
Hace cinco años, un hombre llamado Vladimir, de quien se desconoce el apellido, encontró a un perro, posteriormente llamado Caramel, afuera de un centro comercial en Kissimmee, Florida, a la salida del gimnasio. Según su testimonio, difundido en un video de TikTok, el animal se encontraba extremadamente delgado, en un estado cercano a “piel y huesos”.
El hombre, conocido por rescatar ‘lomitos’ callejeros y quedarse con la mayoría de ellos, decidió brindarle refugio, sumándose así a los demás ejemplares que ya formaban parte de su entorno familiar. Con el tiempo, los canes de su pareja y varios hurones también se integraron a este grupo, ampliando aún más el hogar multiespecie que ambos habían formado.
Durante los primeros años, Caramel llevó una vida normal, sin embargo, hace aproximadamente dos años, comenzó a mostrar un cambio progresivo en su piel, que empezó a colgar y a volverse inusualmente flácida. La condición avanzó lentamente al principio, pero se hizo más evidente con el paso del tiempo.
Preocupados por el deterioro físico del animal, Vladimir y su pareja acudieron en repetidas ocasiones al veterinario. En un inicio, ningún profesional logró identificar la causa, pues nunca habían atendido a un perro con un grado tan severo de flacidez cutánea.
El diagnóstico preliminar llegó hasta la tercera o cuarta consulta, cuando un veterinario sugirió la posibilidad de que Caramel padeciera el síndrome de Ehlers-Danlos (SED). Así, tras una investigación interna, el personal veterinario coincidió en que se trataba de la explicación más probable.
“Nos lo han explicado de varias maneras diferentes, pero la mejor forma de describirlo es que mi colágeno no funciona correctamente”, relató Vladimir en un video narrado desde la perspectiva de Caramel. “Básicamente, no mantiene la piel cerca de mi cuerpo, y como es súper elástica, la gravedad tira de ella hacia abajo y la hace muy flácida”.
Desde ese momento, la familia adaptó los cuidados de su mascota a las necesidades derivadas de esta condición, evitando, por ejemplo, el uso de collares, camisetas o arneses que podrían causarle irritación o erupciones debido a la sensibilidad cutánea asociada al síndrome, detalló The Dodo For Animal People, una plataforma con enfoque emocional hacia el cuidado y la defensa de los animales, que también difundió el caso.
El síndrome de Ehlers-Danlos en animales

El síndrome de Ehlers-Danlos (SED) es una enfermedad genética compleja que no solo afecta a los humanos, sino también a diversas especies animales. En perros, esta condición también recibe el nombre de astenia cutánea, caracterizada por defectos en la estructura del colágeno, la proteína encargada de unir las células de la dermis.
De acuerdo con la red de hospitales AniCura, los perros con esta condición presentan piel más frágil, susceptible a heridas, estirada y con tendencia al desgarro. También pueden desarrollarse anomalías oculares y debilidad articular conforme la enfermedad avanza.
La piel de estos animales se distingue por ser más fina, delicada y menos elástica en términos funcionales, aunque paradójicamente presenta mayor extensibilidad y pliegues. Estos rasgos incrementan la probabilidad de sangrado y aparición de rasguños.
En el caso de Caramel, los veterinarios confirmaron que su condición no es dolorosa. Según The Dodo, el perro mantiene la capacidad para correr, acurrucarse y realizar paseos largos como cualquier otro animal de compañía.
Diversas personas han sugerido en redes sociales la posibilidad de extirpar quirúrgicamente el exceso de piel de Caramel, sin embargo, debido al trastorno del colágeno, no existe garantía de que la condición no vuelva a manifestarse.
La gravedad, combinada con la falta de firmeza en las fibras dérmicas, provocaría nuevamente la caída de la piel, lo que significaría regresar al punto de partida. Vladimir ha descartado esta opción y afirma que, además, aprecia a su compañero de cuatro patas tal como es.
Visibilidad pública y relevancia del caso

En el último año, Vladimir ha compartido videos de Caramel en la cuenta de TikTok @caramel_theflabbydog, donde el canino ha ganado miles de seguidores gracias a su apariencia, inusual pero enternecedora.
Entre sus seguidores se encuentran personas que viven con SED, quienes sienten una conexión especial con la historia y condición de Caramel. Este vínculo ha contribuido a que la perra se convierta en una referencia positiva dentro de comunidades que buscan mayor visibilidad sobre esta enfermedad genética.
“Su piel se filtra por todos lados del sofá y nos deja como cinco centímetros de espacio para sentarnos”, escribió Vladimir en una de sus publicaciones, aunque también señaló que la afirmación se trata de una broma cariñosa.
Así, aunque la apariencia de Caramel puede resultar sorprendente para quienes no conocen el síndrome, su caso ha servido como una oportunidad para informar sobre esta condición y promover la sensibilidad hacia animales con condiciones poco comunes, recordando que, aun con limitaciones físicas, pueden disfrutar de una vida plena, activa y acompañada.
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