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Una visita papal es un evento en el cual el representante de la Iglesia Católica realiza un viaje oficial a un país o región. Estas visitas suelen tener un carácter pastoral, diplomático o interreligioso, y buscan acercar la figura del pontífice a las comunidades católicas locales mientras promueven valores como la paz, la justicia y el diálogo.
La importancia de una visita papal radica en su impacto tanto en el ámbito religioso como en el social. Para millones de fieles católicos, representa un evento trascendental que refuerza su fe y los conecta directamente con el líder de su iglesia.
México ha recibido al máximo representante del vaticano en siete ocasiones, cinco de Juan Pablo II (1979, 1990, 1993, 1999 y 2002), Benedicto XVI en una ocasión en 2012, y la última estuvo a cargo del Papa Francisco quién llegó al país azteca el 12 de febrero de 2016 y durante seis días visitó la CDMX y los estados de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.
El comienzo de una visita muy esperada
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De acuerdo con información de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la última visita de un Papa a México comenzó a gestionarse desde 2014, cuando el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto visitó la Santa Sede en la Ciudad del Vaticano. En aquella ocasión, el mandatario mexicano le obsequió al Papa una imagen de la Virgen de Guadalupe, y una playera de la selección mexicana de fútbol, además de invitarlo al país, propuesta que el representante católico aceptó ese mismo día aunque aún no se hizo pública una fecha exacta.
Fue así, que el tiempo transcurrió sin alguna novedad sobre aquella invitación hasta que en 2015 durante la tradicional misa del 12 de diciembre alusiva a La Virgen de Guadalupe en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco anunció que visitaría México el 12 de febrero de 2016.
Desde el momento del anuncio comenzó a gestionarse la séptima visita papal en tierra azteca, la cuál contemplaría la visita de cinco ciudades, en la que se reunió con diferentes sectores de la sociedad mexicana: políticos y gobernantes, niños, jóvenes, indígenas, trabajadores, sacerdotes, adultos mayores, enfermos y presos, así como los migrantes y habitantes de las fronteras sur y norte del país.
La séptima visita papal a México
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El Papa Francisco llegó al Hangar Presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México el viernes 12 de febrero de 2016 a las 19:15 horas, donde fue recibido por el presidente Enrique Peña Nieto junto con su entonces esposa, Angélica Rivera, el nuncio apostólico en México Cristoph Pierre y el arzobispo anfitrión el cardenal Norberto Rivera Carrera.
Tiempo después, el Papa abordó su vehículo conocido como papamóvil para realizar un recorrido de 20 kilómetros para arribar a la sede de la nunciatura apostólica en la alcaldía Benito Juárez. Según cifras de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, unas 300 mil personas salieron a las calles de la capital por donde pasó el papa en papamóvil descubierto.
El sábado 13 de febrero a las 12:30 fue recibido con una ceremonia de bienvenida oficial en el Palacio Nacional en Ciudad de México en su carácter de jefe de Estado y visita de cortesía al presidente Peña Nieto.
“Es la primera ocasión en la que México recibe a un Pontífice en Palacio Nacional. El encuentro muestra la madurez que ha adquirido la relación entre México y la Santa Sede”, se lee en un comunicado de la SRE.
Al salir de la sede del poder ejecutivo, el representante de la iglesia católica recibió las llaves de la Ciudad de México de manos del entonces Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera a las afueras de la Catedral Metropolitana. Ese mismo día, el papa encabezó una misa en la Basílica de Guadalupe.
El 14 de febrero, el pontífice se trasladó al Estado de México, sobrevoló la zona arqueológica de Teotihuacán y llegó a Ecatepec para celebrar una misa masiva que fue presenciada por más de 400 mil personas según las autoridades municipales.
Al día siguiente, viajó a San Cristóbal de las Casas, Chiapas para ofrecer una misa dedicada a los pueblos indígenas en la sede de la Secretaría para el Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres de Chiapas, en la que el Papa Francisco pidió perdón por el injusto trato de la Iglesia Católica con las comunidades indígenas de América en el pasado.
Sus siguiente evento en México, se llevó a cabo en Morelia, Michoacán en el Estadio Morelia, aquel encuentro público se hizo viral por un incidente con uno de los asistentes que se acercó al pontífice de forma incontrolada a lo que Francisco respondió con la frase “no seas egoísta hijo”, situación que causó controversia en redes sociales y la opinión pública.
El miércoles 17 de febrero fue el último día de la visita del Papa en México en el que visitó Ciudad Juárez, Chihuahua donde celebró una misa a las 16:00 en “El Punto” a pocos metros de la frontera con Estados Unidos. Ahí, bendijo una cruz dedicada a las y los migrantes hacia los Estados Unidos, siendo la primera misa binacional de la historia realizada por un Papa.