
Agotado. Desgastado. Languideciendo. Decaído. Estas son palabras comunes que la gente utiliza para describir cómo se siente en su vida profesional y personal. Y cada vez es peor.
Puede ser fácil culpar tanto al ritmo como al volumen de trabajo, pero nuestra investigación sugiere que el verdadero culpable suele ser un poco más insidioso. No es tanto la carga de trabajo lo que ha aumentado, sino las colaboraciones requeridas en torno a nuestro trabajo. Esto ha creado una nueva forma de estrés que documentamos en nuestro reciente libro, "The Microstress Effect: How Little Things Pile Up and Create Big Problems -- and What to Do About it". El "microestrés" es la acumulación incesante de pequeñas tensiones inadvertidas derivadas de interacciones rutinarias con personas en nuestras vidas que son tan breves que apenas las registramos. Individualmente, estas microtensiones pueden parecer manejables, pero acumuladas tienen un costo enorme.
Nuestra investigación sugiere que, si usted puede identificar una variedad de estas tensiones, será capaz de tomar medidas correctivas que puedan tener un impacto material en su vida.
DONDE EL MICROESTRÉS CAUSA EL MAYOR IMPACTO
Lo que quedó claro con nuestra investigación de seguimiento es que el microestrés nos afecta a todos, en el trabajo y en casa. Pero algunas personas sufren más que otras. Nuestra investigación muestra una relación estadísticamente significativa entre la educación, el nivel jerárquico y la edad, y todas las formas de microestrés.
Las mujeres, en particular, experimentaron más estrés en 13 de las 14 formas de microestrés. (La excepción fue que los hombres informaron experimentar más estrés debido a las interrupciones en sus redes).
¿Qué debemos hacer? Muchos de nosotros optamos por soportar el microestrés porque no podemos simplemente alejarnos de las relaciones más importantes en nuestras vidas. La clave está en entender que no son necesariamente las relaciones las que deben cambiar, sino las interacciones que tenemos dentro de ellas.
UN PLAN DE CINCO PASOS PARA REDUCIR SU PROPIO MICROESTRÉS
No puede abordar todo, en todas partes y al mismo tiempo. Sin embargo, con base en nuestra investigación, hemos identificado cinco pasos clave que puede seguir para comenzar a controlar su microestrés.
1. COMIENCE POCO A POCO
2. CAMBIE SU ATENCIÓN HACIA INTERACCIONES POSITIVAS QUE AYUDEN A CREAR RESILIENCIA
3. ABORDE LAS DOS MICROTENSIONES MÁS GRANDES
4. PRESTE ATENCIÓN A LAS ÁREAS QUE GENERAN ANSIEDAD DEBIDO A SU PREOCUPACIÓN POR OTRAS PERSONAS
5. REALICE ACTIVIDADES QUE LE AYUDEN A OBTENER UN MAYOR SENTIDO DE PROPÓSITO
Incluso con un esfuerzo enfocado, es imposible eliminar todas las fuentes de microestrés en su vida. Descubrimos que las personas más felices eran capaces de relativizar parte del microestrés de sus vidas con mayor eficacia que las menos felices, en gran parte porque pertenecían a dos o tres grupos que incluían actividades significativas para ellas. La dimensionalidad de estas actividades y grupos sirvió para ayudarles a reconocer cuándo las minucias eran solo minucias, inoculándolas esencialmente contra la avalancha de microestrés. Ayudaban a las personas a superar aquello que no podían controlar.
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