Un cachorro de foca gris, de apenas cinco o seis semanas de vida, se encuentra bajo cuidado intensivo en el Mystic Aquarium, en Connecticut, Estados Unidos, tras haber sido hallado en un lugar inesperado: las calles de New Haven, a más de 300 metros del río más cercano.
El animal fue rescatado el pasado 16 de febrero por la policía local después de que un transeúnte alertara sobre su presencia, creyendo que podría estar herido, según informó la agencia de noticias Associated Press (AP).
El hallazgo ocurrió cerca de la Universidad de Yale, en una zona urbana donde la presencia de una foca es completamente inusual. De acuerdo con el portavoz del Departamento de Policía de New Haven, el oficial Christian Bruckhart, el animal fue encontrado en un estado de bajo peso, lo que motivó su traslado inmediato al acuario para recibir atención médica y rehabilitación.
Un rescate inusual en el corazón de la ciudad
El cachorro de foca fue descubierto a más de 300 metros del río más cercano, lo que generó sorpresa entre los residentes y las autoridades locales. Según detalló AP, los oficiales permanecieron junto al animal hasta que pudo ser transportado al Mystic Aquarium, donde ahora recibe tratamiento especializado.
El oficial Bruckhart, en tono humorístico, comentó que inicialmente asumieron que la foca había llegado a la ciudad “para probar la pizza de almejas”, un platillo típico de la región, aunque aclaró que lo más importante era garantizar su seguridad.
El 18 de febrero, los oficiales que participaron en el rescate visitaron al animal en el acuario, donde el personal trabaja para que recupere el peso adecuado. Según explicó Bruckhart, el objetivo es liberar a la foca en un lugar más seguro, posiblemente en la costa este, pero no demasiado lejos de donde fue encontrada.
El cachorro de foca ya había sido avistado en al menos dos ocasiones previas por el personal del acuario, según reportó el medio local WTNH-TV. En esas ocasiones, el animal fue trasladado a una playa, pero volvió a dirigirse hacia el centro de la ciudad.
Este comportamiento, según los expertos, podría estar relacionado con su instinto de evitar el agua y a otros ejemplares de su especie, que podrían representar una amenaza.
Las focas grises, como esta, son comunes en las aguas costeras del Atlántico Norte. Su dieta incluye peces, crustáceos, calamares, pulpos e incluso aves marinas, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Al nacer, pesan alrededor de 16 kilogramos y, durante sus primeras tres semanas de vida, suelen ganar aproximadamente 1.4 kilogramos por día.
Un proceso de rehabilitación intensivo
El Mystic Aquarium compartió el 18 de febrero una actualización sobre el estado del cachorro de foca a través de su página de Facebook. En la publicación, el acuario informó que el animal se encuentra “alerta y receptivo” a los tratamientos, aunque aún no ha desarrollado la capacidad de alimentarse por sí mismo con pescado.
Un día después, el acuario difundió un video en el que brindó más detalles sobre la evolución del mamífero. En la grabación, se explica que la foca está bajo constante supervisión en la clínica de rescate de animales y que, como parte de su proceso de rehabilitación, está aprendiendo a comer pescado de manera autónoma.
Además, se menciona que recibe líquidos diariamente para asegurar su correcta hidratación y que cuenta con un plan de tratamiento individualizado diseñado para acelerar su recuperación.
Para ayudarlo en esta transición, el equipo de voluntarios e internos del acuario le ofrece sesiones diarias de la llamada “escuela de peces”, un entrenamiento destinado a enseñarle a alimentarse sin asistencia. Mientras adquiere esta habilidad, el cachorro sigue recibiendo un batido de pescado con alto contenido calórico, lo que garantiza que continúe ganando peso y fortaleciéndose.
El objetivo final del acuario es lograr que el animal recupere su estado óptimo de salud para que pueda ser reintroducido en su hábitat natural. Las autoridades han señalado que la liberación se realizará en un entorno seguro y adecuado para su especie, reduciendo así los peligros que podría enfrentar si permaneciera en un área urbana.
El caso de esta joven foca resalta los desafíos que los animales marinos enfrentan en entornos cada vez más alterados por la actividad humana. Si bien aún se desconoce con certeza qué llevó a este cachorro a alejarse tanto de su hábitat natural, su historia subraya la relevancia de los programas de conservación y rehabilitación impulsados por organizaciones como el Mystic Aquarium, cuyo trabajo resulta clave para la protección y el bienestar de la vida silvestre.
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