Leonardo Da Vinci es un personaje emblemático reconocido a nivel internacional por sus aportaciones científicas pero lo que muchas personas desconocen es que también tenía un gran interés por la gastronomía.
La revista Muy Interesante señala que estudios recientes así como exposiciones, revelan esta inclinación culinaria del artista y menciona que abarca desde recetas innovadoras hasta reflexiones sobre la organización de las cocinas.
Con esto, la cantidad de aportaciones del genio renacentista incrementan, pues no sólo se centró en el mundo de la ciencia, la tecnología y el arte, sino también en la gastronomía y la salud.
Los consejos saludables de Leonardo Da Vinci
Tanto su dieta como sus recetas detalladas, dan cuenta de su interés por mantener una alimentación adecuada así como una búsqueda por respetar a la naturaleza, pues, de acuerdo con la periodista y gastrónoma Eva Celada, escritora de En la mesa con Leonardo Da Vinci, el genio del Renacimiento centra su discurso en que hay que cuidar el medio ambiente y no dañar a los animales, argumentando que “es una de las razones por las que se entiende que era vegetariano”.
Sin embargo, Muy Interesante mencionó que la dieta de Leonardo da Vinci no sólo era casi vegetariana, sino que también estaba cuidadosamente diseñada para ser equilibrada y nutritiva. Entre los alimentos que recomendaba se encuentran las legumbres, los frutos secos y una variedad de frutas y verduras.
Además, la revista detalla que este régimen alimenticio no era casual, estaba profundamente conectado con su filosofía de vida que buscaba armonizar el bienestar físico con el desarrollo intelectual y espiritual.
De acuerdo con la gastrónoma y periodista Eva Celada, entre sus códices, aparece el Atlántico, uno que cuenta con más de mil anotaciones, y en él aparecen algunas recomendaciones como: “no comas sin apetito y cena siempre ligero, mastica bien y toma sólo ingredientes sencillos y bien cocinados”, “después de las comidas, permanece de pie un rato” o “no duermas al mediodía, no te acuestes boca arriba ni con la cabeza hacia abajo, pero arrópate por las noches”
También señala que anotó algunas reflexiones como “quien toma medicinas, mal consejo sigue” o “guárdate de la ira y evita los aires viciados”. Además, destaca que Da Vinci anotaba las propiedades de diferentes alimentos y reflexionaba sobre cómo estos podrían influir en la salud humana.
Da Vinci, la cocina y su organización
Aunque la faceta culinaria de Leonardo da Vinci es menos conocida que sus logros en el arte y la ciencia, su enfoque hacia la alimentación ofrece una visión de su pensamiento y su estilo de vida.
El interés de Leonardo da Vinci por la gastronomía iba más allá de la simple preparación de alimentos, pues según publicó Muy Interesante, el genio renacentista también reflexionó sobre la organización de las cocinas y la optimización de los procesos culinarios.
EFE señala que en sus diseños arquitectónicos de castillos y mansiones, también realizó lo que consideraba una cocina ideal y esta contaba con una distribución muy diferente, pues la cocina y el asador estaban separados del comedor con la finalidad de optimizar tanto la funcionalidad como la higiene de estos espacios.
De acuerdo con el mismo medio, Jean-Christophe Hubert, historiador de arte y también artesano chocolatero, realizó una exposición en Lieja, Bélgica en donde destacó que Da Vinci veía la cocina como una extensión de su arte y su ciencia, pues sus recetas resultaban innovadoras en términos de sabor así como de creatividad y funcionalidad.
Dicha exposición incluyó platos inspirados en las recetas y reflexiones del propio Da Vinci, como gambas rojas con burrata, que son mariscos con un queso italiano de leche de vaca elaborado con mozzarella y nata y albaricoques con menta, que en México se conocen como chabacanos y su sabor era resaltado con el de la menta. También aparecían pechuga de pichón con moras y risotto así como una bebida afrodisíaca denominada acquarosa, elaborada con agua de rosas, azúcar, limón y alcohol.
Estas combinaciones, que podrían considerarse modernas, demuestran la inclinación del artista hacia sabores frescos y atrevidos. Jean-Christophe Hubert, comisario de la muestra, explicó que Da Vinci evitaba en gran medida el consumo de carne, una práctica que lo diferenciaba de los hábitos alimenticios predominantes en el Renacimiento.