¿Solo croquetas?, Los gatos pueden comer hasta 2 mil especies, revela estudio

Desde sus orígenes, los gatos han sido depredadores por naturaleza, siendo la caza de roedores uno de los aspectos que favoreció su convivencia con los seres humanos. Sin embargo, la contraparte de esta habilidad surgió cuando las personas desplazaron a los felinos a diversas partes del mundo, incluso en ecosistemas que no estaban adaptados a su presencia.

Independientemente de su ubicación geográfica, los gatos tienen comportamientos instintivos de acecho, emboscada y caza, lo que también los hace una especie invasora que termina con la fauna.

Y es que aunque la mayoría de los gatos que existen en el mundo son domésticos, los felinos continúan cazando sin importar que sus cuidadores les provean alimento, es decir, que su instinto depredador no está únicamente relacionado con la necesidad de comer, sino también con su comportamiento natural. Por lo anterior, investigadores han profundizado el tema para conocer la gran variedad de especies que los gatos pueden consumir, tanto en entornos urbanos como rurales.

Un estudio publicado en la revista Nature Communications documentó la diversidad en la dieta de los gatos domésticos en libertad, incluyendo tanto aquellos que viven sin supervisión humana como los que se encuentran en la vida silvestre. Además de ratones y pájaros que puede ser lo más común -incluso retratado en dibujos animados como “Tom y Jerry” o “Silvestre y Piolín”- el informe dio a conocer que hay alrededor de 2 mil especies que estas mascotas consumen.

Según la investigación a cargo de Christopher Lepczyk, especialista en vida salvaje, biodiversidad y conservación, se detectaron 2 mil 084 especies consumidas por gatos, de las cuales 347 (16.65%) son de interés para la conservación.

Aproximadamente la mitad de las especies identificadas corresponden a aves, reptiles y mamíferos. Además, se encontró un porcentaje significativo de insectos dentro de su dieta, incluyendo mariposas monarca, polillas halcón de manchas rosadas y libélulas emperador.

También se registraron casos de consumo de animales poco comunes en su dieta, como camellos, vacas y tortugas marinas verdes. Los investigadores mencionaron que en el caso de los camellos y vacas, es probable que los gatos consumieran por carroña, mientras que las tortugas marinas verdes probablemente eran crías.

Christopher Lepczyk, ecólogo de la Universidad de Auburn, enfatizó que la diversidad de especies consumidas por los gatos es significativamente mayor de lo que se había estimado previamente. Las consecuencias ecológicas de la depredación felina son particularmente graves en islas remotas, donde las especies han evolucionado sin la presencia de depredadores mamíferos y, por lo tanto, carecen de mecanismos de defensa contra ellos. Sin embargo, el impacto también es evidente en territorios continentales.

Un estudio conjunto del gobierno de los Estados Unidos y el Instituto Smithsonian calculó que los gatos matan aproximadamente 2 mil 400 millones de aves al año en ese país, lo que contribuye al declive poblacional de varias especies.

En el caso de México, un gato doméstico bien alimentado por su cuidador mata por año un promedio de 45 mamíferos, tres anfibios, ocho reptiles, 39 aves, y un número indeterminado de artrópodos. Si bien no suena tan impactante que un gato mate alrededor de 95 animales anualmente, en el país se contabilizan más de 10.5 millones de gatos, lo que implica una pérdida de mil millones de animales cada 12 meses, según el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El estudio publicado en Nature Communications evidencia la necesidad de una mayor regulación y conciencia sobre el impacto de los felinos en el ecosistema. Aunque estos felinos son apreciados como compañeros en muchos hogares, es fundamental promover prácticas responsables para minimizar los efectos negativos de su comportamiento depredador.

Los esfuerzos de conservación deben ir acompañados de medidas efectivas, como programas de esterilización y regulaciones sobre las mascotas. Al mismo tiempo, es posible garantizar el bienestar de los gatos domésticos a través de una alimentación adecuada y entornos enriquecidos que reduzcan su necesidad de cazar. De esta manera, se puede alcanzar un equilibrio entre la protección de la biodiversidad y el bienestar de estos animales.

Satisfacer las necesidades alimenticias de los gatos, a través de comidas equilibradas y ricas en proteínas cárnicas, reduce una parte de su instinto de caza.

Especialistas señalan que es importante también reducir el tiempo al aire libre o hacerlo de manera segura, por ejemplo, a través de paseos donde el felino se mantenga cerca con un arnés y una correa, o a través de un patio especial que le permita observar la naturaleza y el entorno pero sin poder cazar.

De la misma forma, es imprescindible reorientar sus instintos de caza a través de juguetes que se asemejen a presas naturales, lo que le permite ejercitar su instinto sin lastimar a ningún animal. Otros accesorios como rascadores, estantes cerca de las ventanas o trepadores por su hogar los mantiene ocupados y sin necesidad de cazar.