
Cuando Tegan Strickland, cuidadora a domicilio, llegó a la casa de una nueva clienta que necesitaba sus servicios, recibió una advertencia inesperada por parte de la hija de la mujer: “Tiene un perro muy gordo, mi madre lo sobrealimenta”. Pero aunque Strickland ya imaginaba que la recibiría un lomito con sobrepeso, no estaba preparada para encontrarse con Daisy, una perra salchicha con una obesidad severa que claramente había sido descuidada durante años.
“Me encontré con Daisy por primera vez, y no tengo palabras para describir lo que sentí al verla en persona”, contó Strickland a la revista People. “Me quedé impactada. Era muy corpulenta”.
La situación del can reflejaba una historia más compleja detrás del exceso de peso. Su familia no sabía exactamente cuántos años tenía ni de dónde provenía, todo lo que conocían era que la madre, quien sufría de demencia, tenía la costumbre de sobrealimentarla, sin conciencia de los graves efectos que esto tendría para la salud de la perrita.
Durante los primeros meses, Strickland intentó cambiar los hábitos alimenticios en el hogar de las personas para las que trabajaba, sin embargo, el progreso fue limitado. “Si estás familiarizado con la demencia, sabes que es una batalla perdida. No funcionó”, explicó.
Finalmente, decidió hablar con los familiares de su clienta y les propuso adoptar a Daisy para intentar rehabilitarla. Relata para People que la familia aceptó sin problemas, pues entregar al animal representaba también un alivio para ellos ante la carga de cuidados que no podían manejar.
El 20 de mayo de 2025, la perrita fue oficialmente adoptada por Strickland, quien de inmediato la llevó al veterinario para comenzar su recuperación. En ese momento, la balanza mostró un peso alarmante de 55 libras, aproximadamente 25 kilogramos, una cifra muy por encima de lo normal para una perra salchicha.
Una larga lista de desafíos por superar

A dos semanas de ser adoptada, según lo detallado en un video en su cuenta de TikTok (@day_by_daisy), administrada por su nueva dueña, Daisy había perdido tres kilogramos, bajando a 22. Aunque era un progreso prometedor, sus problemas de salud eran muchos y graves. de hecho, en el mismo clip, Strickland relató que durante la visita al especialista llevada a cabo el pasado 11 de junio “el personal veterinario se sorprendió al ver el estado de Daisy”.
La canina fue diagnosticada con una infección por hongos, una infección dental severa, artritis en la espalda baja y un posible problema de tiroides. Los análisis de sangre posteriores confirmaron que sufría hipotiroidismo y niveles elevados de glóbulos blancos debido a las infecciones. Afortunadamente, pudo comenzar tratamiento con antibióticos y medicamentos específicos para estas condiciones.
Sumado a ello, su movilidad era extremadamente limitada al principio. Strickland recuerda en sus declaraciones para People: “No la llevábamos a ningún lado. Se sentaba en la esquina de mi casa. La sacábamos para que hiciera sus necesidades y luego la regresábamos a su esquina”. En ese estado, Daisy tenía poca interacción, poca energía y prácticamente ninguna calidad de vida.
Pero la respuesta del personal veterinario fue inmediata y positiva. “Cuando fue a su primera visita al veterinario, todos se enamoraron de ella”, cuenta Strickland. “Los veterinarios se esforzaron al máximo para examinarla. Estaban fascinados con ella”.
Desde entonces, Daisy ha bajado aproximadamente 4.5 kilogramos, alcanzando las 45 libras actuales, lo cual sigue siendo excesivo pero representa un importante avance. También se prepara para futuras extracciones dentales y sesiones de terapia acuática, necesarias para fortalecer sus articulaciones sin dañarlas.
Una vida nueva y una misión de concientización

Uno de los mayores desafíos para Strickland ha sido costear todos los tratamientos médicos y procedimientos necesarios. Por recomendación del veterinario, decidió abrir cuentas en redes sociales para Daisy, con el fin de documentar su progreso y recibir apoyo. Así, actualmente, su cuenta de TikTok acumula más de 10,100 seguidores y 203,300 me gusta, mientras que en Instagram cuenta con 1,781 seguidores.
Miles de personas se han sumado para seguir su esperanzador proceso, aunque no todos lo han hecho con comprensión, pues Strickland ha recibido comentarios de personas que asumieron erróneamente que ella fue quien la descuidó durante años.
“Soy consciente de que ver a Daisy es impactante. Me identifico con la ira que sintieron, y yo sentí lo mismo cuando la vi por primera vez”, expresa para People. “¿Cómo llegó a este punto? La gente está preocupada. Amamos a los animales”.
Pero más allá del proceso de recuperación de Daisy, Strickland ve una oportunidad adicional. Desea utilizar la creciente visibilidad de Daisy para crear conciencia sobre la demencia y cómo esta enfermedad puede afectar también a las mascotas.
“Me encantaría usarlo como una herramienta educativa sobre la demencia, porque mucha gente dice: ‘Con o sin demencia, el peso de Daisy no tiene excusa’. Entiendo esa forma de pensar, pero es un tema muy complejo”, reflexiona. “Me encantaría usar la plataforma para concienciar sobre las posibles consecuencias de lidiar con esto”.
Actualmente, gracias a sus avances de salud y la reciente vacunación, Daisy tiene la posibilidad de salir al parque y hacer más ejercicio junto a los corgis que forman parte de su nueva familia. Aunque al principio no sabía cómo reaccionar al nuevo entorno, logró adaptarse de manera satisfactoria. “La primera vez que fue al parque, se sentó y no sabía qué hacer. Ahora, cuando la sacamos, camina despacio”, comparte Strickland.
Pero además de caminar, la perra ha comenzado a disfrutar cosas simples como explorar el entorno y convivir con otros cánidos. “Le encanta explorar cosas nuevas. Le encanta jugar con mis tres corgis. Le encanta sentarse al aire libre bajo el sol”, añade Strickland para la publicación citada. “Cava un pequeño rincón y se sienta al sol. Se divierte muchísimo. Sin duda, tiene una vida nueva”.
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