Los tigres malayos, una especie en peligro crítico de extinción, no sólo enfrentan la amenaza de la caza furtiva en la selva, sino también un enemigo inesperado en altamar: las flotas pesqueras.
Una investigación reciente reveló que barcos de pesca comercial están siendo utilizados para traficar partes de estos felinos en peligro crítico de extinción, facilitando su traslado a Vietnam sin ser detectados, de acuerdo con información de la agencia de noticias Associated Press (AP)
Según el estudio, elaborado por Panthera, ZSL y la Universidad Sunway de Malasia, estas embarcaciones se han convertido en una pieza clave dentro de una red sofisticada de contrabando que evade los controles terrestres y aéreos.
Rutas marítimas: una ventaja para el tráfico
A través de entrevistas con más de 50 personas involucradas en estas operaciones, incluidos cazadores furtivos y traficantes, los investigadores descubrieron que los barcos pesqueros permiten mover grandes cantidades de mercancía ilícita a menor costo y con menor riesgo de ser inspeccionados en comparación con las rutas terrestres o aéreas.
“Para realmente abordar un problema e implementar una intervención efectiva, es necesario comprenderlo a fondo”, afirmó Rob Pickles, autor principal del estudio y miembro de Panthera, en una entrevista telefónica con AP desde Kuala Lumpur.
“Esperamos que este estudio contribuya a ese nivel de entendimiento y nos permita diseñar estrategias más precisas para combatir el tráfico.”, agregó.
El uso de embarcaciones pesqueras en el tráfico de partes de tigre responde a varias razones estratégicas. Primero, los barcos pueden transportar grandes cantidades de mercancía sin atraer sospechas, ya que el comercio pesquero es una actividad económica común en la región.
Segundo, los costos de transporte por mar son menores en comparación con otras rutas, lo que incrementa las ganancias de los traficantes. Finalmente, los controles aduaneros sobre la pesca suelen ser menos rigurosos que los aplicados en aeropuertos o pasos fronterizos terrestres.
Según la investigación, los traficantes aprovechan la infraestructura portuaria existente y utilizan documentos falsificados para ocultar el comercio ilegal.
“Los barcos de pesca no solo facilitan el transporte, sino que también proporcionan una fachada para las operaciones”, explicó Pickles. “Es una forma de tráfico más difícil de detectar, lo que la convierte en una opción preferida para los criminales.”
El declive del tigre malayo
Esta especie, Panthera tigris jacksoni, ha experimentado una drástica reducción de su población en las últimas décadas. Según AP, en la década de 1950 había alrededor de 3 mil ejemplares en la región.
Actualmente, la cifra ha caído a aproximadamente 150 individuos en estado salvaje. En los últimos 25 años, la especie ha desaparecido por completo de Camboya, Laos y Vietnam.
Los principales factores que han llevado al declive del tigre malayo incluyen la caza furtiva impulsada por la demanda de partes de tigre en la medicina tradicional asiática, así como la destrucción de su hábitat debido a la deforestación y el desarrollo agrícola.
“La situación es crítica. Si no tomamos medidas efectivas ahora, el tigre malayo podría desaparecer en los próximos años”, advirtió Pickles.
Los expertos en conservación sostienen que el estudio proporciona información clave para mejorar las estrategias de aplicación de la ley. Una de las principales recomendaciones es reforzar la vigilancia en los puertos y zonas pesqueras donde operan estas redes de tráfico. Además, se sugiere fortalecer la cooperación entre países de la región para desmantelar los grupos criminales involucrados.
“Comprender la logística y las rutas que utilizan los traficantes es esencial para desarrollar respuestas más efectivas”, señaló Pickles. “Este conocimiento nos permite identificar puntos vulnerables en la cadena de suministro ilegal y atacarlos con medidas específicas.”
El informe también destaca la necesidad de incrementar las penas para los involucrados en el tráfico de especies protegidas y mejorar los mecanismos de inteligencia para rastrear las redes de distribución. Además, los investigadores enfatizan la importancia de campañas de concientización para reducir la demanda de productos derivados de tigres.
“Si la demanda persiste, el tráfico continuará”, afirmó Pickles. “Debemos cambiar la percepción pública y promover alternativas sostenibles que protejan a estos animales en lugar de explotarlos.”