El auge de la tecnología para mascotas impulsa un mercado de 20.000 millones de dólares en 2027

Aplicaciones de gestión, guarderías y automatización del cuidado redefinen cómo viven perros y gatos en zonas urbanas, según proyecciones de la American Pet Products Association para los próximos años

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El uso de aplicaciones móviles
El uso de aplicaciones móviles para coordinar paseos, alimentación y rutinas se ha vuelto parte del vínculo cotidiano entre dueños y mascotas en grandes ciudades.

La hiperorganización de la vida urbana ha transformado la experiencia cotidiana de perros y gatos, que hoy se ven inmersos en rutinas cronometradas y gestionadas por tecnología. En grandes ciudades, la integración de las mascotas al ritmo acelerado de la vida moderna se refleja en agendas digitales, aplicaciones de productividad y servicios especializados. Este fenómeno, impulsado por el auge del trabajo remoto y la creciente humanización de los animales de compañía, plantea interrogantes sobre el equilibrio entre bienestar y sobreestimulación en la vida de los animales domésticos.

El mercado global de tecnología para mascotas superará los 20.000 millones de dólares en 2027, según la American Pet Products Association (APPA). Este crecimiento se traduce en una explosión de aplicaciones que permiten agendar paseos con seguimiento por GPS, programar la alimentación, recibir recordatorios veterinarios y monitorear a distancia a los animales mediante cámaras interactivas. Además, las guarderías caninas y los hoteles para mascotas han proliferado en barrios con alta concentración de profesionales jóvenes, como ocurre en Nueva York, donde la demanda de servicios de “day care” ha experimentado un aumento notable.

Guarderías, oficinas pet-friendly y áreas
Guarderías, oficinas pet-friendly y áreas interiores diseñadas para animales reflejan la integración de perros a la vida laboral y urbana de sus dueños.

La sincronización de la rutina animal con los calendarios laborales y personales se ha vuelto una práctica común. Lucía, consultora de treinta y cuatro años en Manhattan, relata: “Mi perro tiene agenda compartida con mi Google Calendar. Si no, no llego.” Esta tendencia responde a la reorganización extrema del tiempo que trajo el trabajo híbrido y remoto, así como a la necesidad de planificación ante la menor disponibilidad de tiempo libre. La tecnología accesible permite medir y optimizar cada aspecto de la vida de las mascotas, pero también traslada la ansiedad humana al cuidado animal, bajo la premisa de que “si no está en agenda, no existe”.

El gasto en servicios para mascotas creció más del 11% anual desde 2020, de acuerdo con la APPA. Esta inversión se destina tanto a la previsibilidad y seguridad del animal —evitando olvidos en la alimentación, medicación o visitas al veterinario— como a la socialización controlada en guarderías y la reducción de la ansiedad por separación. Rachel, madre y dueña de dos gatos en Brooklyn, afirma: “Automatizar horarios me dio tranquilidad, pero tuve que bajar el ritmo.” Tomás, diseñador de veintinueve años en Buenos Aires, comparte una experiencia similar: “La guardería lo ayudó a socializar, pero aprendí que necesita días sin nada.”

La digitalización del cuidado de
La digitalización del cuidado de mascotas —desde monitoreo remoto hasta aplicaciones de rutina— plantea interrogantes sobre los límites entre bienestar y sobreestimulación.

Los expertos en comportamiento animal advierten sobre los riesgos de una estructura excesivamente rígida. La American Veterinary Medical Association (AVMA) sostiene en sus directrices de comportamiento: “Los animales prosperan con la rutina, pero también necesitan flexibilidad y descanso.” El Journal of Veterinary Behavior señala que “la sobreprogramación puede provocar conductas de estrés en las mascotas, similar a lo que se observa en los niños.” La sobreestimulación, la falta de espontaneidad y la proyección del estrés humano sobre los animales figuran entre los principales dilemas de la hiperorganización.

La humanización de las mascotas es otro eje central. Según el informe de la APPA de 2023, “las mascotas son tratadas cada vez más como miembros de la familia, reflejando estilos de vida humanos.” Esta tendencia, aunque aporta beneficios en términos de cuidado y atención, puede derivar en la pérdida de la lectura intuitiva del comportamiento animal y en una dependencia tecnológica para el bienestar de perros y gatos. Diego, programador de treinta y siete años en Ciudad de México, resume la inquietud de muchos dueños: “Uso apps para todo, incluso para mi perro. La pregunta es cuándo parar.”

El auge del teletrabajo ha
El auge del teletrabajo ha intensificado la convivencia entre humanos y animales, integrando a perros y gatos a horarios cada vez más estructurados.

La International Association of Animal Behavior Consultants (IAABC) advierte: “La tecnología puede mejorar el cuidado de las mascotas, pero no debe reemplazar la observación y la empatía humanas.” Los estudios veterinarios coinciden en que las rutinas predecibles benefician a los animales, siempre que se respete la necesidad de descanso y flexibilidad. El desafío para las familias urbanas consiste en encontrar el equilibrio entre la organización y la espontaneidad, evitando que la lógica de la productividad humana se imponga sobre la naturaleza de sus compañeros animales.