obtener el reconocimiento deseado, culpa a los demás por sus fracasos.

En el caso de los narcisistas, este comportamiento tiene como objetivo proteger el ego, evitando que quede expuesto a la imperfección dado que reconocer un error implica aceptar que no siempre se tiene la razón, algo que algunas personas con baja autoestima no pueden tolerar.

Por otro lado, la publicación detalla que esta dificultad para aceptar los errores no proviene de un exceso de amor propio, sino de una profunda inseguridad, ya que quienes tienen confianza en sí mismos ven los errores como oportunidades de aprendizaje, mientras que quienes carecen de esta seguridad los perciben como amenazas a su valía personal.

Cómo evitar este comportamiento y asumir la responsabilidad

Reconocer los fallos y corregirlos
Reconocer los fallos y corregirlos le da al individuo el control sobre su vida y su desarrollo personal.

Para superar la tendencia a culpar a los demás, es fundamental comprender la diferencia entre culpa y responsabilidad, conceptos que usualmente se consideran equivalentes, no obstante, es una valoración errónea. Según el Centro de Psicología Canvis, la culpa tiene un papel importante en la regulación del comportamiento y en la promoción de la ética y la moral; desde una perspectiva evolutiva, la culpa fomenta la cohesión social al incentivar la cooperación y el respeto por las normas, sin embargo, este sentimiento tiende a centrarse en el pasado, atrapando a las personas en pensamientos negativos sobre lo que ya sucedió.

Por otro lado, la responsabilidad se enfoca en el presente y el futuro, la cual además implica reconocer las propias acciones y sus consecuencias, permitiendo tomar decisiones conscientes para cambiar o mejorar una situación. Según el Centro de Psicología Canvis, asumir la responsabilidad no significa evitar los errores, sino aprender de ellos y buscar soluciones para, entre otras cosas, promover el crecimiento personal, fortalecer la autoestima y la capacidad de tomar decisiones.

Adoptar una actitud responsable frente a los errores tiene múltiples beneficios, pues como explica el Centro de Psicología Canvis, este cambio de perspectiva permite tomar el control de la vida, enfocarse en soluciones y construir una autoestima más saludable, además, asumir la responsabilidad fomenta la libertad para ser uno mismo, ya que elimina la necesidad de buscar culpables y permite centrarse en el aprendizaje y la mejora continua.

Este cambio de mentalidad beneficia al individuo y sus relaciones interpersonales al fomentar la confianza y la comunicación abierta, pues entre otros beneficios, permitirá que se acepten los errores como parte del proceso de aprendizaje y fortalecerá la resiliencia, así como la capacidad de enfrentar desafíos.