Los avispones orientales toleran hasta 80% de etanol gracias a una simbiosis con levadura, revela estudio

Las concusiones señalan cómo la genética influye en la tolerancia al alcohol, destacando su capacidad única para metabolizar etanol y sobrevivir ante condiciones de clima adversas

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Un avispón oriental se alimenta
Un avispón oriental se alimenta de fruta fermentada, gracias a una mutación genética y a su relación simbiótica con levaduras silvestres, que le permite tolerar concentraciones de etanol de hasta un 80%, muy por encima de lo que soportan la mayoría de vertebrados. (WikiCommons/Gideon Pisanty)

Los avispones orientales han desarrollado una mutación genética que les permite soportar concentraciones de etanol de hasta un 80%, una cifra sorprendente si se compara con la mayoría de vertebrados que sufren efectos nocivos a partir de una ingesta de alcohol del 4 por ciento.

Según un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (Proceedings of the National Academy of Sciences), esta adaptación estaría vinculada a una relación simbiótica con la levadura de cerveza silvestre, que vive en su sistema digestivo durante el invierno y fermenta la fruta que consumen, proporcionando energía a los insectos.

La ecóloga de la Universidad Ben Gurion de Israel, Sofia Bouchebti, explicó para el National Geographic que dicha condición genética está relacionada con la evolución de múltiples copias de un gen que permite la tolerancia al alcohol.

Esta mutación no sólo protege a los avispones de los efectos tóxicos de la sustancia, sino que también les permite metabolizarlo y continuar con sus actividades normales, como la construcción del nido, sin sufrir resaca.

La relación simbiótica entre avispones y la levadura

Un avispón oriental sobre fruta
Un avispón oriental sobre fruta fermentada: estos insectos, gracias a una mutación genética y a su alianza con levaduras silvestres que fermentan su alimento, pueden tolerar hasta un 80% de etanol. (WikiCommons/ KPFC)

En los experimentos iniciales los científicos emplearon concentraciones de etanol del 20%, que corresponde al límite máximo que la levadura de cerveza puede producir de forma natural: “Nos sorprendió la ausencia de efectos negativos a esta concentración, por lo que decidimos aumentarla para determinar el nivel máximo que los avispones podían tolerar”, señaló Bouchebti, revelando que finalmente los insectos soportaron hasta un 80% de etanol.

“Lo que realmente me gustaría entender ahora es por qué los avispones orientales se han adaptado a concentraciones tan elevadas”, añadió.

La sorprendente tolerancia al alcohol de estos insectos se explica por su relación mutuamente beneficiosa con la levadura de cerveza silvestre, la cual no puede sobrevivir al frío, por lo que se refugia y reproduce en el estómago de los avispones durante el invierno, condición que le permite sobrevivir a condiciones adversas.

La levadura fermenta la fruta que los insectos consumen, generando etanol que les proporciona una fuente energética muy eficiente, ya que esta sustancia contiene casi el doble de calorías que el azúcar.

La simbiosis ha provocado que estas especies sean capaces de tolerar altos niveles de alcohol, permitiéndoles aprovechar un recurso alimenticio que para otros animales sería tóxico.

Bouchebti destaca que esta adaptación podría también tener beneficios antimicrobianos, ayudando a mantener a los avispones sanos y limpios, especialmente porque alimentan a sus larvas con carne en descomposición, un entorno potencialmente contaminado.

Impacto y perspectivas científicas del estudio sobre los avispones y el alcohol

 A diferencia de las
A diferencia de las avispas comunes, estos insectos toleran altos niveles de etanol sin alterarse, una adaptación crucial para sobrevivir y prosperar en su entorno. (Karla Salp/Departamento de Agricultura de Washington via AP)

La hipótesis del “mono borracho” sugiere que la dieta rica en etanol de nuestros antepasados primates podría estar vinculada con la compleja relación entre los humanos y el alcohol en la actualidad.

La entomóloga Chris Alice Kratzer, autora de Las avispas sociales de América del Norte (The Social Wasps of North America), destaca que no le sorprende que algunas avispas hayan desarrollado la capacidad de metabolizar el etanol.

“Estos insectos enfrentan un entorno donde muchas frutas maduran en otoño, coincidiendo con el pico de desarrollo de sus colonias en climas templados.”, comentó Kratzer para el National Geographic. Por lo cual esta habilidad para consumir líquidos de fruta fermentada resulta crucial para la supervivencia de la especie durante esta época del año.

Las avispas comunes suelen alimentarse de fruta fermentada en los huertos hasta el punto de perder el control de vuelo, llegando incluso a chocar entre ellas. En contraste, los avispones orientales parecen tolerar el consumo de etanol sin mostrar signos de alteración, un fenómeno que Kratzer describe como fascinante.