El icónico cuadro que Diego Rivera pintó en honor a Silvia Pinal, una de las figuras más destacadas del Cine de Oro Mexicano, ha sido retirado de la residencia de la actriz en el Pedregal, Ciudad de México.
Según informó el programa De primera mano, la obra, valuada en 10 millones de dólares (más de 204 millones de pesos mexicanos), fue trasladada a la casa de Alejandra Guzmán, hija de la fallecida artista, por temor a que pudiera ser robada debido al estado de abandono de la propiedad.
De acuerdo con el periodista Gustavo Adolfo Infante, el traslado del cuadro no constituye un acto ilícito, ya que este fue heredado a Alejandra Guzmán según lo estipulado en el testamento de Silvia Pinal.
Sin embargo, el movimiento ha generado especulaciones y reacciones en el ámbito del espectáculo, especialmente por la relevancia histórica y económica de la obra.
Un traslado discreto que no pasó desapercibido
El pasado 22 de enero, tras una rueda de prensa organizada por Luis Enrique Guzmán, hermano de Alejandra, periodistas presentes en la residencia de Silvia Pinal observaron un camión de mudanza estacionado frente a la propiedad.
Según detalló la reportera Mariana Zepeda, el equipo de mudanza utilizó herramientas y una escalera para retirar una caja de madera de grandes dimensiones, cuyas proporciones coincidían con las del cuadro de Diego Rivera.
Zepeda relató que, alrededor de las 5 de la tarde, Alejandra Guzmán salió de la casa en un automóvil rojo, visiblemente molesta, sin emitir declaraciones.
Poco después, los trabajadores subieron la caja al camión, lo que confirmó las sospechas de que el cuadro estaba siendo trasladado. Según la investigación del medio, Alejandra Guzmán contrató la mudanza para llevar la obra a su residencia en Tlalpan.
“Aproximadamente como a las 5 de la tarde, se abre el portón y sale Alejandra Guzmán en un automóvil color rojo, nos acercamos con ella, la abordamos, se veía enojada, molesta, no emitió declaración. Media hora después, suben las escaleras, la herramienta (...) después sacan una caja grande de madera y la suben al camión, y vemos que tiene las proporciones del cuadro”; mencionó Zepeda.
El destino del cuadro y su valor simbólico
El cuadro, que durante más de seis décadas adornó la casa de Silvia Pinal, tiene un profundo valor sentimental para la familia.
En varias ocasiones, Silvia Pinal expresó que deseaba que esta obra fuera heredada a Alejandra Guzmán, quien también manifestó públicamente su deseo de conservarlo como un recuerdo único de su madre.
Según Maxine Woodside, periodista de espectáculos, la decisión de retirar el cuadro se tomó debido a la inseguridad en la zona, ya que la casa de Silvia Pinal se encuentra casi vacía desde su fallecimiento, lo que aumenta el riesgo de robos.
Woodside explicó que en el Pedregal opera una banda de delincuentes que aprovecha las casas deshabitadas para cometer asaltos.
“En el Pedregal hay una banda de colombianos que roban las casas con la mano en la cintura y no pasa nada porque a mi vecino, dos veces, el que está enfrente, dos veces lo asaltaron, se metieron a su casa, entonces es muy peligroso (...) la banda asalta las casas cuando se dan cuenta que están vacías, imagínate que se metan y luego ¿dónde quedó el cuadro?”, comentó la periodista, subrayando la preocupación de la familia Guzmán-Pinal por proteger esta valiosa obra de arte.
¿Es el cuadro original o una réplica?
A pesar de que el cuadro fue trasladado a la casa de Alejandra Guzmán, persisten dudas sobre si se trata del original o de una réplica. Según el periodista Jorge Carbajal, Silvia Pinal habría mandado a hacer una copia del cuadro años atrás, preocupada por la seguridad de la obra.
Carbajal señaló que el original podría estar en el Museo Diego Rivera, ya que la actriz habría autorizado su préstamo a la institución.
Además, Maxine Woodside reveló que existen al menos dos réplicas del cuadro: una que se encontraba en el estudio donde Silvia Pinal grababa el programa Mujer, casos de la vida real y otra que estaba en el teatro que lleva su nombre. Sin embargo, no se ha confirmado cuál de estas versiones es la que fue retirada de la casa.
Un legado artístico y familiar
El cuadro de Diego Rivera no sólo representa un importante valor económico, sino también un legado artístico y cultural que conecta a Silvia Pinal con uno de los muralistas más destacados de México.
La obra fue un regalo personal del artista a la actriz, quien fue musa de grandes figuras del cine y el arte.
Desde que la casa de Silvia Pinal fue construida hace más de 60 años, el cuadro ocupó un lugar central en la decoración de la propiedad, convirtiéndose en un símbolo de la vida y carrera de la actriz.
Con el traslado del cuadro a la residencia de Alejandra Guzmán, se asegura su preservación en un entorno más seguro.
Sin embargo, la decisión también pone de manifiesto las tensiones y desafíos que enfrentan las familias al gestionar el legado de figuras públicas de gran relevancia histórica.