¿Abogados del diablo? Ellos son los personajes que han defendido a los poderosos narcos mexicanos

La figura de los abogados defensores de líderes del narcotráfico como Joaquín “El Chapo” Guzmán, sus hijos conocidos como “Los Chapitos”, Ismael “El Mayo” Zambada, Dámaso López Serrano “El Mini Lic” y Rubén Oseguera González “El Menchito” no solo ha generado controversia por los juicios de alto perfil en los que participan, sino también por su papel más allá de los tribunales.

De acuerdo con el documental de DW titulado “Los narcoabogados detrás de los cárteles de la droga en México y Colombia”, estos profesionales suelen actuar como intermediarios, gestores de bienes, e incluso confidentes de sus clientes. La relación abogado-cliente en estos casos ha sido comparada con un “matrimonio” por la confianza absoluta y la lealtad que requiere, aunque también implica dilemas éticos complejos, por lo que muchos los consideran los “abogados del diablo”.

Este equilibrio entre la obligación profesional y las demandas de clientes con enorme poder —que pueden ejercer presión o incluso emitir amenazas— convierte a estos defensores en figuras tan polémicas como sus propios clientes.

A continuación, un vistazo detallado a los personajes detrás de las defensas más conocidas de los grandes capos mexicanos:

Jeffrey Lichtman, abogado neoyorquino con más de 30 años de experiencia, lideró la defensa de Joaquín “El Chapo” Guzmán durante su juicio en 2019, conocido como “el juicio del siglo”. Lichtman argumentó que el verdadero líder del Cártel de Sinaloa era Ismael “El Mayo” Zambada, un intento por desviar la atención de su cliente. Aunque su estrategia recibió atención mediática, Guzmán fue condenado a cadena perpetua.

Actualmente, Lichtman representa a los hijos de Guzmán, Joaquín Guzmán López, alias “El Güero”, y Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”, quienes enfrentan cargos por narcotráfico y lavado de dinero en la Corte de Distrito Norte de Illinois, en Chicago.

Por otro lado, Mariel Colón, una joven abogada puertorriqueña que se unió al equipo legal de “El Chapo” cuando tenía apenas 26 años, asumió un papel destacado sobre todo en la defensa de la esposa del capo, Emma Coronel, quien fue condenada en 2021 por delitos relacionados con narcotráfico.

En declaraciones recogidas por DW, Colón explicó su filosofía al abordar estos casos: “Yo quiero defender a esas personas que son juzgadas negativamente por todos, cuando el resto del mundo les ha dado la espalda. Para mí, es muy satisfactorio saber que soy la única en quien todavía pueden confiar. Esto me parece maravilloso. Apuesto que quienes dicen que soy la abogada del diablo les encantaría tener a su lado a una abogada como yo si, Dios no lo quiera, tuvieran que pasar por lo mismo”.

Además de Jeffrey Lichtman y Mariel Colón, varios abogados han desempeñado un papel importante en la defensa de Joaquín “El Chapo” Guzmán a lo largo de su carrera criminal y durante los distintos procesos judiciales que enfrentó tanto en México como en Estados Unidos.

Otros que lo defendieron fueron José Refugio Rodríguez Núñez, quien en el documental de DW ha referido a Guzmán como un “amigo”, aunque dejó claro que su relación profesional no implicaba complicidad en las actividades delictivas del narcotraficante.

El abogado Eduardo Balarezo, de origen ecuatoriano, formó parte del equipo de defensa de Guzmán durante el proceso judicial en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York. Otro de los abogados que participó en la defensa de Guzmán en Estados Unidos fue William Purpura, un litigante especializado en casos de crimen organizado y tráfico de drogas.

En México, el abogado Juan Pablo Badillo representó a Guzmán en varios recursos legales previos a su extradición.

El abogado Frank Pérez se ha convertido en una figura clave en los juicios de Ismael “El Mayo” Zambada, histórico líder del Cártel de Sinaloa, y su hijo, Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”. En una audiencia reciente ante el juez Brian Cogan en Nueva York, “El Mayo” reafirmó su decisión de mantener a Pérez como su representante legal, a pesar de que su hijo es un testigo protegido que podría declarar en su contra, lo que plantea un claro conflicto de interés.

Pérez, con más de 25 años de experiencia, comenzó su carrera como oficial de policía y fiscal adjunto en Estados Unidos, antes de especializarse en la defensa de casos de narcotráfico.

En su perfil público, se describe como un abogado que trabaja en delitos internacionales relacionados con drogas y promete luchar por los derechos civiles de sus clientes.

Dámaso López Serrano, alias “El Mini Lic”, fue arrestado nuevamente en diciembre de 2024 por cargos relacionados con la distribución de fentanilo.

Para su defensa, recurrió a Edward Ungvarsky, un abogado destacado por su capacidad para evitar la pena de muerte en casos graves, como el de Ronald Hamilton en 2016, lo que contribuyó a la abolición de la pena capital en el estado de Virginia.

Ungvarsky ha solicitado que otro abogado, Matthew Lombard, con sede en Los Ángeles, se una al equipo de defensa. Lombard, conocido por su trabajo en casos de narcotráfico y delitos violentos, completa el equipo que buscará reducir la posible condena de López Serrano.

Rubén Oseguera González, alias “El Menchito” e hijo de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), también contó con un equipo legal de alto perfil.

Entre sus defensores destacaron Anthony Colombo Jr. y Jan Edward Ronis, quienes han representado a otras figuras notables del narcotráfico mexicano.

Colombo Jr. es conocido por su defensa de Benjamín Arellano Félix, líder del Cártel de Tijuana, mientras que Ronis representó a Édgar Veytia, el exfiscal de Nayarit vinculado con el CJNG.

Ambos abogados enfrentaron el desafío de representar a Oseguera González, quien optó por ir a juicio en el que finalmente fue hallado culpable. Su condena aún está pendiente.

Varios de los abogados que han trabajado con capos del narcotráfico han dado declaraciones sobre los dilemas éticos y las experiencias personales que han enfrentado.

En el documental de DW, Rogelio de la Garza González, exabogado de Amado Carrillo Fuentes, alias “El Señor de los Cielos”, afirmó que sus clientes, a menudo percibidos como figuras violentas, en realidad tienen un lado más humano: “Eran personas que ayudaban a su gente, que negociaban. No usaban la violencia como se dice en las leyendas urbanas”.

Por su parte, Silvia Rocío Delgado García, quien trabajó con “El Chapo”, declaró que Guzmán era “muy respetuoso, pero ignorante”. En sus palabras, la imagen mediática de sus clientes suele diferir de la realidad: “Se decían muchas cosas en la prensa, pero lo único que puede probarse es lo que está en el expediente”.

Estos defensores, denominados en ocasiones como “abogados del diablo”, enfrentan la tarea de garantizar una defensa justa a sus clientes, mientras lidian con las presiones sociales, los riesgos personales y los dilemas éticos que implica trabajar con figuras del crimen organizado. Según el abogado José Refugio Rodríguez, exdefensor del “Chapo”, “hay una línea muy delgada entre el bien y el mal” en esta profesión.