Los ataques de lobos a la ganadería en Castilla y León, comunidad autónoma de España, alcanzaron, con un total de 3 mil 973 incidentes registrados, lo que representa un incremento del 11 % en comparación con los 3 mil 566 ataques de 2023.
Este aumento no sólo refleja una tendencia al alza respecto al año anterior, sino que también supone un crecimiento del 23 % frente a 2022 y del 47 % en relación con 2021, según informó este martes 11 de marzo la Consejería de Medio Ambiente en una rueda de prensa.
El impacto de estos ataques no se limita al número de incidentes, sino que también se traduce en un aumento significativo en las pérdidas de ganado.
Un problema en aumento
Durante 2024, un total de 5 mil 985 cabezas de ganado murieron como consecuencia de estos ataques, un 8 % más que en 2023, cuando se registraron 5 mil 567 muertes, de acuerdo con la agencia de noticias EFE.
En comparación con 2022, el incremento es del 10 %, mientras que respecto a 2021, año en el que el lobo fue incluido en la lista de especies protegidas, el aumento alcanza el 39 %.
Por provincias, Ávila se posiciona como la más afectada, concentrando el 25 % de las muertes de ganado en toda la comunidad autónoma. En total, mil 525 reses murieron y 37 resultaron heridas en esta provincia durante 2024. Le siguen Zamora, con mil 108 animales muertos (19 %), y Segovia, con 868 reses (15 %).
Un caso particular es el de Burgos, donde los daños se han multiplicado por ocho en comparación con 2021. En ese año, la provincia registró 85 muertes de ganado, mientras que en 2024 la cifra ascendió a 813, lo que representa un aumento drástico en los últimos tres años.
El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, explicó que el carácter extensivo de la ganadería en provincias como Ávila facilita los ataques de lobos, ya que los animales pastan en espacios abiertos, lo que los hace más vulnerables.
Indemnizaciones millonarias para los ganaderos afectados
La Consejería de Medio Ambiente también informó que las indemnizaciones abonadas a los ganaderos por los daños causados por los lobos en 2024 ascendieron a 4,8 millones de euros, una cifra significativamente superior a la de años anteriores. En 2021, por ejemplo, las compensaciones no alcanzaron el millón de euros.
Según EFE, a pesar de estas medidas, Suárez-Quiñones subrayó que la solución no pasa por estabular a todo el ganado ni por una simple reducción del número de lobos en la comunidad. Según el consejero, el equilibrio entre la protección del lobo y la ganadería es un desafío complejo que requiere un enfoque integral.
El consejero también cuestionó la decisión del Gobierno de España de incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), lo que prohíbe su caza.
Según Suárez-Quiñones, esta medida está cada vez más injustificada, especialmente en un contexto en el que la Comisión Europea ha tomado decisiones para reducir el nivel de protección del lobo en el continente.
En este sentido, el consejero anunció que 13 comunidades autónomas, incluida Castilla y León, formarán un frente común para solicitar al Gobierno que retire al lobo del LESPRE. Además, mencionó que el Partido Popular (PP) ha presentado una serie de propuestas al respecto, que serán debatidas en el Senado y, posteriormente, en el Congreso.
Suárez-Quiñones también expresó su esperanza de que el Gobierno recapacite y siga la corriente europea, derogando la orden ministerial que protege al lobo.
Una situación “catastrófica”
Las Organizaciones Profesionales Agrarias (OPA), que se reunieron este lunes con la Consejería de Medio Ambiente para analizar los datos, describieron la situación como “catastrófica”, de acuerdo con EFE.
Según Donaciano Dujo, representante de Asaja, “los datos asustan”, mientras que Jesús Manuel González Palacín, de la UCCL, advirtió que la desaparición de la ganadería extensiva debido a los ataques de lobos podría tener consecuencias graves, como un aumento en los incendios forestales por la falta de limpieza de los pastos.
Ambos representantes coincidieron en que, en la actualidad, el verdadero peligro de extinción no lo enfrenta el lobo, sino los ganaderos, quienes ven amenazada su actividad por la creciente incidencia de estos ataques.
El aumento sostenido de los ataques de lobos en Castilla y León plantea un desafío significativo para la convivencia entre la ganadería y la fauna silvestre.
Mientras las autoridades buscan un equilibrio entre la protección del lobo y la supervivencia de los ganaderos, las cifras de daños y muertes de ganado continúan en ascenso, generando tensiones entre los sectores implicados.
La situación exige medidas urgentes y consensuadas que permitan abordar este problema de manera efectiva, garantizando tanto la conservación de la especie como la viabilidad de la ganadería extensiva, una actividad clave para el desarrollo rural en la región.
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