A diez años de la muerte de Alberto Nisman: una investigación cruzada por el espionaje y el misterio

Un tiro en la cabeza en el baño de su departamento cuatro días después de haber denunciado a Cristina Kirchner por encubrir a los iraníes acusados de volar la mutual judía. Un técnico informático acusado de ser partícipe del homicidio y cuatro custodios que no cumplieron su deber. Las dudas, los misterios y las sospechas, una década después

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Los últimos días de Nisman

Por alguna razón los números redondos siempre pesan más. Se cumplieron 30 años del atentado a la AMIA. Y diez años pasaron desde que el cadáver de Alberto Nisman fue encontrado en el baño de su departamento, en la torre de Le Parc. Tenía un tiro en la cabeza y a su lado un arma, que le había entregado horas antes el técnico informático Diego Lagomarsino. Los custodios, que debían estar ahí para protegerlo, no estaban. Faltaban pocas horas para que se presentara en el Congreso Nacional a ventilar las pruebas que lo llevaron a acusar a la entonces presidenta Cristina Kirchner de encubrir a los iraníes sospechados de haber ideado la voladura de la mutual judía. Una década después, la Justicia sostiene con certeza que su muerte fue un asesinato, pero aún no ha logrado dar con los autores de ese homicidio. Es más, no sabe si algún día llegará a develarse ese misterio.

“..Este es un mensaje de difusión masiva para un grupo pequeño y querido de amigos y allegados que no siguen el día a día mi actividad. Es simplemente informativo, por favor No responderlo. Debí suspender intempestivamente mi viaje de 15 años a Europa con mi hija y volverme. Imaginarán lo q eso significa. Pero a veces en la vida los momentos no se eligen. Simplemente, las cosas suceden y eso es x algo. Esto q voy a hacer ahora igual iba a ocurrir. Ya estaba decidido. Hace tiempo q me vengo preparando para esto., pero no lo imaginaba tan pronto. Sería largo de explicar ahora, como uds ya saben, las cosas suceden y punto. Así es la vida. Lo demás es alegórico. Algunos sabrán ya de q- estoy hablando, otros algo imaginarán y otros no tendrán ni idea. HASTA dentro de un Rato. Me juego mucho en esto. Todo, diría. Pero siempre tomé decisiones y hoy no va a ser la excepción. Y lo hago convencido. Sé q no va a ser fácil. Todo lo contrario. Pero más temprano que tarde la verdad triunfa y me tengo mucha confianza. Haré todo lo q esté a mi alcance, y más también, sin importar a quien tenga enfrente. Gracias a todos. Será justicia!!! Ah. Y aclaro x si acaso q no enloquecí ni nada parecido. Pese a todo, estoy mejor q nunca. Ja ja ja ja ja ja...”.

Fotografía del 14 de julio
Fotografía del 14 de julio de 2015 donde se ve la tumba del fiscal Alberto Nisman en el cementerio judío de la Tablada en Buenos Aires

Este fue el mensaje que Nisman envió a un grupo de amigos en la noche del 14 de enero de 2015. Esa mañana había presentado en el juzgado de Ariel Lijo la denuncia contra la entonces presidenta Cristina Kirchner y el canciller Héctor Timerman por encubrir a los iraníes prófugos del atentado a la AMIA y pedía su indagatoria. En la denuncia también se acusó al piquetero Luis D’Elía, el lobbista iraní Jorge “Yussuf” Khalil, el ex líder de Quebracho Fernando Esteche, el entonces diputado camporista Andrés “Cuervo” Larroque y el ex fiscal y ex juez Héctor Luis Yrimia. La denuncia incluía a un hombre identificado como un agente de inteligencia ligado a La Cámpora: en ese momento solo sabía que se llamaba “Alian”; era Ramón Allan Bogado.

Apenas un rato después de ese mensaje a sus amigos, Nisman se presentó en el set de “A dos voces” en TN y dio detalles de su denuncia: sostuvo que “hubo una alianza” del Gobierno de Cristina Kirchner “con los terroristas” y tenía las pruebas que lo demostraban. Advirtió que estaba preparando una nueva estrategia para forzar la captura de los iraníes a través de un organismo internacional, pero no quiso adelantar la jugada. También reveló que en diciembre la entonces procuradora Alejandra Gils Carbó le había ofrecido reforzar su custodia porque la iba a necesitar, pero él rechazó la oferta, aunque ahora lo iba a reconsiderar. “Esté Nisman o no esté Nisman, las pruebas están”, agregó.

Alberto Nisman (Reuters)
Alberto Nisman (Reuters)

El oficialismo había salido a responder la acusación de Nisman, incluso con el apoyo de Ronald Noble de Interpol, mientras que la entonces diputada Diana Conti (ya fallecida) decía que esperaban al fiscal “con los talones de puntael lunes 19 en el Congreso. Se suponía que Nisman ventilaría las pruebas ocultas que motorizaron su denuncia y no podía contarlas para no violar la ley de inteligencia.

La noche del 18 de enero de 2015, Nisman fue encontrado muerto con un disparo en la cabeza en el baño principal de su departamento de Le Parc. Durante horas no contestó el teléfono ni los llamados a su departamento. Recién a las 5 de la tarde, a raíz del pedido de una de las secretarias de Nisman, uno de los custodios subió al piso 13. Era porque el fiscal no había atendido las llamadas. Ni siquiera las de la secretaria Soledad Castro, con la que había acordado verse al mediodía de ese domingo. Los diarios estaban tirados en la puerta de entrada, sin ser tocados. En uno estaba la foto del fiscal en portada. A esa hora activaron los llamados con Sara Garfunkel, la madre del fiscal, que tenía una llave y la clave de acceso. Pero fue un ir y venir constante -acompañada por los custodios que debían haberse quedado en Puerto Madero- hasta que recién a las 22.30 entraron con la ayuda de un cerrajero. Eran ella, su amiga Marta Chagas y el custodio Armando Niz.

Sara prendió las luces de la cocina, se dirigió al living, encendió las luces y se acercó hasta la pieza de sus nietas. Todo estaba apagado y las cortinas estaban corridas. La puerta del dormitorio de su hijo estaba cerrada, la abrió, le pidió a Niz que ingrese y luego éste le dijo que no había nadie. Las sábanas estaban en posición similar a cuando una persona se encuentra durmiendo. El televisor se encendía y apagaba en todo momento, similar a cuando se activa el apagado automático. Sara entró al cuarto y miró hacia el vestidor. La luz del baño estaba encendida. Le pidió al custodio que abra la puerta del baño. Niz la abrió, asomó la cabeza.Ahí está”, dijo. Ella asomó su cabeza: vio a su hijo tirado en el piso junto a la bañadera y su cabeza media torcida. Un charco de sangre lo rodeaba.

El cuerpo de Nisman fue
El cuerpo de Nisman fue hallado en el baño de su departamento del edificio Le Parc, en Puerto Madero (Revista GENTE/Archivo Atlántida)

No hay certezas en la causa sobre cuándo ocurrió la muerte: el Cuerpo Médico Forense dijo que fue a la mañana del domingo 18, mientras que la pericia de Gendarmería, que habló de asesinato, la ubicó a las 2.46 de la madrugada. En la causa se sostuvo que la muerte fue en un período que rondó la noche del sábado. Es que hay un dato clave: entre todas las irregularidades que se detectaron en el procedimiento, nunca se tomó la temperatura ambiente, un detalle crucial para poder establecer el horario del deceso.

La justicia estableció que fue asesinado. Eso forma parte de la causa por las irregularidades en el procedimiento: unas 80 personas desfilaron por el departamento cuando se encontró el cadáver.

En la causa están procesados desde fines del 2017 el técnico informático Diego Lagomarsino, acusado de ser un partícipe necesario de los asesinos. Y los cuatro custodios que debían encargarse de la seguridad de Nisman ese fin de semana: Rubén Benítez, Néstor Durán, Luis Miño y Armando Niz. Los cuatro están procesados por incumplimiento de los deberes de funcionario público. A tres, además, los acusan de haber encubierto el crimen de Nisman. Para los investigadores, está claro que se buscó desde un primer momento instalar la hipótesis de un suicidio.

La reacreación de la Gendarmería
La reacreación de la Gendarmería del asesinato

Lagomarsino había conocido a Nisman entre 2006 y 2007, recomendado por Carlos “Moro” Rodríguez, quien fue parte de inteligencia de la PSA. Y, por sus conocimientos informáticos, había comenzado a trabajar para la UFI-AMIA, aunque muchas veces trabajaba remoto. Para Ercolini, no hay dudas de que Lagomarsino se encontraba “dentro del círculo de personas de la máxima confianza del Fiscal”. La relación entre ambos trascendía el acotado vínculo de jefe-empleado. Aunque Lagomarsino sostuvo que se trataba de una relación amo-esclavo, el juez desechó ese argumento: conocía su casa, en el último año habían hablado al menos una vez por día, compartieron un viaje juntos a Chile y que Nisman lo había puesto de cotitular de una cuenta en un banco de Estados Unidos, “que enlaza al imputado con familiares directos del magistrado” cuando ni la madre ni la hermana del fiscal sabían del tema.

La primera aparición pública de
La primera aparición pública de Diego Lagomarsino (Nicolás Stulberg)

La hipótesis de la causa sostiene que, precisamente, por ese nivel de confianza, Lagomarsino fue la persona enviada aquel sábado 17 de enero de 2015 para entrar a la casa de Nisman, que estaba encerrado repasando las pruebas de su denuncia. El técnico informático asegura que fue Nisman quien lo llamó y lo citó ese día en su casa. La fiscalía detectó que, en realidad, el contacto comenzó el sábado por la mañana a instancias de Lagomarsino.

Lagomarsino llegó a las 17.18 a las torres Le Parc y subió por la puerta de servicio. Estuvieron conversando y Nisman le preguntó si tenía un arma: le explicó que tenía miedo por sus hijas y no confiaba en su custodia. El técnico contó que él le explicó que tenía un arma vieja. Y añadió que Nisman le dijo “en un acting con ojos llorosos” que “era el único favor que le pedía”. Lagomarsino accedió. Salió del edificio a las 17.50 Fue hasta su casa en zona norte. Al rato, volvió. Lagomarsino traía consigo una pistola semiautomática marca Bersa, modelo 62, calibre .22, que estaba a su nombre. Entró al edificio a las 20 y se retiró media hora después.

“Sus visitas fueron esenciales para conocer cómo se encontraba el Fiscal esa noche y así ser de utilidad al diseño de la logística del plan, ya que los autores materiales del hecho en base a ella pudieron ingresar y egresar del edificio, sin ser advertidos. El imputado fue la última persona que se comprobó vio con vida a Nisman”, escribió Ercolini. Y, además, descreyó del pedido del arma. El único que podría corroborarlo, dijo, era el fiscal de la UFI AMIA y está muerto. Según el procesamiento de Lagomarsino, todo fue parte de un plan para enmascarar el homicidio y robustecer la hipótesis de un suicidio.

Parte de las pericias que
Parte de las pericias que están en la causa

Aunque no apeló aquel procesamiento, Lagomarsino sostiene que el fiscal se suicidó (”fue un autodisparo”, insistió esta semana) y que al custodio Benítez también le había pedido un arma aquel sábado 17 de enero, algo que el propio Benítez también declaró ese lunes 20 de enero. “Al alinearse las versiones de Benítez y Lagomarsino, por el contenido de sus discursos, es claro que tenían como finalidad colaborar con la instalación de la teoría del suicidio del Fiscal. Ello, a través de la utilización en el hecho de un arma de fuego que supuestamente habría sido previamente solicitada por la víctima ―so pretexto de la preocupación que tenía por su integridad física y la de sus hijas, y que, al comprobarse que ésta había sido provista por una persona del círculo de confianza de aquél -un arma amiga- permitiría disfrazar lo que en realidad sucedió”, dijo Ercolini.

El juez resaltó que rápidamente se instaló que el fiscal se suicidó porque no tenían pruebas para sostener su denuncia, algo que fue replicado por distintos funcionarios de ese momento. El fallo sostuvo que Nisman no se suicidó sino que fue asesinado con el arma que el técnico informático le habría aportado a los ejecutores. El fiscal no tenía rastros de pólvora en sus manos.

Según las pericias de la Gendarmería, fue dominado por dos personas, una de las cuales lo sostuvo arrodillado y la otra accionó el arma. Luego lo acomodaron en el baño. La alfombra tendría un rol clave. Los peritos de Lagomarsino rechazaron el peritaje y sus conclusiones. “Será materia de la profundización de la investigación el ir estableciendo a los diversos protagonistas y sus grados de participación dentro de la organización necesaria para el logro de la compleja tarea”, dijo en aquel momento el juez.

Viviana Fein (AP)
Viviana Fein (AP)

En los últimos meses, el fiscal Eduardo Taiano, el fiscal auxiliar Hernán Kleiman y sus colaboradores pusieron el foco en activar otra causa anexa (hay siete más): la de cómo se “cuidó” la escena del hecho. La hipótesis es, precisamente, que las irregularidades que se detectaron en el hallazgo del cadáver buscaron en realidad encubrir el homicidio. Los apuntados en ese dictamen niegan esa versión. Aunque desde 2016 Taiano hizo un dictamen con esa sospecha, en base a la denuncia de la entonces diputada Elisa Carrió, recién en 2024 se activaron las primeras citaciones. No son indagatorias: solo la notificación de que están imputados y la invitación a realizar el descargo.

El primero en recoger el guante fue el ex jefe de la Policía Federal, Rubén Di Santo, quien deslindó las responsabilidades en sus superiores políticos: Sergio Berni y y Darío Ruiz, el ex secretario de Seguridad y su mano derecha que estuvieron esa madrugada en la casa de Nisman, pero también en las autoridades judiciales. “Quiero significar y dejar bien en claro que mi presencia el día del suceso que conmovió a todo el país ha sido en la regularidad de mis actividades -tal cual prevé la normativa que me regula- en mi buena diligencia y bajo órdenes de mis superiores, pero sobre todo en el lugar del hecho para asistir a la autoridad competente, la Fiscal Fein, el Juez De Campos, el Secretario de Seguridad Dr. Sergio Berni, y el Secretario Dr. Darío Ruiz del Ministerio de Seguridad”. Eso, dijo, “echa por tierra cualquier teoría que pretenda peregrinar en perjuicio de mis facultades. No obstante, como auxiliar de la justicia, y en lo que me respecta a mí no hice nada contrario a derecho o que pueda haber perjudicado la escena del hecho”, según el descargo al que accedió Infobae.

Sergio Berni en la noche
Sergio Berni en la noche en que se descubrió el cadaver de Nisman (Télam)

El ex jefe de la Prefectura, Luis Alberto Heiler, acompañó a Di Santo a tribunales -horas antes de la indagatoria del ex presidente Alberto Fernández en la causa de los seguros- pero no declaró, más allá de que se desprende que ensayará la misma estrategia.

Según pudo saber Infobae, en las últimas horas del 2024 Berni presentó abogados con vistas a conocer el expediente, en base a lo que -se supone- será una inminente respuesta en donde rechazará las acusaciones. En tanto, hasta ahora, no hubo ninguna citación para la fiscal Viviana Fein -quien ya está presentada en la causa- ni para el juez Manuel De Campos, las autoridades judiciales del procedimiento. “Todo indica que serían los próximos”, dicen en tribunales.

Antonio Horacio Stiuso, el ex
Antonio Horacio Stiuso, el ex jefe de Contrainteligencia de la central de espías

La muerte de Nisman no puede interpretarse sin mirar la guerra de espías que estaba sucediendo en las entrañas de la entonces SIDE. En diciembre de 2014, Cristina Kirchner había echado a la cúpula de la Secretaría de Inteligencia, enojada por lo que creía era una avanzada de Comodoro Py en contra de su gobierno. Se fueron así el número 1 y 2 de la central de espías -Héctor Icazuriaga y Francisco Larcher- y fueron reemplazados por Oscar Parrilli y Juan Martín Mena, respectivamente. A los pocos días, se confirmó la renuncia del director de Contrainteligencia, Antonio “Jaime” Stiuso, el espía más famoso del país a esa altura y uno de los funcionarios que trabajo codo a codo con Nisman.

Stiuso declaró cuatro veces en la causa. Su segundo testimonio hizo que el caso pasara, después de un año y dos meses en instrucción, a los tribunales de Comodoro Py. “Estoy convencido de que a Albero Nisman lo mataron”, dijo. Aseguró que tanto él como el titular de la UFI-AMIA habían pasado a ser un “obstáculo” para el cumplimiento del Memorándum con Irán, que había firmado el Gobierno de Cristina Kirchner y que nunca llegó a aplicarse. “Cuando la ex presidente decidió negociar con Irán, quedó esposada y como rehén de ese país”, dijo Stiuso. “Estoy seguro que Alberto era blanco de una inteligencia paralela".

Desde 2012 venía recibiendo amenazas. En febrero de 2013, días después de que el gobierno argentino firmara el pacto con Irán, Nisman recibió un mail amenazándolo a él y su familia.BASTA. HASTA ACA LLEGAMOS…Escuchanos bien, rusito descerebrado. Parece que no entendiste como cambió la mano. Vas a quedar colgado de un hilo fino que se corta en cualquier momento. Tu gobierno ya negocio$ dejar de lado la acusación a la gloriosa República Islámica y a Hizb allah. Se terminó el apoyo a vos. Tenés que irte. Renunciá ya mismo y no tendrás consecuencias”.

¿Quién quería asesinar a Nisman? Para los investigadores está claro que no querían que se presentara en el Congreso. Y también que el contexto de su muerte estuvo “cruzada” por el espionaje. Antes, durante y después. Desde el seguimiento que se hizo sobre él apenas volvió antes de tiempo a Buenos Aires hasta el troyano que quisieron instalarle en su celular dos personas con claves de la AFI que, ese día, también querían espiar a Stiuso y a la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado.

Informe de irregularidades en el
Informe de irregularidades en el procedimiento (fiscales.gov.ar)

“Si bien no pudo ser comprobada la trazabilidad de la existencia de personal de los servicios de inteligencia de distintas fuerzas alrededor del domicilio de Nisman, lo cierto es que existen diversos elementos de prueba que abonan esta presunción”, decía ya en 2017 el juez Julián Ercolini. Mencionaba la sospechosa desaparición del encargado de un puesto de diarios de Puerto Madero, que no abrió más el negocio después de la muerte de Nisman y que -según se descubrió- ni siquiera tenía habilitación para funcionar. “Se me ocurrió después del hecho…que podía ser alguien que lo estuviera vigilando, no lo sé, pero es lo que se me ocurrió pensar”, declaró un vecino. También se confirmó que durante todo el sábado 17 de enero estaba en la zona un integrante de la brigada de inteligencia del destacamento Puerto Madero de Prefectura Naval Argentina que saludó a un colega que lo reconoció. Esos datos fueron recogidos en los primeros dos años de investigación.

Los vecinos aseguraron que el 15 de enero hubo un extraño corte de luz en la zona, aunque -según la causa- Edesur no registró ningún reclamo. La red inalámbrica del departamento de Nisman era débil y fácilmente hackeable. El router y el wifi del fiscal tenían una contraseña más que simple: cinco veces 1-2. A las cámaras de seguridad del complejo se podía acceder de forma remota, incluso interrumpir su grabación. Pero además, según los vecinos, era habitual que las cámaras no funcionaran. Seguridad del edificio tomaba los datos de las personas desconocidas que ingresaban. Pero si llegaban con el propietario, no lo hacían. Y si ya estaban su nombre en el sistema, muchas veces tampoco se los anotaba. Todo ello dio cuenta, en la causa, de un cuadro de “vulnerabilidad” para el titular de la UFI-AMIA que cualquiera que conociera el edificio y sus movimientos podía aprovecharlo.

Mientras tanto, hay otros misterios que todavía no tienen respuesta en la causa, como el incendio que ocurrió en la Casa Rosada el sábado 17 de enero de 2015 y que destruyó el registros de visitas a Balcarce 50. El control estaba a cargo de una firma japonesa llamada NEC que -subrayan en la fiscalía- pertenecía a un extranjero ligado al entonces jefe de Gabinete Aníbal Fernández. El Gobierno, en aquel momento, no informó de lo ocurrido. Tampoco hizo la denuncia judicial. ¿Cuál es la lectura de los investigadores? Allí estaban pruebas claves sobre las reuniones de las que hablaba Nisman en su denuncia. Nunca pudieron recuperarse.

Según marcó la Cámara Federal al revisar los procesamientos de los custodios, también ese fin de semana súbitamente dejaron de funcionar las cámaras de seguridad de la Quinta de Olivos. La aparición del cuerpo de una mujer calcinada, que nunca logró identificarse, apareció al mes siguiente de la muerte de Nisman a metros de su casa y siempre alimentó las elucubraciones y suspicacias.

César Milani (Télam)
César Milani (Télam)

Lo que queda claro es que la zona de Le Parc estuvo aquel fin de semana clave repleta de agentes orgánicos e inorgánicos que no pueden explicar por qué estaban allí. Incluso aún no pudieron desentrañar por qué el inorgánico Ariel Zanchetta, que estuvo preso por espiar jueces, tenía en un momento clave información de primer nivel que apuntaba hacia la inteligencia que manejaba el jefe del Ejército César Milani, cuyo presupuesto -al momento de la muerte de Nisman- venía creciente en detrimento de las partidas de la central de espías.

Si hasta confirmaron, en la voz de uno de los protagonistas, que agentes de inteligencia estuvieron en el complejo de Le Parc en la noche en que se encontró su cadáver. El mismo espía confesó que no subió al departamento porque le pareció mucho. Si hubo otros agentes en el lugar, los investigadores no lo saben, pero no lo descartan, señalan por estas horas ante Infobae al repasar las pruebas del expediente.

Otro espía, en tanto, estuvo activo en la zona por la que vive Diego Lagomarsino. Ahora, confiaron las fuentes consultadas para esta nota, apareció otro número de un personaje ligado a la política y la inteligencia que también estuvo cerca por esas horas del técnico informático. Pero Lagomarsino sostiene ante quien le consulte que Nisman se suicidó, que no tiene vínculos con el mundo de la inteligencia y que no puede saber quiénes son todas las personas que viven en el radar de la antena de su celular que funciona en su casa.

Con las declaraciones y entrecruzamientos también se confirmó que hubo espionaje en la fiscalía de Viviana Fein, cuando la muerte de Nisman ya había sucedido. Los investigadores tienen acreditado que hubo una orden desde la cúpula de AFI, que conducía Oscar Parrilli, para hacer inteligencia en la fiscalía. Así lo confirmaron muchos de los agentes que desfilaron por la fiscalía. Pero lo ratificó un peso pesado: Fernando Pocino, ex espía de la SIDE, quien afirmó que la orden la había dado Parrilli. Es por eso que, desde hace rato, en la fiscalía se viene evaluando en avanzar con la indagatoria del hoy senador y hombre de confianza de Cristina Kirchner.

Oscar Parrili y Juan Martín
Oscar Parrili y Juan Martín Mena, al anunciar en Casa Rosada la nueva estructura de inteligencia (Télam)

La explosión de llamados que se registró ese fin de semana, detectada por Fein en los primeros tiempos de la causa, develó un entramado de llamados entre Oscar Parrilli, titular entonces de la AFI; el hoy ministro de Justicia bonaerense Juan Martín Mena -número 2 en la central de espías-; el ex jefe del Ejército César Milani y quien era el titular de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin, entre otras personas. En los tribunales los testigos dan tres justificaciones para ese entramado: el robo de un misil en las afueras de La Plata ocurrido el jueves 15 de enero, los problemas de la seguridad del superclásico entre River y Boca, que debía jugarse en Mar del Plata, y el dato que había publicado ese domingo 18 el diario La Nación diciendo que Nisman acusaba a un agente de la AFI en la denuncia contra Cristina Kirchner. Esa persona era Alan Bogado. El organismo también negó que fuera un agente de la AFI. Tiempo atrás Stiuso lo había denunciado por hacerse pasar como tal. Pero de las escuchas que analizó Nisman a la hora de denunciar, también se veía que se trataba de una persona que tenía acceso a información privilegiada. Otra vez la duda sobre el rol de los “inorgánicos”.

Una causa con 126 cuerpos de 20 mil fojas cada uno, más de 900 testimoniales, más de 200 mil comunicaciones analizadas, 180 equipos informáticos inspeccionados. Hace una semana, la fiscalía difundió un informe de 50 páginas desde la página oficial de la Procuración para resaltar esta y otras líneas de investigación y subrayar que Nisman fue asesinado.

Desde hace tres años, la fiscalía de Eduardo Taiano viene tomándole declaración a distintos agentes de la AFI que confirman las internas que había en el organismo. Ahora, le han enviado un pedido al Gobierno de Javier Milei para desclasificar información de todo el sistema de inteligencia, que incluya a otras reparticiones de seguridad y días atrás la semana pasada el Ejecutivo anunció que se enviaría el material. Los investigadores dicen que fue necesario ese tiempo para reconstruir, a través del cruce de llamados, dónde estaba cada uno y la cadena de contactos que se activaron en esos días. Solo así, dicen, se pudo comprender gran parte de lo que decían y detectar los verdaderos lazos de cada uno.

El problema es que también esa complejidad terminó enredándose en un juego de cajas chinas en donde cada vez aparecen más pistas o sospechas, que nadie sabe hacia dónde conducirán y cómo, en todo caso, se relacionan de manera clara con la muerte de Nisman.

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