Un reciente estudio publicado en The British Journal of Psychiatry reveló que las personas diagnosticadas con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) enfrentan una reducción significativa en su esperanza de vida. Según informó CNN, los hombres con este diagnóstico pueden vivir entre cuatro años y medio y nueve años menos que una persona sin esta afección, mientras que en las mujeres la disminución oscila entre seis años y medio y 11 años.
El TDAH, clasificado como un trastorno del neurodesarrollo en el Manual Diagnóstico y Estadístico para los Trastornos Mentales (DSM-5) de la American Psychiatric Association, se caracteriza por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad que afectan el desempeño social, académico y emocional de quienes lo padecen.
Según el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, de la Ciudad de México, este trastorno tiene un impacto crónico que comienza en la infancia y persiste a lo largo de la vida, con una prevalencia estimada del 5,2 %.
¿Qué reveló el estudio?
El estudio publicado en The British Journal of Psychiatry, obtenido a través del análisis de más de 30 mil participantes con este trastorno en Reino Unido, además de revelar la esperanza de vida estimada, encontró que las personas con TDAH tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales como ansiedad, depresión, trastornos de la personalidad, autolesiones y suicidio.
También se observó una mayor prevalencia de condiciones físicas como diabetes, colesterol alto y discapacidades intelectuales, así como hábitos perjudiciales para la salud como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
“Aunque muchas personas con TDAH viven vidas largas y saludables, nuestro hallazgo de que, en promedio, viven vidas más cortas de lo que deberían, indica que tienen necesidades de apoyo no satisfechas”, expresó la Dra. Liz O’Nions, investigadora honoraria en psicología clínica, educativa y de la salud en el University College de Londres.
Este análisis se complementa con un avance significativo en la comprensión del TDAH que proviene de un estudio realizado en 2023 por el Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y el Hospital Universitario Instituto Pere Mata. Esta investigación identificó 19 regiones genéticas vinculadas tanto al TDAH como a una menor esperanza de vida.
Entre los genes destacados se encuentra el TNKS, que desempeña un papel crucial en el mantenimiento de los telómeros, estructuras cromosómicas relacionadas con la longevidad, un gen asociado con otros trastornos psiquiátricos y metabólicos comunes en pacientes con TDAH.
Además, otros genes identificados en los pacientes, como el AKAP6 y SEMA6D, han sido previamente relacionados con trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, mientras que SYPL2 y HMG20A están implicados en funciones cerebrales esenciales.
Cómo se diagnostica el TDAH en los adultos
El momento del diagnóstico también juega un papel crucial en el riesgo de mortalidad, ya que las personas diagnosticadas en la edad adulta enfrentan un mayor riesgo de muerte prematura en comparación con aquellas diagnosticadas durante la infancia o la adolescencia. Esto podría deberse a que un diagnóstico temprano permite implementar estrategias de manejo más efectivas, mientras que un diagnóstico tardío podría dejar a los pacientes expuestos a riesgos durante un período más prolongado.
El TDAH, según el DSM-5, suele manifestarse antes de los 12 años y sus síntomas pueden variar según el contexto. Según explicó Lidia Zylowska, psiquiatra de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota, el TDAH se considera un trastorno del neurodesarrollo porque “los genes y el desarrollo temprano predisponen a tener dificultades”.
El diagnóstico del TDAH en adultos no es un proceso sencillo ni inmediato. Según el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, los síntomas que podrían asociarse a este trastorno también pueden ser causados por otros factores, como el estrés, problemas de salud mental o incluso enfermedades físicas. Por esta razón, la institución subraya la importancia de realizar evaluaciones exhaustivas que permitan identificar con precisión la causa de los síntomas y determinar el tratamiento más adecuado.
De acuerdo con el Instituto, una evaluación completa para diagnosticar el TDAH en adultos debe incluir un análisis detallado del historial de comportamiento durante la infancia, así como de las experiencias escolares de la persona. Este enfoque permite a los profesionales de la salud mental obtener una visión más amplia de los posibles orígenes de los síntomas. Para recopilar esta información, los especialistas pueden solicitar permiso para entrevistar a personas cercanas al paciente, como familiares, amigos o compañeros de trabajo, quienes podrían aportar detalles relevantes sobre el comportamiento y las dificultades del individuo en diferentes contextos.
El Instituto también destacó que, en algunos casos, los pacientes pueden ser sometidos a pruebas psicológicas diseñadas para evaluar diferentes aspectos del funcionamiento cognitivo, pruebas que analizan áreas como la memoria de trabajo, las habilidades de planificación y toma de decisiones, así como las capacidades visuales, espaciales y de razonamiento.