En el marco de una querella por calumnias e injurias como parte de un conflicto familiar de larga data, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°22 porteño fundó este miércoles la absolución de Antonella Menem Pinetta, nieta del expresidente Carlos Saúl Menem e hija de Carlos Jr., quien había sido llevada a juicio por Zulemita Menem como consecuencia de una serie de declaraciones a los medios realizadas por la demandada que, según la parte demandante, afectaron “su honor y su credibilidad en la sociedad”.
Antonella Menem, de 36 años, es hija de Carlitos Jr., fallecido a sus 26 años tras protagonizar un siniestro mientras viajaba en helicoptero, y de Amalia Pinetta, quien mantuvo una breve relación con el primer hijo del 10 años presidente de la Nación. Según manifestó públicamente la joven en distintas oportunidades, nunca llegó a forjar un buen vínculo con su familia paterna, empezando por su tía Zulema María Eva, Zulemita, hija del matrimonio Menem-Yoma, con quien mantuvo roces y desencuentros desde un principio.
La Justicia tardó 11 años en determinar que Antonella era hija de Carlitos, quien antes de morir el 15 de marzo de 1995 se sometió a un examen de ADN para incorporar al expediente. La resolución filiatoria se emitió en noviembre de 2003, cuando ella tenía 15 años. Desde entonces pudo llevar el apellido de su padre.
En ese marco, el 29 de mayo de 2023 el abogado Pedro Ricardo Baldi, en representación de Zulemita, presentó una denuncia contra su sobrina apoyada en un conjunto de publicaciones y reproducciones periodísticas donde la demandada se refería a ella. “Me amenazó; Golpeó a mi hijo de un año; Me golpeó y me tiró de los pelos; Rompió mi auto; Me dejaron solo deudas; Zulema y la familia Menem es mala gente; La maldad de Zulema...”, fueron algunas de las expresiones que citó la querellante en su escrito inicial para atribuirle a la hija de su hermano la “intención de deshonrar e injuriar públicamente a la suscripta”.
El 13 de junio del mismo año, la querella amplió la denuncia con dichos de la joven surgidos de otras entrevistas: “Fueron Zulema y Zulemita las que me amenazaban; Es ambiciosa, no le importa nada; Estafadora; Mi abuelo fue un corrupto”. En esa ampliación, la hija de Carlos Saúl Menem y Zulema Yoma señaló: “Entre otras muchas expresiones que interesan a este proceso judicial, me denunció por administración fraudulenta, que me beneficié con los bienes de mi padre, que me beneficié también con la administración de la sucesión de mi hermano”.
Luego apuntó: “Todas estas falacias, sostenidas también por Carlos Nair Menem Yeza y su abogado Cipolla, fueron desestimadas por la justicia y la suscripta sobreseída ante la falsedad de los hechos denunciados y la inconsistencia de sus dichos. Por otra parte, la yunta antes indicada también se regodeó por los programas de televisión achacándome el fraude respecto de los bienes de la sucesión de mi padre, y denunciando al mismo como incapaz; la denuncia fue por administración fraudulenta y circunvención de incapaz, que tramitó ante el Juzgado Criminal de Instrucción N°8 y N° 83, ambos, como ya dije, terminaron con el sobreseimiento de la suscripta".
Un mes después, Zulemita volvió a la carga contra su sobrina con una nueva ampliación: “con la constancia de la entrevista que se adjunta, se advierte que la imputada me acusa de haberla amenazado de muerte, acusación que encuadra en el mentado artículo del Código Penal, atento que me enrostra el haber incurrido en un delito, cuyo tamaño disparate solo puede encontrar su sostén en su voluntad de extorsionar a mí y a mi familia tendiente a obtener un beneficio económico”, señaló entonces.
Así las cosas, el Tribunal en lo Criminal y Correccional N°22 de la Capital Federal llevó adelante una audiencia oral para analizar los hechos. Allí se dio lectura a la denuncia presentada y luego se le concedió la palabra a Menem Pinetta, radicada en Villa Parque Siquiman, provincia de Córdoba.
En su indagatoria, según el fallo que firmó este miércoles el juez de cámara Sergio Paduczak, la imputada expuso una versión donde pidió disculpas. “Refirió que a veces uno llevaba muchas cargas encima y capaz decía cosas que no tenia que decir. Que le hubiera gustado que se dieran cuenta del dolor que le causaba. Pidió disculpas, porque sabía que la había ofendido. Dijo que era una pelea que venía de hace treinta años y que nunca terminó, y que sinceramente unas de las dos tenia que dar brazo a torcer. En este caso lo daba ella”, reseñó Paduczak.
Luego continuó: “Dijo que no estaba bien de salud, que está sufriendo depresión, ansiedad y que no tenia trabajo. Que se dio cuenta que la única responsable era ella, por no darse cuenta y aceptar que no la querían en esa familia. Sabe que dijo un montón de cosas, ciertas o no, en este punto de su vida, con treinta y seis años y con tantos traumas psicológicos que tenia, quería cortar. Por eso dijo que se imploraba y daba su palabra de que cortaba esto”.
Y añadió: “Aceptó que explotó en muchísimos medios, pero capaz esas veces que explotó era para decirle ‘estoy sufriendo’”.
Más tarde, a la hora de los alegatos de cierre, la querella en manos de Baldi señaló que después del reconocimiento expreso de la denunciada y de las constancias del expediente, “donde surgían claramente los improperios que dijo en contra de su asistida, donde ha afectado su honor y su credibilidad en la sociedad”, consideraba que estaba “acreditado el delito” y, en consecuencia, pidió que se le aplicara la pena que establece el Código Penal en sus artículo 109 y 110.
La defensa de Menem Pinetta, a su turno, remarcó que su clienta había proferido sus dichos como consecuencia de otras expresiones vertidas por Zulemita “en diferentes programas”. “Por ejemplo -destacó el fallo acerca del alegato del abogado Walter Cormace-, en el 2023 dijo ‘que trabaje’, y era una de las manifestaciones que argumentó irónicamente hacia su clienta, que la madre de Antonella también se había acostado con diferentes personas, con diferentes miembros de la familia, y eso fue todo en el 2023″.
Según el defensor, “otra de las cosas que dijo -Zulemita- [fue] que había que dar el ejemplo a los hijos y no salir de joda“, y que ”ante estas acusaciones" su defendida contestó.
“Y en virtud de estos ejemplos, su clienta, digamos en pos de esta guerra que se había formado durante muchos años, contestó. Y bueno, se presentó la injuria esta que presentaron, pero en realidad era una batalla de ambos lados, de quién hería más al otro o quién injuriaba más al otro. Era algo que en algún momento se tenía que cortar. Que se había dado de esta manera, pero bueno, en este caso había sido una confrontación de ambos lugares”, consignó la resolución acerca del discurso final del abogado, donde pidió la absolución de Antonella.
Para finalizar la audiencia, el juez le dio lugar a la imputada para que expresara sus últimas palabras. En ese momento dijo: “Necesito que se termine esto, quiero estar tranquila. (...) Quiero empezar a vivir en paz. Pero me gustaría que ella también se de cuenta del dolor que me generó, nada más. O sea, tan solo decir que yo no era hija de mi papá durante tantos años sin negarme eso, eso no es lindo para nada, ni una nena ni una persona grande. Hasta esta altura, hasta mis 36 años, todavía me sigue afectando ciertas cosas que todavía no superé. Que yo dejé ingresar, y que yo dejé, lo vuelvo a repetir, pero eso se tiene que dar cuenta que también lastimó”.
El juez Paduczak, al resolver el caso, consideró que los requisitos procesales para dar por válido el alegato de la querella, en tanto “única acusación existente en el juicio oral” por tratarse de un delito de acción privada, no estaban cumplidos.
En esa línea, expresó: “No ha determinado qué hecho constituye el delito tipificado en cada uno de los artículos. No ha especificado si se trata de delitos independientes o en un concurso ideal. Tampoco ha mencionado los elementos del tipo objetivo y subjetivo de las conductas que tuvo por probadas. Y por último, no ha realizado una determinación de la pena”.
A su vez, como cierre de los fundamentos que emitió este miércoles para apoyar la absolución de la joven, dictada la semana pasada, el magistrado afirmó: “Estamos ante una acusación insuficiente e imprecisa, y que no posee la certeza suficiente que debe tener todo alegato acusatorio, por lo que carece de validez“.
Los gastos del proceso judicial se impusieron a las dos partes por igual, ya que el juez estimó que “la querella tenía razón plausible para litigar”.