Richard Faúndez llevaba poco tiempo trabajando en el Museo Nacional de Historia Natural de Chile cuando el año de 1991 el teléfono sonó para darles una mala noticia, la elefanta Fresia había fallecido.
La noticia conmocionó a los habitantes de la ciudad de Santiago y aunque estaba oscureciendo la gente se dirigió a despedirla, el canal chileno Teletrece cubrió la nota entrevistando a niños que entre lágrimas abrazaban el cuerpo de esta elefanta.
Este animal había marcado varias generaciones, pues convivió con los chilenos 51 años en el Zoológico del Parque Metropolitano, lugar en el que las familias santiaguinas la visitaban especialmente en su cumpleaños.
La llegada de la elefanta Fresia a Chile
Aunque fue muy querida por los chilenos, este espécimen llegó, según el diario 24 Horas Chile, desde Río de Janeiro, Brasil, en el año de 1941 como parte de un intercambio de especies entre los dos países. Arribó en la avioneta Capricornio, en el Aeropuerto Los Cerillos dónde tuvo el recibimiento de muchas personas.
En ese entonces la elefanta tenía cinco años, era pequeña y en lugar de que la trajeran en una jaula, caminó entre la gente saludándolos y en su espalda llevaba un pequeño niño.
Posteriormente la trasladaron al Zoológico del Parque Metropolitano, donde una multitud de santiaguinas la esperaban y saludaban efusivamente, todos intentaban acariciarla y tocar su tropa como un gesto de saludo.
“Ya tenemos un pensamiento completamente distinto al de hace 30 años” comentó Alejandra Montalba, directora del Zoológico en una entrevista para 24 horas Chile “los elefantes tienen una capacidad y una fuerza que con su trompa pueden levantar varias toneladas, por lo tanto eso hoy en día no podría ser permitido”.
También señaló “los elefantes son animales peligrosos, por lo tanto ponemos en riesgo a la población”.
Con el paso de los años, se convirtió en la especie más querida del recinto, pues tenía una cercanía muy especial con los visitantes, aunque esto también le provocó algunas complicaciones.
Según el medio chileno La Tercera, la elefanta presentó “problemas hepáticos, ya que los visitantes le solían dar maní, papas fritas y dulces. En 1982 debió ser intervenida. Alguien le dio un fierro para que jugara con él y se le atascó en la trompa”.
Sin embargo no murió por eso, sino que su deceso fue consecuencia de un padecimiento encontrado en 1991, se trataba de artritis la cual disminuyó su capacidad de mantenerse en pie.
El canal 24 Horas perteneciente a TVN-Chile, narraba qué había sucedido con su salud “Anoche se le doblaron sus patas posteriores y hasta el momento no ha sido posible ponerla de pie. Un problema en sus articulaciones y una infección reumatoide habían iniciado unos años antes. Un declive que ponía a Fresia indefensa en el suelo”.
La nota señaló “esta maniobra es importante ya que los elefantes por naturaleza no se echan nunca, su enorme peso comprimiría sus órganos”.
Mario Gutiérrez fue su cuidador durante sus últimos 13 años, pasó en vela todo ese proceso junto a ella: “Como se sabía que no iba a sobrevivir se le practicó eutanasia”. Poco antes de las 2 de la tarde del viernes 17 de mayo falleció “Los días posteriores había filas de gente para despedirse de ella, incluso de noche llegaban a dejarle flores”.
La polémica decisión del Museo de Historia Natural
Richard Faúndez comentó para la revista Patrimonio de Chile, “Era el ícono de Santiago y del Parque Metropolitano, entonces, cuando nos dieron la noticia, rápidamente se armó un equipo para preparar a la elefanta completa, porque no tenemos ese concepto de los animales como trofeos, sino que nos interesaba disecarla completa”.
Sin embargo, las autoridades del museo de la época tomaron una decisión que generó polémicas entre los chilenos, ya que decidieron cortar su cabeza para disecarla.
Faúndez menciona “como yo era un ‘suche’ no tenía mucho qué decir; traté de explicar que nosotros estábamos preparados para disecarla completa, pero al parecer fue mucha complicación o eran otras las intenciones. En ese tiempo, además, la sala del zoológico donde exhibían animales disecados era pequeña, por lo tanto, la elefanta no iba a caber”.
Así se hizo y se expuso en el Museo durante una larga temporada “Era raro verla”, continuó Faúndez " por el impacto de mirar solo su cabeza, como si fuera un trofeo”.
Por otro lado, su cuidador, Gutiérrez comentó “Cuando se decidió que su cabeza iba a ser cortada, el director me obligó a tomarme un día libre para que no lo viera”.
Antes de su retiro del Museo, el programa de televisión para niños 31 Minutos mostró la cabeza en exhibición, este episodio trascendió a varios países latinos en el que se contó brevemente la historia de Fresia.
Cuando por fin la retiraron de la exhibición, el medio La Tercera afirma que la cabeza permaneció guardada en los depósitos del museo de la Quinta Normal en espera de mejor suerte hasta que se tomó la decisión de devolverla al Parque Zoológico Metropolitano.
El director del zoológico en aquel entonces, Mauricio Fabry, mencionó que “Fresia forma parte de nuestra historia. Hasta hoy existe un respeto enorme hacia ella. También tiene un valor histórico, pero la forma de presentar esa historia no nos gusta, queremos recordarla como era en vida y no conservar sólo una parte de su cuerpo”, lugar donde sus restos descansan hasta ahora.