En los últimos días, el nombre de “El Gavilán” o “El Juancho” protagonizó diversos rumores en torno a un supuesto ataque en su contra que lo habría dejado malherido o muerto, hechos que más tarde fueron desmentidos por las autoridades.
Sin embargo, este tipo de historias han alimentado aún más el misterio que hay alrededor de su papel como jefe de seguridad de Los Chapitos, la facción del Cártel de Sinaloa liderada por Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Aunque son pocos los datos que se saben sobre este personaje, “El Gavilán” ha adquirido notoriedad gracias a narcocorridos y a publicaciones en redes sociales que intentan arrojar luz sobre su identidad.
Recientemente se ha ventilado que además de las las canciones que le ha dedicado Peso Pluma (El Gavilán y El Gavilán II), hay un tema interpretado por Luis R. Conriquez y Netón Vega que supuestamente profundiza en la vida del guardián de Los Chapitos. Aunque este corrido suma más de 375 millones de reproducciones en YouTube, en realidad hasta ahora era poco conocido de qué personaje habla.
¿Qué dice “Si no quieres no”?
En los primeros versos, se establece la relación directa del jefe de seguridad con Los Chapitos:
“A mí si me mandan los Guzmánes les hago un cagadero en caliente / Aquí no está pelada, yo ando y cuido a los jefes.”
Esta declaración refleja la lealtad y subordinación del personaje hacia Iván Archivaldo Guzmán Salazar, también mencionado más adelante:
“A la orden de Archivaldo / Meneamos todo el que se ponga renuente”.
El corrido subraya el rol clave del narrador como protector y operador de confianza dentro de la organización, implicando su participación en actos de violencia directa en nombre de los líderes.
La letra muestra al personaje como alguien de carácter violento e impulsivo:
“La paciencia no es lo mío”.
Además, se alude a una dualidad en sus creencias espirituales, invocando tanto al diablo como a la muerte: “Yo le rezo al diablo y también a la muerte”, dice, reflejando una búsqueda de protección o poder en actividades consideradas fuera de la ley.
También enfatiza su gusto por los lujos y el poder económico derivado de sus actividades ilícitas. Entre los objetos que destacan están los vehículos de alta gama: “Me gustan los carros de velocidad / La neta no hay dos como el Shelby”.
También se menciona el uso de relojes de diamantes y camionetas blindadas como símbolos de estatus, así como habla de su distinguida cabellera: “El pelo largo y con un relojón / De diamantes finos [...] Nos ven en verguiza por el sin control / El pelo largo y en un Cheyennón / Trae los vidrios duros y adentro un tostón.”
La Cheyenne, un modelo de camioneta asociado a los narcotraficantes por su resistencia y capacidad, se combina con la mención del “tostón” (arma de fuego de alto calibre) para destacar la constante preparación para la confrontación.
El uso de armas y la capacidad de respuesta inmediata son centrales en el corrido. El narrador se presenta como alguien que no duda en recurrir a la violencia para proteger a los líderes o mantener su posición dentro de la jerarquía del cártel:
“Montado en las laminadas / Pa’ que los tiros pura verga nos entren”.
El término “laminadas” hace referencia a vehículos blindados, utilizados para resistir enfrentamientos armados, mientras que la frase “puro comanche bravo” alude a sicarios leales y dispuestos a actuar sin titubeos. Este tipo de lenguaje refuerza la imagen de un personaje frío, calculador y violento:
“Con la sangre fría, los nervios al tiro / Y fumándome un matagente.”
El “matagente” se refiere probablemente a un cigarro de marihuana mezclado con otras sustancias.
El personaje no opera solo; está acompañado por un equipo que incluye a un “compadre” y subordinados que trabajan directamente bajo su mando: “Cuando ando en la calle cargo equipo / Y a mi compadre chambeando al frente”.
Además, se mencionan mujeres como parte de su entorno, presentadas como trofeos o símbolos de estatus: “Una güera y una prieta / No la jueguen mucho que le saco el dragón”.
El estribillo “Si no quieres, no” se repite como una especie de advertencia, sugiriendo que quienes se cruzan con el narrador tienen la opción de no interferir para evitar un desenlace violento: “Si no quieres, no, si no quieres, no / Pónganse bien vergas si ando en el sector”.
El papel de El Gavilán
Aunque su verdadero nombre no ha sido confirmado oficialmente, informes en redes sociales sugieren que “El Gavilán” podría corresponder a Juan Luis Castro Morales, nacido el 12 de diciembre de 1990 en Culiacán, Sinaloa. Este hombre, actualmente de 34 años, también es conocido por el alias “El Juancho”, y habría asumido un papel clave dentro del organigrama de Los Chapitos como jefe de seguridad.
Descripciones y fotografías difundidas lo retratan como un hombre alto, de complexión delgada, con una barba tupida y cabello largo recogido en una coleta, un rasgo que parece ser su distintivo. Además, presenta tatuajes visibles, entre ellos el acrónimo “GDIA” (Gente de Iván Archivaldo) en los nudillos, una muestra de lealtad a los Guzmán.
Antes de ocupar el cargo de jefe de seguridad de Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, “El Gavilán” habría trabajado bajo las órdenes de Kevin Alonso Gil Acosta (“El 200″) y Karim Elias Gil Acosta (”El 300″), figuras destacadas dentro de la misma facción del Cártel de Sinaloa. Según se informa, reemplazó en el puesto a Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias “El 27″ o “La Perris”, quien se vio obligado a bajar su perfil tras intensos operativos en su contra.
Fuentes indican que “El Gavilán” lidera un grupo denominado “La Gente del Gavilán” o “Los Gavilanes”, identificados en redes sociales por el uso frecuente del emoji de un halcón. Este grupo parece estar involucrado tanto en actividades armadas como en operaciones cibernéticas, como la difusión de imágenes de violencia explícita, audios filtrados y narcomantas, en el marco de la guerra interna entre Los Chapitos y La Mayiza.
Diversas teorías sugieren que “El Gavilán” podría tener un pasado militar, lo que explicaría su conocimiento estratégico y su liderazgo en un entorno violento. Algunas letras de narcocorridos, como los de Peso Pluma, aluden a su conexión con exmilitares: “Traigo puro exmilitar y comando un gentillal, dependo de los Guzmán”. Sin embargo, esta información no ha sido confirmada oficialmente.