¿Es más letal que el cianuro?, qué hay detrás de esta sustancia popular en el combate a las arrugas

Aunque su descubrimiento mostró resultados favorables en diferentes aspectos del sector salud, los especialistas señalan que debe manejarse con cuidado debido a que es altamente peligroso

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Aunque es considerado un veneno
Aunque es considerado un veneno letal, existe uno más peligroso que se utiliza mucho en tratamientos estéticos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Alrededor del mundo existen especies que arrojan sustancias venenosas como mecanismo de defensa pero el veneno más letal conocido hasta nuestros días no proviene de los animales, de hecho, es muy utilizado en procedimientos cosméticos.

De acuerdo con National Geographic, el botox es uno de los venenos más peligrosos que existen debido a que en su forma más pura y fuera de control, puede causar botulismo, enfermedad que puede llevar hasta la muerte.

Aunque a finales de la década de 1970 se utilizó por primera vez la toxina botulínica con fines médicos, se purificó en la década de 1940 y al día de hoy existe más de un tipo que se ha aislado de la bacteria Clostridium botulinum, según lo que menciona Cincinnati Children’s Hospital Medical Center.

Cuál es el veneno más letal

En dosis controladas, la toxina
En dosis controladas, la toxina botulínica puede relajar músculos faciales y reducir signos de envejecimiento. (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con el Cincinnati Children’s Hospital Medical Center, la toxina botulínica se clasifica en tres tipos y cada uno de ellos se ofrece bajo diferentes marcas. El primero es el tipo A (BTA) y la ofrecen marcas comerciales como Botox, Dysport y Xeomin. El tipo B (BTB), se vende bajo la marca Myobloc.

Aunque se utiliza de diferentes maneras, este compuesto químico con un poder paralizante extremo, capaz de ser letal en cantidades mínimas, ha encontrado un lugar inesperado en el mundo de la cosmética.

Según informó National Geographic, la toxina botulínica, conocida comercialmente como botox, es una de las sustancias más tóxicas del mundo, pues tiene una capacidad letal 600 veces mayor que la del cianuro.

Esta toxina es producida por la bacteria Clostridium botulinum, un microorganismo que habita en suelos y alimentos mal conservados. En su forma pura y sin control, la sustancia puede causar botulismo, una enfermedad grave que afecta el sistema nervioso, dificultando la movilidad y la respiración, lo que puede causar la muerte.

A pesar de su peligrosidad, pequeñas cantidades de esta toxina han sido aprovechadas en laboratorios cosméticos para tratamientos estéticos que combaten las arrugas y otros signos de envejecimiento.

Sin embargo, la toxina botulínica es un veneno con un potencial devastador tan potente que, según National Geographic, tan sólo 60 gramos de esta sustancia serían suficientes para causar la muerte de millones de personas.

Su capacidad para paralizar los nervios la convierte en una de las sustancias más peligrosas conocidas por la humanidad y este efecto paralizante es el que, en dosis controladas, se utiliza en para relajar los músculos faciales y reducir la apariencia de arrugas pero es importante saber que su uso requiere un control riguroso, ya que cualquier error en la dosificación podría tener consecuencias graves.

El origen bacteriano de la toxina y sus usos

Los tratamientos cosméticos utilizan pequeñas
Los tratamientos cosméticos utilizan pequeñas dosis de la toxina botulínica bajo estrictos protocolos de seguridad pese a que se considera un veneno más peligroso que el cianuro. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La Clostridium botulinum es la bacteria responsable de producir esta toxina y se trata de un microorganismo que se encuentra de manera natural en el medio ambiente, especialmente en suelos y alimentos que no han sido conservados adecuadamente.

Esta bacteria genera una sustancia con propiedades paralizantes que, en condiciones no controladas llega a causar una enfermedad llamada botulismo, una afección grave que puede provocar parálisis muscular, dificultad para respirar e incluso la muerte.

Este riesgo ha llevado a que el manejo de la toxina botulínica en el ámbito médico y estético sea extremadamente cuidadoso, con estrictos protocolos de seguridad para evitar cualquier exposición accidental.

De acuerdo con Medlineplus, esta sustancia también llega a ser utilizada para abordar problemas como la migraña crónica, la vejiga hiperactiva, así como trastornos neurológicos, entre otros. Su mecanismo de acción consiste en debilitar o paralizar ciertos músculos así como bloquear algunos nervios y según la misma fuente, estos efectos suelen durar aproximadamente entre tres y cuatro meses.

Sin embargo, el uso más popular del botox continúa en los tratamientos estéticos y ha crecido exponencialmente en las últimas décadas, lo que lo coloca como uno de los procedimientos más demandados en clínicas de todo el mundo.

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