
El halcón neozelandés Kārearea, un veloz depredador y especie que actualmente se encuentra en la categoría “Amenazado”, fue elegido como Ave del Año en Nueva Zelanda tras una apasionada competencia nacional.
La elección, coordinada por la ONG conservacionista Forest & Bird, se ha convertido en una tradición cultural cargada de entusiasmo, rivalidad y creatividad que comenzó en 2005 con menos de 900 votos, según Associated Press (AP), pero hoy convoca a miles de participantes que defienden a su especie favorita con campañas, memes, carteles y hasta coreografías.
Este año, más de 75 mil personas de una población de cinco millones emitieron su voto. De acuerdo con los registros de Forest & Bird, solo el certamen de 2023 logró superar esa cifra, gracias a la campaña impulsada por el presentador John Oliver a favor del somormujo lavanco australiano (pūteketeke), lo que incluso generó debate por una supuesta injerencia extranjera.
El evento busca visibilizar la situación de las aves endémicas y sus hábitats ya que, según la ONG, el 80% de ellas están amenazadas. Nicola Toki, directora ejecutiva de la organización, declaró a The Guardian que detrás de la expectativa mediática “se esconde un mensaje serio”. Dijo también: “El top 10 de este año coincide exactamente con las estadísticas: el 80% de ellas están en problemas”.
Una elección llena de historia y controversia

Pese a su objetivo positivo, el concurso se ha visto envuelto en episodios polémicos. Por ejemplo, Ap detalla que en 2021, la inclusión de un murciélago provocó descontento al obtener el título pese a no ser un ave.
En 2018, el proceso se vio alterado por un escándalo de influencia extranjera, cuando comediantes australianos ingresaron cientos de votos fraudulentos para un ave cuyo nombre coincide con un término vulgar en Australia y Nueva Zelanda. Como consecuencia, las reglas se endurecieron y ahora se requiere la verificación de correo electrónico para participar.
Los responsables de la actual edición indicaron que el 87% de los sufragios provinieron de ciudadanos neozelandeses y que los más de 14 mil 500 votos obtenidos para el kārearea reflejaron un apoyo auténtico y transparente. “La gente se enamora de estas aves y, una vez que conocen sus historias, se preocupan, las defienden y actúan”, mencionó Toki para AP.
De hecho, la fascinación por las aves es compartida por toda la sociedad neozelandesa. Associated Press subrayó que entre los candidatos populares figuran los loros alpinos, conocidos por acercarse a los turistas, y las palomas de Nueva Zelanda, famosas porque caen de los árboles cuando fermentan las bayas que consumen.
“Esta no es tierra de leones, tigres y osos”, declaró Toki. “Las aves de aquí son raras y maravillosas, y no son lo que uno esperaría ver en otros países”.
Un depredador único bajo amenaza

El kārearea es el único halcón endémico de Nueva Zelanda y un símbolo de la fauna local. Puede superar los 200 kilómetros por hora en vuelos en picado durante la caza, acechando a otras aves, pequeños mamíferos o reptiles desde puntos elevados hasta atraparlos con sus potentes garras.
De acuerdo con The Guardian, esta ave rapaz de tamaño pequeño y plumaje leonado ejercía una fuerte presencia en los ecosistemas de la región, sin embargo, la población ha experimentado una evidente disminución.
Las cifras oficiales estiman entre cinco mil y ocho mil ejemplares, aunque expertos como Phil Bradfield, fideicomisario del Kārearea Falcon Trust en Marlborough (Isla Sur), han advertido que desconoce el número real. “Son aves misteriosas y eso se debe en parte a que son crípticas y a que suelen estar bien escondidas”, explicó en declaraciones difundidas por Associated Press.
Pero la supervivencia del halcón enfrenta varias amenazas, entre ellas la tala de vegetación nativa y la expansión de actividades agrícolas que han reducido los hábitats disponibles para anidar, explica la Enciclopedia de Aves Neozelandesa.
Sumado a ello, factores como la modificación del entorno y la disminución de presas naturales impactan en sus posibilidades de reproducción. Además, esta especie sufre por ataques de depredadores como gatos, mustélidos y zarigüeyas, e incluso caza directa por parte de personas.
De igual manera, muchos polluelos y huevos son depredados por especies introducidas como los erizos y los cerdos, mientras que algunos ejemplares adultos mueren tras impactar con cables eléctricos no aislados, una amenaza frecuente en zonas rurales de Nueva Zelanda.
“El kārearea es un ave impresionante”, reconoció Emma Blackburn, presidenta del Karearea Falcon Trust, en declaraciones difundidas por The Guardian. “Es la única rapaz endémica que nos queda y una parte fundamental de nuestro ecosistema”.
Las técnicas de cría en cautiverio, acogida y liberación han permitido aumentar su presencia en distintas regiones, aunque especialistas sostienen que sin cambios en la protección del hábitat y un mayor control de los depredadores, las amenazas seguirán afectando la supervivencia de la especie.
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