¿Por qué tenemos cada vez más mascotas?, esto explican los expertos sobre las nuevas familias

Cambios culturales, familias más pequeñas y redes sociales incrementan las cifras de animales domésticos en casa, a quienes ahora vemos como fuentes de bienestar emocional

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La evolución de la familia,
La evolución de la familia, la reducción en el número de integrantes, la disminución de interacciones significativas y la necesidad de afecto han convertido a los animales de compañía en aliados fundamentales para el bienestar emocional. -(Imagen Ilustrativa Infobae)

En las últimas décadas, las sociedades occidentales han experimentado transformaciones significativas en sus estructuras culturales y sociales. La creciente individualización, la reducción en el tamaño de los hogares y el debilitamiento de las interacciones intrafamiliares modifican la dinámica de convivencia, generando nuevas necesidades afectivas en cada una de las personas. Estos cambios propician la integración de las mascotas en los hogares, no solo como animales de compañía, sino como parte fundamental de la vida emocional de las personas.

El auge de los animales domésticos como seres de compañía, responde a una reconfiguración de los vínculos humanos, en un contexto donde la vida social está cada vez más fragmentada y las interacciones presenciales disminuyen debido a las redes sociales. Los animales de compañía son clave en el bienestar emocional, pues su función ahora va más allá de poseer un animal, si no que ahora son elementos de apoyo afectivo y emocional para sus dueños.

De acuerdo con The Conversation, en España el número de perros domésticos se duplicó entre 2010 y 2023, alcanzando los 9.3 millones. En el caso de México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre el año 2000 y 2010, el número de mascotas caninas aumentó un 20 por ciento. Ambas cifras reflejan un fenómeno global donde las mascotas pasan a ocupar un lugar preponderante en la estructura social y familiar.

¿Cómo son las familias actuales?

La relación con una mascota
La relación con una mascota no solo mitiga el sentimiento de soledad, sino que también refuerza la autoestima y contribuye al bienestar psicológico de sus dueños.

La transformación de la familia en las sociedades contemporáneas es drástica. Mientras que en décadas anteriores, los hogares se componían de padres, hijos y abuelos, los cambios en la cotidianidad han hecho que predomine la individualización. Este fenómeno se manifiesta en la proliferación de hogares unipersonales y en la consolidación de familias con pocos integrantes, ya sea de solo una pareja sin hijos, de madres o padres solteros con uno o más hijos, un matrimonio con solo un hijo, entre otras configuraciones.

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, realizado por el INEGI, “la célula básica de la sociedad mexicana se ha ido reduciendo con el paso de los años”. Actualmente, los hombres y mujeres prefieren solo cohabitar sin la necesidad de casarse; además, tanto las oportunidades laborales, escolares, así como las situaciones económicas y ambientales también han hecho que el promedio de hijos sea solo de dos. Esta nueva configuración familiar afecta en la calidad de las relaciones intrafamiliares. Al mismo tiempo, la disminución de interacciones profundas y el debilitamiento de los lazos afectivos impulsan la búsqueda de nuevas formas de conexión y apoyo emocional. Y es ahí donde las mascotas han tomado un lugar de acompañamiento.

Según la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (Enbiare) del año 2021, hay un aproximado de 80 millones de mascotas en 25 millones de hogares mexicanos. De esta cifra, 43.8 millones son perros, lo que representa el 54.75%; mientras que 16.2 millones corresponden a gatos, que es el 20.25% y 20 millones (25%), son peces y aves. Lo anterior demuestra que, mientras los integrantes humanos disminuyen, la presencia de las mascotas aumenta constantemente.

Los animales domésticos, que antes se situaban en el patio o la azotea de las casas, ahora suelen vivir dentro de los hogares, tener una cama cómoda, mejor atención médica, entre otras cosas. Esto surge principalmente porque ahora se les considera un miembro más de las familias gracias a su capacidad para brindar afecto incondicional y generar sensaciones de bienestar. Ya sean perros o gatos, su presencia en los hogares significa una solución ante la soledad y el aislamiento social. Las mascotas funcionan como elementos de estabilidad emocional, proporcionando un vínculo constante en un entorno donde las interacciones humanas pueden ser efímeras o insuficientes.

¿Por qué cada vez tenemos más mascotas?

En México, la cantidad de
En México, la cantidad de mascotas ha aumentado significativamente en los últimos años. Este incremento responde a diversos factores socioculturales que han redefinido la relación entre humanos y animales.

La tenencia de mascotas se ha convertido en una práctica cada vez más común en los hogares mexicanos, donde se perciben como integrantes fundamentales de la estructura familiar.

La humanización de los animales domésticos es uno de los factores clave para entender el crecimiento poblacional de las mascotas. Y es que la industria de productos y servicios especializados muestran un cambio en la percepción social sobre el rol de estos seres, una tendencia se acentuó tras la pandemia de COVID-19, debido al aislamiento generalizado en el mundo.

Otros elementos que impulsa la adopción de mascotas en México es la disminución de la tasa de natalidad, el auge del individualismo y el incremento en los niveles de empatía hacia los animales. La tendencia hacia hogares más pequeños ha hecho que muchas personas busquen en los animales una fuente de afecto incondicional y compañía constante, especialmente por una urbanización acelerada que

El impacto económico de esta transformación también es notable. La industria de productos para mascotas ha crecido exponencialmente, generando empleos y diversificando el mercado de servicios veterinarios, alimentación y entretenimiento para animales de compañía. Joan Tahull Fort, profesor de Sociología de la Universidad de Lleida, escribe en The Conversation que la urbanización acelerada hace que las relaciones humanas puedan tornarse cada vez más efímeras, por lo que las mascotas se vuelven un objeto de afecto imprescindible en la vida de muchas personas.