El regreso épico de un gigante: por primera vez en 10 mil años, el bisonte europeo recobra su libertad

Ocho ejemplares han sido liberados por primera vez en milenios en Portugal, marcando un nuevo capítulo en la recuperación de la especie

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Durante décadas, un esfuerzo conjunto
Durante décadas, un esfuerzo conjunto trabajó para reintroducir este animal en sus territorios naturales (Alek Somber/ Wikimedia)

Hace menos de un siglo, el futuro del bisonte europeo parecía perdido. Sin embargo, hoy este majestuoso coloso de la fauna del continente resurge con fuerza.

Rewilding Europe, una organización conservacionista sin fines de lucro, acaba de anunciar la liberación de ocho bisontes en la finca Herdade do Vale Feitoso, en Castelo Branco, Portugal. Por primera vez en 10 mil años, estos impresionantes animales vuelven a deambular libres por estas tierras.

El renacer de la especie es un verdadero hito ecológico. Desde 1927, cuando apenas 54 ejemplares sobrevivían en cautiverio, la población ha aumentado a más de 7 mil individuos, fruto de programas de cría innovadores, reintroducciones estratégicas y el esfuerzo conjunto de comunidades y organizaciones internacionales comprometidas con la conservación.

La caza intensiva y la pérdida de hábitat llevaron al bisonte a la extinción salvaje en 1927, con el abatimiento del último ejemplar en el Cáucaso. Desde entonces, su recuperación ha sido lenta pero firme.

Un plan para la supervivencia

La población libre de bisontes
La población libre de bisontes tiene ocho subpoblaciones viables, pero muchas siguen estando fragmentadas (Wilson Hui/ Wikimedia)

Desde 2004, los esfuerzos de restauración del bisonte europeo han estado guiados por el Bison Action Plan, ideado por el Grupo de Supervivencia de Especies de la UICN en colaboración con el Centro de Conservación del Bisonte Europeo (EBCC).

Este plan tiene como objetivos aumentar las poblaciones, preservar la diversidad genética y asegurar una integración sostenible de estos animales en los ecosistemas europeos.

Un momento crucial en este proceso se produjo en 2020, cuando la UICN revisó el estatus del bisonte europeo en su Lista Roja, pasando de “Vulnerable” a “Casi Amenazado”.

Sin embargo, a pesar de estos avances, Rewilding Europe ha señalado que la especie aún enfrenta desafíos significativos: la limitada diversidad genética, la hibridación con bisontes americanos, nuevas amenazas sanitarias, la escasez de hábitats adecuados y el aislamiento de las poblaciones.

En la actualidad, sólo ocho subpoblaciones en libertad alcanzan un tamaño viable de al menos 150 individuos, mientras que muchas otras siguen siendo pequeñas y fragmentadas.

Para abordar estos problemas, se está desarrollando un segundo Bison Action Plan, liderado por la UICN y su Grupo Especialista en Bisontes, que buscará actualizar las estrategias de reintroducción y manejo de la especie.

La importancia de este coloso

En los años 20, el
En los años 20, el bisonte fue declarado extinto en estado salvaje (Digitura/ Wikimedia)

El bisonte europeo no sólo simboliza la conservación, sino que también cumple un papel fundamental en los ecosistemas que habita. Su dieta, compuesta en gran parte por pastos y arbustos, y comportamientos como el descortezado de árboles y la creación de claros, promueven la biodiversidad.

Además, al dispersar semillas y nutrientes a través de su estiércol, beneficia a más de 200 especies de plantas y apoya a polinizadores y aves. Un ejemplo destacado de esta sinergia entre conservación y transformación de paisajes se observa en los Cárpatos Meridionales de Rumania.

Desde 2014, un programa de reintroducción ha permitido que los bisontes comiencen a modificar el entorno, creando hábitats más diversos que favorecen a pequeños mamíferos, aves e invertebrados.

Este proyecto, respaldado por el programa LIFE de la Unión Europea y la Lotería Postal de los Países Bajos, ha conseguido que más de 100 bisontes vivan en libertad en la región, con más de 25 crías nacidas en estado salvaje.

Cerca del pueblo de Armeniș, en los mismos Cárpatos Meridionales, se ha desarrollado uno de los modelos de reintroducción más exitosos. En 2021, la translocación de 26 bisontes elevó la población en libertad a más de 100 individuos, convirtiéndola en la mayor de Rumania.

Diseñado para favorecer la reproducción natural y la formación de una población autosuficiente, el programa contempla una segunda fase con nuevas liberaciones para alcanzar un mínimo de 150 animales, junto con un monitoreo continuo y la integración de las comunidades locales en los beneficios económicos derivados de la presencia de estos majestuosos animales.

Europa se encuentra en un momento crucial para la recuperación de su fauna. Factores como el abandono de áreas rurales, un marco legislativo más sólido, redes de áreas protegidas y un creciente interés público por la vida silvestre están permitiendo que numerosas especies, incluido el bisonte europeo, recolonicen sus antiguos territorios.

Aunque los desafíos persisten, el caso del bisonte europeo es un ejemplo alentador de cómo la colaboración internacional, el compromiso local y la ciencia pueden revertir el declive de una especie, haciendo que este mamífero, que estuvo al borde de la extinción, no sólo sobreviva, sino que contribuya activamente a la biodiversidad y al equilibrio ecológico de los paisajes europeos.