Un descubrimiento realizado en la Colección Nacional de Insectos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha revelado una nueva especie de polilla medidora, denominada Ofelia jaliscana, que podría ser endémica del bosque tropical seco de Chamela, en el estado de Jalisco.
Este hallazgo, liderado por Ivonne Garzón-Orduña, investigadora del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, no sólo añade una nueva especie a la ciencia, sino que también introduce un género completamente nuevo, que fue llamado Ofelia, en honor a la madre de la científica.
Según informó la UNAM, el descubrimiento tiene implicaciones significativas para la comprensión de la biodiversidad y la conservación de los ecosistemas.
Un hallazgo con raíces en el pasado
Este avance fue publicado el pasado nueve de enero en la revista internacional de taxonomía Zootaxa con el nombre Ofelia jaliscana, un nuevo género y especie de ennominos (lepidoptera geometridae) de México.
Garzón-Orduña explicó en un boletín de la UNAM, que la singularidad de esta polilla radica en sus características internas, particularmente en los genitales del macho, que no se asemejan a los de ninguna otra polilla medidora conocida.
Además, destacó que este hallazgo subraya la importancia de preservar los bosques tropicales secos, considerados uno de los ecosistemas más frágiles del planeta. De acuerdo con la UNAM, los ejemplares de Ofelia jaliscana fueron recolectados en 1980 en la Estación Biológica de Chamela, una instalación del Instituto de Biología.
Desde entonces, han permanecido en la Colección Nacional de Insectos, el acervo más grande de su tipo en México, fundado en 1929. Sin embargo, el descubrimiento de esta nueva especie no se produjo hasta que Garzón-Orduña asumió en 2019 el cargo de curadora de la colección.
La investigadora explicó que, al revisar los ejemplares, identificó nueve polillas que no encajaban en ningún grupo descrito hasta el momento. Este hallazgo la llevó a crear un nuevo género para clasificar a la especie.
Según detalló, el trabajo taxonómico comenzó con la observación de características morfológicas únicas bajo el microscopio, ya que los intentos de obtener secuencias de ADN fueron infructuosos debido al deterioro del material genético con el paso de las décadas.
La Ofelia jaliscana se distingue por su pequeño tamaño, con una envergadura de aproximadamente dos centímetros de ala a ala. Su coloración dorsal es críptica, lo que le permite camuflarse en su entorno natural, mientras que en la parte ventral presenta manchas de color café sobre un fondo mostaza, lo que la hace visualmente llamativa.
Sin embargo, lo que realmente la diferencia de otras polillas medidoras son sus características internas, especialmente los genitales masculinos, que no tienen precedentes en este grupo de insectos.
Las polillas medidoras, conocidas por el peculiar movimiento de sus orugas, desempeñan roles ecológicos esenciales. Durante su etapa larval, se alimentan de plantas, ayudando a controlar su proliferación, y a su vez, sirven como alimento para aves y otros insectos. En su etapa adulta, muchas polillas contribuyen a la polinización, un proceso crucial para los ecosistemas.
Un centro de biodiversidad aún por explorar
Según destacó la UNAM, el descubrimiento de Ofelia jaliscana reafirma la importancia de las colecciones biológicas y del territorio mexicano como un centro clave de biodiversidad. Aunque se estima que en México existen alrededor de 15 mil especies de polillas y mariposas, esta cifra podría ser una subestimación debido a la falta de estudios recientes y trabajo de campo continuo.
“Esos censos ya tienen algunos años, hace falta trabajo de campo y todo el tiempo; con el trabajo que hacemos los taxónomos se describen nuevas, entonces esa es una subestimación”, mencionó la especialista
Garzón-Orduña enfatizó que regiones como Chiapas y Oaxaca son particularmente ricas en diversidad y endemismos, es decir, especies únicas de esas zonas geográficas.
Sin embargo, el bosque tropical seco de Chamela, donde se encontró Ofelia jaliscana, también es un ecosistema de gran relevancia, aunque altamente vulnerable.
El hallazgo de Ofelia jaliscana podría ser sólo el comienzo. Según informó la UNAM, Garzón-Orduña ha identificado otra especie del mismo género en Guatemala, que actualmente está en proceso de descripción y nombramiento.
Además, fotografías recientes sugieren la posible presencia de una polilla similar en Oaxaca, aunque será necesario recolectar y analizar ejemplares para confirmar si se trata de la misma especie o de una nueva.
Este descubrimiento no sólo amplía el conocimiento sobre los lepidópteros, sino que también resalta la necesidad de continuar explorando y documentando la biodiversidad.
“Aunque a veces tenemos la impresión de que ya lo conocemos todo, es importante que cuando vayamos al campo los biólogos sigamos colectando”, afirmó Garzón-Orduña en declaraciones recogidas por la UNAM.
El papel de las colecciones biológicas en la ciencia
La Colección Nacional de Insectos, donde se resguardan los ejemplares de Ofelia jaliscana, es un recurso invaluable para la investigación científica. Fundada hace casi un siglo, esta colección alberga una vasta diversidad de insectos provenientes de todo México, y su importancia radica en ser un archivo vivo de la biodiversidad del país.
El caso de Ofelia jaliscana pone de manifiesto cómo estos acervos pueden seguir generando descubrimientos décadas después de que los especímenes hayan sido recolectados.
Según la UNAM, este hallazgo también evidencia la necesidad de contar con especialistas en diferentes grupos de insectos, ya que durante años los ejemplares de esta polilla pasaron desapercibidos debido a la falta de expertos en lepidópteros.