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La naturaleza marina alberga ciertas
La naturaleza marina alberga ciertas especies poseen una capacidad extraordinaria para renovar sus células de forma perpetua, lo que les posibilita escapar al proceso natural del envejecimiento. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En la naturaleza marina hay especies que tienen una capacidad extraordinaria para renovar sus células de manera continua, lo que les permite evadir el proceso natural del envejecimiento.

Estos organismos representan ejemplos fascinantes de longevidad extrema dentro del reino animal y brindan a la ciencia herramientas valiosas para estudiar y comprender los procesos biológicos asociados a su proceso de crecimiento.

Los ejemplares longevos comúnmente asociados con tortugas o elefantes quedan en segundo plano frente a las criaturas que habitan en los fondos marinos, ya que según un reportaje de National Geographic España las esponjas y los corales no sólo alcanzan edades centenarias, sino también milenarias, consolidándose como algunos de los seres más longevos que existen en la Tierra.

Especies marinas que desafían el tiempo

En esta lista, National Geographic presenta algunas de los seres marinos más longevos y extraordinarios, desde las antiguas esponjas y corales hasta las medusas inmortales y majestuosos tiburones:

Esponjas vítreas

Las esponjas vítreas pueden vivir
Las esponjas vítreas pueden vivir más de 15,000 años gracias a su metabolismo reversible y tejido sincitial, que les permite pausar su actividad celular para sobrevivir durante largos periodos. (Wikimedia commons)

Las esponjas vítreas, integrantes de la clase Hexactinellida, han habitado los océanos durante más de 600 millones de años y son consideradas como los organismos más longevos.

Un estudio reciente del Instituto Max Planck de Química en Maguncia, publicado en la revista científica Geophysical Research Letters, estima que algunas de estas esponjas podrían haber vivido hasta más de 15,000 años.

Según esta investigación, la clave de su casi inmortalidad radica en una parada reversible de su metabolismo, ya que en ciertos momentos, sus células dejan de latir y bombear, pero permanecen vivas, lo que les permite prolongar su existencia mucho más allá de otras especies.

Esta flexibilidad se debe a su tejido sincitial, una estructura celular única que contiene múltiples núcleos debido a la fusión celular, eliminando límites propios de las células convencionales y permitiendo la distribución libre de recursos a lo largo de grandes extensiones de tejido.

Gracias a esta particularidad, orgánulos esenciales como mitocondrias y núcleos pueden desplazarse sin obstáculos, facilitando la redistribución de energía durante periodos de letargo. Así, las esponjas pueden mantener sus funciones vitales incluso en niveles extremadamente bajos hasta que las condiciones ambientales mejoren, un mecanismo que podría compararse con congelar el tiempo.

Coral Negro

El coral negro puede vivir
El coral negro puede vivir hasta 5,000 años, pero su lento crecimiento lo hace especialmente vulnerable al cambio climático y a las alteraciones del entorno marino. (Wikimedia commons)

El coral negro, perteneciente al orden Antipatharia y característico de las aguas profundas, ha logrado sobrevivir a la depredación y, en mayor medida, al cambio climático, lo que lo convierte en un recurso invaluable para la orfebrería.

Un estudio de 2009, publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América, documentó un ejemplar con una antigüedad estimada en 5,000 años, una edad que coincide con periodos históricos muy antiguos.

El cambio climático está causando un impacto severo en estas excepcionales criaturas marinas, ya que los corales de aguas profundas son especialmente vulnerables a las alteraciones ambientales debido a sus lentos ritmos de crecimiento.

Una investigación, publicada en la revista Deep Sea Research, que evaluó el estado de salud de los corales negros en Nueva Zelanda, ejemplificó esta teoría al concluir que a pesar de su notable longevidad, el crecimiento de estos corales es extremadamente lento y representa una desventaja, lo cual los hace susceptibles a cambios drásticos en su entorno, debido a una limitada capacidad de recuperación y adaptación ante estas situaciones.

Esponja Barril

La esponja barril puede vivir
La esponja barril puede vivir hasta 2,000 años y alcanzar grandes tamaños, filtrando grandes volúmenes de agua para mantener la salud de los arrecifes coralinos. (Wikimedia commons)

La esponja barril (Xestospongia testudinaria) habita en el océano Índico en zonas como Filipinas, Indonesia, Malasia y Nueva Caledonia. La característica que la hace destacar es su extraordinaria capacidad para resistir el paso del tiempo, desarrollándose lentamente en un entorno marino estable donde puede alcanzar dimensiones impresionantes.

Esta especie puede vivir hasta 2,000 años, ganándose el apodo de “secuoya del arrecife” por su longevidad y tamaño. Además de alcanzar hasta dos metros de altura y un metro de diámetro, estas esponjas juegan un papel crucial en los ecosistemas coralinos gracias a su capacidad para filtrar grandes volúmenes de agua, lo cual ayuda a mantener la claridad y calidad del hábitat marino.

Tiburón de Groenlandia

El tiburón de Groenlandia puede
El tiburón de Groenlandia puede vivir hasta 400 años gracias a su metabolismo extremadamente lento, una adaptación clave para sobrevivir en las frías aguas del Ártico.(Imagen Ilustrativa Infobae)

El tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus) es considerado como el vertebrado más longevo del mundo, según DW Español. Los estudios recientes calculan que estas criaturas pueden vivir alrededor de 400 años, gracias a un metabolismo extremadamente lento producto de su adaptación a las frías aguas del Atlántico Norte y el Ártico.

La longevidad del tiburón de Groenlandia se debe a un metabolismo sumamente lento, una adaptación que le permite ahorrar energía, algo esencial para sobrevivir en las frías aguas de la región.

Los investigadores señalan que vivir en esta zona ralentiza los procesos metabólicos y la actividad bioquímica, lo que se traduce en un aumento de la esperanza de vida.

Medusa inmortal

La medusa Turritopsis dohrnii puede
La medusa Turritopsis dohrnii puede rejuvenecer al transformar sus células adultas en pólipos juveniles, lo que le otorga una capacidad única para evitar el envejecimiento.(Wikimedia Commons)

La medusa Turritopsis dohrnii empieza su vida como una pequeña larva que nada libremente y luego se fija en el fondo del mar, donde crece como un pólipo. Lo sorprendente de esta criatura es que, cuando se siente enferma o en peligro, puede volver a transformarse en pólipo, regresando a una etapa joven de su vida.

Este proceso de desarrollo inverso puede repetirse muchas veces, por lo cual se le llama inmortal. Aunque en la naturaleza muchas mueren por depredadores o enfermedades, ella no envejece como otros animales y tiene la capacidad de rejuvenecer, algo que los científicos estudian con mucho interés para entender mejor el envejecimiento.

Tortugas

La tortuga gigante de Aldabra,
La tortuga gigante de Aldabra, con su caparazón en forma de cúpula y cuello largo, puede vivir hasta 150 años, destacándose por su tamaño y su notable longevidad. (Captura de pantalla/Facebook/Bioparc Fuengirola)

La tortuga gigante de Aldabra (Aldabrachelys gigantea) es una de las especies terrestres más impresionantes por su tamaño y longevidad.

Originaria de la isla de Aldabra, en el archipiélago de las Seychelles, puede alcanzar más de un metro de longitud y pesar hasta 250 kilos, y se estima que puede vivir hasta 150 años, lo que la convierte en un símbolo de resistencia y longevidad.

Estas tortugas se reconocen no solo por su impresionante tamaño, sino también por su lento desarrollo, que contribuye a su larga vida. Sus cuerpos están protegidos por un caparazón en forma de cúpula que actúa como una armadura, y cuentan con un cuello largo que les permite alcanzar las hojas de árboles altos, ayudándolas a alimentarse en su entorno natural.

Ballena de Groenlandia

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Las ballenas de Groenlandia, las más longevas del planeta, pueden superar los 200 años y alcanzan la madurez sexual a los 25, lo que favorece su supervivencia frente a la caza comercial. (Wikimedia commons)

Al igual que ocurre con el tiburón de esta zona, las ballenas de Groenlandia (Balaena mysticetus) también se caracterizan por un crecimiento lento y una alta expectativa de vida.

Este mamífero, considerado el más longevo del mundo, puede vivir alrededor de 70 años en promedio, aunque algunos ejemplares pueden superar los 200 años. A diferencia del tiburón, las ballenas no tienen que esperar tanto tiempo para reproducirse, ya que alcanzan la madurez sexual aproximadamente a los 25 años.

Esta capacidad reproductiva relativamente temprana representa una ventaja importante para la especie, ya que muchas poblaciones han sido gravemente afectadas por la caza comercial.