Un mapache rescatado en circunstancias poco comunes protagonizó una historia inesperada que lo llevó a forjar un vínculo singular con un perro entrenado para cazarlo.
Lo que parecía un desenlace trágico y predecible se convirtió en un relato de convivencia y supervivencia que desafió los instintos naturales de ambas especies.
El giro comenzó cuando el perro, cuya función principal era cazar y proteger a los animales de la propiedad, mató a una madre mapache que había ingresado al terreno.
Este incidente inicial desencadenó una serie de decisiones difíciles para la familia, dando inicio a una relación inusual entre el cachorro de mapache sobreviviente y el perro que, en otras circunstancias, habría representado una amenaza.
Una extraña amistad
Un perro de caza de la raza Black Mouth Cur, Chopper, y un mapache bebé protagonizaron una sorprendente convivencia que surgió tras un trágico incidente en el patio trasero de una familia.
Esta historia fue compartida a través del perfil de Instagram de Nate Wallick, un bombero EMT y guía de pesca, quien documenta su día a día junto a su esposa y sus tres hijos.
“No tenía idea de cómo sería rescatar a un mapache bebé teniendo un perro de boca negra. Después de tener hijos, fue uno de los momentos más lindos de nuestras vidas”, comenta Wallick en un video que detalla la relación entre los animales.
Todo comenzó cuando el perro, entrenado para cazar y proteger a otros animales en la propiedad, mató a una madre mapache que había ingresado al terreno. Poco después, uno de los cachorros de la camada también fue atacado, lo que llevó al dueño a inspeccionar un árbol cercano, donde encontró dos crías más.
Solo una de ellas seguía con vida. Este sobreviviente, al que bautizaron Rocket, se convirtió en el centro de una experiencia única que marcó profundamente a la familia.
Wallick explicó que su perro, además de ser su compañero de caza, tiene un rol clave en la protección de los animales de granja, como conejos, gallinas, cabras y cerdos.
“Mi perro es un perro de trabajo. Cazo con él y protege a mis animales. Eso es exactamente lo que hacía cuando ocurrió el incidente”, señala en la publicación, acompañada de videos que documentan la convivencia entre el perro y el mapache.
Sin embargo, la llegada de Rocket supuso un desafío inesperado: entrenar al perro para aceptar al mapache como parte del hogar. Este proceso incluyó permitir que el perro se acercara al mapache bajo estricta supervisión y retirarlo antes de que pudiera lastimarlo.
La familia utilizó un collar de entrenamiento para reforzar el comportamiento adecuado, un trabajo que llevó varios días antes de que Wallick confiara en que su perro no representaría una amenaza para Rocket.
Una decisión que transformó la vida de la familia
El descubrimiento del pequeño mapache planteó una difícil decisión: dejar que el animal fuera sacrificado por control animal, liberarlo con el riesgo de que no sobreviviera o criarlo en casa con la esperanza de que pudiera adaptarse.
Finalmente, Wallick optó por la última opción, una elección influenciada por sus propios recuerdos de infancia. “Mi padre solía trabajar en el sector forestal, así que cuando era niño tenía mapaches como mascota. Es un viaje ver a mis hijos tener una experiencia similar”, compartió.
Rocket se adaptó rápidamente a su entorno doméstico, mostrando un temperamento dócil. “Cuanto más manejábamos a Rocket, más dulce se volvía. Le encantaba ir al estanque, nadar en el lago, cazar ranas y viajar con nosotros en la casa rodante”, cuenta Wallick.
A medida que crecía, Rocket comenzó a mostrar conductas más independientes. Gradualmente, la familia lo dejó explorar el exterior, donde retomó su naturaleza nocturna. “Volvía algunas noches para saludar, comer algo y jugar con Chopper, nuestro perro, pero poco a poco su comportamiento fue más salvaje”, explica.
Con el tiempo, Rocket dejó de visitar la casa con regularidad, aunque el plato de comida que la familia dejaba para él seguía vaciándose, señal de que aún regresaba de forma sigilosa.