Hess lo admiraba y Hitler lo quiso matar: la extraña paradoja de Rudolf Steiner, el esoterista que dividió a los nazis

Cuando apenas tenía 9 años tuvo una visión sobrenatural que le cambió la vida. Luego incursionó en las más diversas disciplinas, pero su figura quedó marcada para siempre por el esoterismo y la creación de la Sociedad Antroposófica. Pese a que nunca perteneció al partido Nacionalsocialista ni simpatizó con él, sembró amores y odios entre los nazis. La premonición que le salvó la vida cuando el Grupo Thule lo iba a asesinar por orden del Führer

Guardar
Rudolf Steiner, el creador de
Rudolf Steiner, el creador de la Antroposofía y cultor de las ciencias esotéricas que fascinaban a los nazis (Photo by Fine Art Images/Heritage Images via Getty Images)

Cuando tenía solo nueve años, al niño Rudolf Steiner se le apareció el espíritu de una tía que vivía en un pueblo lejano y le pidió ayuda, o por lo menos eso creyó él. Días después llegó a su casa en el pueblo de Neudörfl una carta que informaba a la familia que esa tía había muerto. Desde ese momento, el niño que se convertiría en hombre y crearía la Antroposofía se convenció de que en su interior llevaba un misterioso conocimiento del mundo espiritual.

Intuición, premonición, clarividencia, comunicación con el plano espiritual… a esa edad el niño no supo cómo llamar a ese extraño fenómeno, pero años más tarde lo expresó así: “Sentó que uno debe llevar el conocimiento del mundo espiritual dentro de sí mismo, a la manera de la geometría, pues aquí se le permite a uno conocer algo que sólo la mente, a través de su propio poder, experimenta. En este sentimiento encontré la justificación para el mundo espiritual que experimenté, un mundo ‘que no se ve’”.

Más de medio siglo después de aquel día revelador de 1870, Rudolf Steiner, tuvo otra de esas vivencias: que un grupo de nazis intentaría matarlo. Corría 1922 y el partido que llevaría a Adolf Hitler al poder era un grupo político todavía marginal, pero la prédica encendida de su jefe y algunas acciones violentas lo estaban haciendo visible para la sociedad alemana.

Para entonces, Steiner era una figura ampliamente conocida en Alemania, Austria y muchos otros países europeos. Su obra era polifacética y abarcaba la crítica literaria y la filosofía tradicional pero también el esoterismo y la teosofía; había incursionado también en la educación, la arquitectura, la proposición de reformas sociales, la medicina y la agricultura, aunque se lo reconocía sobre todo como el fundador de una nueva escuela de raíces ocultistas, la Sociedad Antroposófica.

Adolf Hitler detestaba a Steiner
Adolf Hitler detestaba a Steiner porque sus ideas esotéricas se interponían con su propia idea del esoterismo a través de la Sociedad Thule. Junto a él su segundo, Rudolf Hess, que sostenía a Steiner

Los nazis divididos

Los postulados de Steiner tenían impacto en la dirigencia nazi, muy permeable a las teorías ocultistas, pero también generaban polémicas. Hitler las considerada odiosas por percibirlas opuestas al sustrato esotérico de sus políticas, y su segundo de entonces, Rudolf Hess, no solo creía en ellos sino que admiraba a su autor. En la cúpula del partido, esa división se repetía.

Hess hacía propias proposiciones como la que el fundador de la antroposofía había planteado en 1910, cuando afirmó que los pueblos germánicos y nórdicos pertenecían al mismo grupo étnico, la raza aria, y denunció “la atroz brutalidad cultural que fue el reasentamiento de negros en Europa, (que) hace retroceder al pueblo francés en tanto raza”

Ese tipo de ideas también coincidía con las de Hitler, pero el futuro führer no dudaba en despotricar contra Steiner en las reuniones de la cúpula del partido, donde incluso lo acusaba de haber hecho “magia negra” para trastornar el equilibrio mental del general Helmuth von Moltke, jefe supremo del ejército alemán en el período crítico de la invasión de Bélgica y Francia en 1914, con lo que de manera indirecta lo responsabilizaba de la derrota en la guerra. También, en un artículo del periódico de ultraderecha Völkischer Beobachte, lo acusó de ser un “instrumento de los judíos”.

Rudolf Steiner fue, entre otras
Rudolf Steiner fue, entre otras cosas, filósofo y fundador de una nueva escuela de raíces ocultistas, la Sociedad Antroposófica. (Photo by Fine Art Images/Heritage Images/Getty Images)

Pero las razones de fondo que tenía Hitler para detestar al creador de la Sociedad Antroposófica eran de raíz más oscura. Quería preservar a su propio sostén esotérico, la Sociedad Thule, un grupo ocultista y racista creado por Rudolf von Sebottendorff que postulaba la superioridad de la raza aria, cuya origen procedía de un continente perdido, quizás la Atlántida.

Uno de los colaboradores de Hitler, Dietrich Eckart “había identificado a Rudolf Steiner como la figura central de un extenso círculo de iniciados en el Grial, que habían descubierto la naturaleza satánica del Grupo Thule y observaban todas sus reuniones y sus rituales de iniciación desde el plano astral. Eckart estaba convencido de que nada escapaba a las penetrantes facultades ocultistas de Steiner. Y dado que Steiner no ocultaba su intención de advertir a Alemania acerca de las metas secretas del partido nazi, había sido colocado a la cabeza de la lista de víctimas que debían ser liquidadas de inmediato por los asesinos del Thule”, sostiene Trevor Rovenskraf en su libro “Hitler, la conspiración de las tinieblas”.

Ante ese peligro, Hitler y la Sociedad Thule decidieron sacarlo de la escena a su manera, eliminándolo.

Brudolf von Sebottendorf , creador
Brudolf von Sebottendorf , creador de la Sociedad Thule

Premonición y fatalidad

El plan para matar a Steiner era sencillo. El grupo comando encargado de hacerlo sabía fecha y hora en que abordaría un tren con destino a Basilea en la estación de Múnich. Cuando el fundador de la Sociedad Atroposófica se ubicara en su asiento, los asesinos irrumpirían en el vagón y le vaciarían los dos cargadores de una escopeta de cañones recortados a pocos centímetros de la cara. Después, aprovecharían la sorpresa y la conmoción para escapar de la estación.

Poco antes de viajar, Steiner tuvo una visión de su muerte en la estación, similar a la que de niño había experimentado con la muerte de su tía. Sin embargo, decidió seguir adelante con el viaje porque no quería oponerse a su destino.

“Más tarde admitió que sabía que aquella mañana intentarían asesinarlo, pero que había rechazado cancelar su viaje, porque sólo había sido advertido del atentado a través de sus facultades ocultistas. De acuerdo con su código moral, intentar evitar los acontecimientos que debían producirse a través de métodos ocultistas era magia negra. Por esta razón, no tomó ninguna precaución para protegerse”, escribe Rovenskraf en su libro.

Uno de los símbolos de
Uno de los símbolos de la sociedad Thule era el “sol negro”

Lo que su visión no le anticipó fue que, con métodos muy terrenales, uno de sus colaboradores le salvaría la vida. El hombre se llamaba Walter Johannes Stein y tenía información de primera mano sobre el atentado que preparaba el grupo comando de Thule.

“Steiner se habría precipitado a una muerte rápida y cruenta aquella mañana de 1922 si no hubiera sido por la oportuna llegada de Walter Johannes Stein y algunos de sus hombres. Stein tenía un infiltrado en la Sociedad Thule, y conocía todos los detalles del plan de asesinato. Ahora Rudolf Steiner se sentía justificado para marcharse de allí lo antes posible, y sus amigos le rodearon por todos los lados mientras se apresuraba a salir de la estación. Aquella misma noche lo llevaron a Suiza y nunca volvió a pisar Múnich”, cuenta el autor de “Hitler, la conspiración de las tinieblas”.

Steiner estaba a salvo, pero su Sociedad Antroposófica en Alemania no. La noche del 31 de diciembre de 1922, un grupo de desconocidos incendió el Goetheanum, la sede central de la escuela.

A partir de entonces, el creador de la antroposofía se dedicó a dar conferencias en diferentes países europeos, promoviendo la creación de una Sociedad Antroposófica en cada uno de ellos para que confluyeran en una suerte de federación internacional.

Ya se sabía enfermo y poco después debió suspender sus viajes. Sin embargo, siguió comunicándose con sus seguidores mediante una serie de cartas abiertas y escribió su autobiografía, “El curso de mi vida”.

Murió el 30 de marzo de 1925 en Dormach, cerca de Basilea.

El Goetheanum en Dornach,
El Goetheanum en Dornach, Suiza, designado por Rudolf Steiner para que el funcionamiento de la Sociedad Antroposófica

Vivo después de muerto

La muerte de Steiner no acabó con las posiciones encontradas que había sobre sus ideas al interior del nazismo en ascenso. Los partidarios de algunos de los postulados del fundador de la Sociedad Antroposófica no eran pocos.

“Antes de 1933, Himmler, Walther Darré (el futuro ministro de Agricultura del Reich) y Rudolf Höss (el futuro comandante de Auschwitz) habían estudiado ariosofía y antroposofía, pertenecían al movimiento Artamanen de inspiración oculta… Y Himmler, Hess y Darré promovieron enfoques biodinámicos (antroposóficos) de la agricultura como una alternativa a la agricultura industrial”, desgrana Eric Kurlander en “La Controversia de los Magos Nazis: Ilustración, ‘Ciencia de la Frontera’ y Ocultismo en el Tercer Reich”.

“La facción antiesotérica instalada la Gestapo reconocía que se enfrentaban a adversarios influyentes en otros sectores de la jerarquía nazi. Sabían que Hess y su equipo, Baeumler, en el Amt Rosenberg, y Ohlendorf en el propio SD estaban dispuestos a intervenir en nombre de los esfuerzos antroposóficos”, asegura Peter Staudenmaier en “Entre el ocultismo y el nazismo”.

Rudolf Joseph Lorenz Steiner, el
Rudolf Joseph Lorenz Steiner, el creador de la Escuela Antroposófica, que atrajo a numerosos nazis

Rudolf Hess seguía siendo el principal defensor de sus ideas y de varias de sus creaciones. El segundo de Hitler fue mecenas de las escuelas Waldorf – fundadas por Steiner – y también promovió la aplicación de otra de sus creaciones, la agricultura biodinámica. Las SS organizaron programas de agricultura biodinámica en los territorios ocupados y los campos de concentración.

Ya comenzada la guerra, cuando Hess se lanzó con un paracaídas en Gran Bretaña para nunca volver, las ideas de Steiner no dejaron de tener defensores en la cúpula del nacionalsocialismo. Según Tommy Wieringa, un escritor holandés que creció entre los antropósofos, Heinrich Himmler, el temible jefe de las SS, consideraba a Steiner como su “alma gemela”.

“Tras la guerra, los antropósofos simplemente volvieron a sus asuntos y acallaron toda discusión sobre los aspectos más oscuros de su pasado”, cuenta Staudenmaier, y agrega: “Numerosos exnazis hicieron carrera en la antroposofía después de 1945″.

Quizás por todo esto, las polémicas alrededor de la posición de Rudolf Steiner frente a Hitler y el nazismo se repiten hasta estos días.

Guardar

ultimas

El día que Hitler creó el Afrika Korps, la unidad acorazada de elite con la que Erwin Rommel se convirtió en “el zorro del desierto”

Preocupado por la ofensiva británica y la defección de las tropas italianas en el Norte de África, el 12 de febrero de 1941, tras la caída de Tobruk en manos de los aliados, Adolf Hitler le encomendó a uno de sus oficiales más admirados el mando de una unidad para combatir en el desierto. El ascenso y la caída del mariscal alemán más valorado por sus hombres y más temido por sus enemigos

El día que Hitler creó

“Yo soy el bebé”: la estremecedora historia detrás del regalo que recibió una sobreviviente del Holocausto a los 82 años

Francine Christophe, una judía francesa que fue deportada con su mamá al campo de concentración nazi Bergen-Belsen cuando tenía 11 años, recordó en un documental y previamente en charlas en escuelas una vivencia extraordinaria de ese trágico período. La generosidad de esta niña sobreviviente del genocidio tuvo una enorme recompensa, completamente inesperada

“Yo soy el bebé”: la

Una epidemia de tifus y 25 niños enterrados: la leyenda del cementerio sagrado que desapareció de una playa de la costa bonaerense

En enero de 1892, el contingente de judíos que había escapado de las persecuciones en Europa y encontrado en Mar del Sud su “tierra soñada”, se enfrentó a un poderoso brote de tifus. Las muertes inauguraron un cementerio del que hoy no quedan rastros. Testimonios y controversias en una historia contada por el periodista Facundo Di Genova en su libro “En el lejano Sudeste”

Una epidemia de tifus y

Día de la Mujer en la Ciencia: la primera graduada universitaria y el examen que hubo que mudar por la euforia de los curiosos

Elena Cornaro Piscopia se doctoró en Filosofía en 1678. No le permitieron seguir su máxima vocación, pero deslumbró con sus saberes y se convirtió en una erudita reconocida en toda Europa

Día de la Mujer en

El día que Roosevelt, Churchill y Stalin delinearon un nuevo orden mundial y la teoría del oso cazado que repetía el líder soviético

El 11 de febrero de 1945, hace ochenta años, los “Tres Grandes” brindaron por los acuerdos alcanzados en la Conferencia de Yalta, que pasaron a la historia como el “reparto del mundo” de los tres líderes aliados. Faltaban tres meses para que Hitler se suicidara y la Segunda Guerra Mundial concluyera, cuando una nueva era daba inicio. El día cero de la “Guerra Fría”, el secreto mejor guardado del cónclave y lo que quedó por resolver

El día que Roosevelt, Churchill
MÁS NOTICIAS