El extraño caso de un pulpo sobre un tiburón mako, un “taxi” marino que sorprende en Nueva Zelanda

La sorprendente interacción de estos animales en el golfo de Hauraki es un ejemplo de lo mucho que aún queda por descubrir acerca de la vida marina; los investigadores llamaron al inusual hecho como el “sharktopus”

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El avistamiento fue inusual por varias razones, entre ellas, que los pulpos no suelen frecuentar la superficie del agua. -(YouTube, Universidad de Auckland)

Los océanos albergan una notable diversidad de especies que interactúan dentro de ecosistemas complejos. Entre los organismos más populares y fascinantes que habitan estos entornos se encuentran los pulpos y los tiburones, dos criaturas con adaptaciones únicas que les permiten prosperar en sus respectivos hábitats. A pesar de compartir el océano, no es común ver algún tipo de interacción directa entre estas especies, especialmente por sus diferencias en comportamiento y nicho ecológico.

El pulpo es un molusco cefalópodo que se reconoce por su inteligencia, su capacidad de camuflaje avanzado y su habilidad para modificar la forma de su cuerpo, lo que le permite desplazarse a través de espacios reducidos. Su vida transcurre predominantemente en los fondos marinos, donde se esconde entre rocas y corales con el fin de evitar depredadores.

En contraste, el tiburón mako (Isurus oxyrinchus) es un depredador sumamente ágil y veloz, con la capacidad de alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora, lo que lo convierte en el tiburón más rápido del mundo. Dada la diferencia en sus hábitos, la interacción entre ambas especies es un fenómeno poco documentado, por lo que el reciente avistamiento de un pulpo sobre el lomo de un tiburón mako es un hecho particularmente notable.

Un pulpo usando un “taxi tiburón”

El avistamiento de esta inusual
El avistamiento de esta inusual interacción refuerza la idea de que aún queda mucho por descubrir respecto al comportamiento de los animales marinos y sus relaciones ecológicas.

En diciembre de 2023, un equipo de investigadores de la Universidad de Auckland documentó una escena extraordinaria en el golfo de Hauraki, cerca de la isla de Kawau, Nueva Zelanda. Durante una expedición orientada al monitoreo de la fauna marina, los científicos observaron un tiburón mako con un elemento inusual adherido a su cabeza. En un primer momento, se pensó que podía tratarse de una boya o una herida; sin embargo, al desplegar drones y cámaras submarinas para una mejor observación del animal se reveló que en realidad se trataba de un pulpo aferrado firmemente al tiburón.

La profesora Rochelle Constantine, de la Facultad de Ciencias Biológicas, expuso en un artículo publicado por la universidad que cuando el equipo registró este inusual encuentro, el pulpo parecía estar sujeto firmemente mediante sus tentáculos, lo cual podría ser una estrategia de supervivencia al intentar escapar de algún depredador, o un intento de aprovecharse del desplazamiento del tiburón.

Otra teoría sugiere que el cefalópodo pudo haber intentado cazar al tiburón desde el fondo marino y, al no soltarlo a tiempo, quedó adherido a su cabeza. Asimismo, es posible que el tiburón hubiera incursionado en aguas menos profundas de lo habitual, coincidiendo con el hábitat del pulpo, lo que propició el encuentro. No obstante, las razones exactas detrás de esta interacción permanecen inciertas.

El avistamiento de esta inusual interacción refuerza la idea de que aún queda mucho por descubrir respecto al comportamiento de los animales marinos y sus relaciones ecológicas. La breve observación, que tuvo una duración aproximada de 10 minutos, dejó más interrogantes que respuestas y subrayó la importancia de continuar con la investigación sobre estos ecosistemas.

Tiburón mako, una especie en peligro

La interacción observada entre el
La interacción observada entre el pulpo y el tiburón no solo resalta la complejidad de la vida en los océanos, sino que también enfatiza la necesidad de estudiar y conservar estas especies antes de que desaparezcan. - (Gettyimages)

El tiburón mako de aleta corta se encuentra en una situación crítica de conservación. De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), esta especie está clasificada como en peligro de extinción debido a la significativa reducción de su población en las últimas décadas. En el Atlántico Norte, se estima que la población ha disminuido en un 60 %, mientras que en el Mediterráneo se considera en peligro crítico de extinción.

Las principales amenazas que enfrenta esta especie incluyen la sobrepesca, la captura incidental y la pesca deportiva. Este animal es capturado debido a la alta demanda de su carne y aletas en el mercado internacional. Adicionalmente, numerosos tiburones mako son atrapados de manera accidental en redes de pesca orientadas a otras especies, lo que contribuye a su disminución. En el caso de quienes los retienen por deporte, usualmente los liberan después de un rato, pero el estrés y las lesiones sufridas durante la captura suelen ser fatales para el animal.

Para abordar esta crisis, en 2021 la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) implementó un plan de recuperación para el tiburón mako en el Atlántico Norte. Dicha iniciativa prohíbe la retención, el transbordo y la comercialización de esta especie. Asimismo, se han promovido mejores prácticas para la liberación de ejemplares vivos con el propósito de reducir la mortalidad accidental y permitir la recuperación de la especie.

El océano es un mundo vasto y complejo, lleno de interacciones que aún no han sido completamente comprendidas. A medida que la actividad humana sigue afectando los océanos, proteger estas especies y sus hábitats se vuelve una tarea esencial para garantizar el equilibrio ecológico y la supervivencia de innumerables formas de vida.