El peor enemigo de los roedores: Nueva York aprovecha el frío para exterminar esta plaga

Aunque no se conoce con exactitud el número de ratas que habitan en la ciudad, el invierno podría ayudar a reducir considerablemente los números

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Las ratas noruegas, comunes en
Las ratas noruegas, comunes en Nueva York, están reduciendo su actividad debido a las fuertes bajas de temperatura (AP/Seth Wenig)

La abrupta caída de las temperaturas en Nueva York esta semana no sólo ha impactado a los residentes de la ciudad, sino también a otra especie que convive en sus calles: los roedores.

La ola de frío extremo, con temperaturas máximas que apenas alcanzaron los 3 °C el lunes y que descendieron aún más hasta los -7 °C entre el martes y el miércoles, ha provocado cambios significativos en la actividad de las ratas, reduciendo notablemente su presencia en la superficie.

Este fenómeno climático adverso ha sido identificado como un momento clave para reforzar e intensificar los programas de control de plagas en la ciudad, según informó la agencia de noticias Associated Press (AP).

Una oportunidad para avanzar en el control de plagas

La falta de alimento en
La falta de alimento en las calles por la ausencia de actividad humana también amplifica el estrés en los roedores (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con Kathleen Corradi, conocida como la “zar de las ratas” de la ciudad y directora de mitigación de roedores, las bajas temperaturas están obligando a estos animales a refugiarse en sus madrigueras, reduciendo su actividad y dificultando su reproducción.

“Está estresando a las ratas. Las está encerrando en sus madrigueras”, explicó Corradi a AP, destacando que este es un momento clave para redoblar las acciones contra la población de roedores.

Las ratas noruegas, o Rattus norvegicus, son la especie predominante en la ciudad y no hibernan durante el invierno. Sin embargo, según detalló AP, su actividad disminuye considerablemente cuando las temperaturas permanecen bajas durante largos periodos.

Además, la reducción de la actividad humana en las calles debido al clima frío también afecta la disponibilidad de alimentos para estos animales, ya que hay menos basura y restos de comida en las aceras.

Corradi señaló que esta combinación de factores no sólo estresa a las ratas, sino que también inhibe su capacidad de reproducción, un aspecto crucial para controlar su población.

Las ratas noruegas tienen la capacidad de reproducirse en cualquier época del año si las condiciones son favorables, pero suelen ser más prolíficas entre la primavera y el otoño.

Por su parte, Jason Munshi-South, profesor de ecología en la Universidad Drexel, explicó que las ratas que logran refugiarse en túneles del metro, alcantarillas u otros espacios cerrados pueden resistir el frío extremo.

Sin embargo, aquellas que no encuentran un escondite adecuado podrían aventurarse a lugares inusuales, como motores de automóviles o sótanos, siempre que no hayan sido bloqueados por los propietarios de los edificios.

Munshi-South también advirtió que algunas ratas, especialmente las que están enfermas, desnutridas o debilitadas, probablemente no sobrevivirán a las bajas temperaturas.

“Los inviernos duros como los que estamos teniendo hasta ahora mantendrán la población de ratas en un nivel más bajo si tenemos períodos prolongados de frío y congelamiento”, afirmó en un correo electrónico citado por AP.

El frío extremo ofrece una ventana de oportunidad para que las autoridades de Nueva York intensifiquen sus esfuerzos contra las ratas antes de que lleguen los meses más cálidos, cuando su actividad y reproducción tienden a aumentar.

Según AP, no existe un censo oficial de la población de ratas en la ciudad, pero es ampliamente reconocido que su número es considerable y que representan un problema persistente para los neoyorquinos.

La administración del alcalde Eric Adams, quien ha lidiado personalmente con problemas de ratas en su residencia en Brooklyn, ha implementado diversas estrategias para mitigar esta plaga. Entre ellas, destaca la creación del puesto de Corradi hace aproximadamente dos años, así como la promoción de la “contenedorización” de la basura.

Este enfoque busca reemplazar las bolsas de plástico llenas de desechos en las aceras por contenedores cerrados, con el objetivo de reducir las fuentes de alimento para los roedores.

Según AP, las sucesivas administraciones municipales han intentado diferentes métodos para controlar la población de ratas, pero el problema persiste. Sin embargo, las condiciones actuales podrían facilitar avances significativos en esta lucha, especialmente si las bajas temperaturas se mantienen durante un periodo prolongado.

Un desafío histórico para la ciudad

La ciudad no tiene un
La ciudad no tiene un censo oficial de su población de ratas, pero este invierno podría reducir considerablemente los números (Google Earth)

El problema de las ratas en Nueva York no es nuevo. Durante décadas, la ciudad ha enfrentado dificultades para controlar a estos animales, que se han adaptado eficazmente al entorno urbano.

Las ratas no sólo representan una molestia, sino también un riesgo para la salud pública, ya que pueden transmitir enfermedades y contaminar alimentos.

El enfoque actual de la administración de Adams, que combina medidas preventivas como separar la basura e intensificar los esfuerzos de mitigación durante el invierno, busca abordar el problema de manera más integral.

Según AP, las condiciones climáticas adversas de esta semana podrían ser un aliado inesperado en esta lucha, al reducir temporalmente la actividad y la reproducción de las ratas.

Mientras tanto, los residentes de Nueva York continúan enfrentando las dificultades del invierno, buscando refugio del frío extremo y esperando que las medidas implementadas por las autoridades logren resultados visibles en la reducción de la población de ratas en la ciudad.

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