
La región de Nueva Inglaterra, ubicada en el noreste de Estados Unidos, es reconocida por sus inviernos rigurosos, con temperaturas que promedian los -6 ℃ en invierno. Sin embargo, atraviesa una transformación climática que desafía su reputación como una de las regiones más frías del país. Tradicionalmente asociada a paisajes nevados, la producción de jarabe de arce y deportes de invierno, la zona se encuentra ahora en el centro de un fenómeno de calentamiento acelerado.
Un estudio reciente, publicado en la revista Climate y citado por The Boston Globe, revela que esta zona se está calentando a un ritmo superior al de la mayoría de las regiones del planeta, solo superado por el Ártico de Alaska. Compuesta por los estados de Maine, New Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut, este territorio se caracteriza por sus bosques y montañas cubiertas de nieve durante la temporada invernal.
El calentamiento de Nueva Inglaterra, uno de los más altos en el mundo
Según el informe liderado por Stephen Young, profesor de sostenibilidad ambiental en Salem State University, la temperatura media de la región aumentó 2,5 ℃ entre 1900 y 2024, superando ampliamente el promedio global de 1,3 ℃ para el mismo periodo. Este incremento ha provocado una reducción del 18 % en los días con nieve en el suelo desde el año 2000, con descensos especialmente marcados en primavera y otoño.
Massachusetts destaca como el estado con el calentamiento más rápido, con un alza de 2,8 ℃ en la temperatura media anual y de 4,3 ℃ en la media invernal entre 1900 y 2025.

En los últimos cinco años, el estado que involucra la ciudad de Boston perdió 31 días de cobertura nival, mientras que Connecticut y Rhode Island han visto desaparecer más de un tercio de sus días con nieve desde el inicio de los registros satelitales, según datos recogidos por la revista Climate.
La investigación atribuye este fenómeno a una combinación de factores geográficos y oceánicos. De acuerdo con The Boston Globe, la región está influida por las corrientes del Atlántico y su proximidad al Ártico.
El debilitamiento de la Corriente de Labrador, la pérdida de fuerza de la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico y el calentamiento acelerado de la Corriente del Golfo, que se acerca a la costa, han alterado el equilibrio térmico de la zona. Stephen Young explicó al medio: “Estas aguas cálidas ahora rodean la costa de Nueva Inglaterra”, lo que contribuye a elevar la temperatura regional. Además, el exceso de calor almacenado en los océanos por el cambio climático se libera a la atmósfera, intensificando el calentamiento terrestre.
Impactos actuales y consecuencias en la región
Las consecuencias de este cambio se manifiestan en diversos aspectos de la vida y la economía local. Las temperaturas mínimas y nocturnas aumentan más rápido que las máximas y diurnas, y los inviernos se calientan al doble de velocidad que otras estaciones. Connecticut ha registrado el mayor aumento de temperatura invernal, con un alza de 4,4 ℃.

El turismo de invierno, la pesca en hielo y la producción de jarabe de arce se ven directamente afectados. Mauri Pelto, profesor de ciencias ambientales en Nichols College, señaló a The Boston Globe: “Los lagos se congelan más tarde y por menos tiempo, lo que favorece la proliferación de algas en primavera y verano y perjudica la calidad del agua y la pesca durante todo el año”.
La industria del jarabe de arce, dependiente de inviernos prolongados y fríos, enfrenta dificultades para mantener la calidad y cantidad de su producción debido a la reducción del periodo de dormancia (estado de reposo temporal) de los árboles.
El estudio identifica el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, producto de la quema de combustibles fósiles, como la causa principal del calentamiento. En 2023, las concentraciones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso alcanzaron máximos históricos, siendo este último especialmente vinculado a la actividad agrícola, según reveló el ensayo científico. Jennifer Francis, científica principal del Woodwell Climate Research Center, explicó: “Basta un pequeño aumento para derretir la nieve caída o transformar una nevada en lluvia”, lo que altera la experiencia tradicional de los inviernos.
A pesar de la magnitud del fenómeno, Stephen Young advierte sobre la dificultad de percibir el cambio climático debido a la variabilidad del clima diario y la tendencia a confundirlo con el clima a largo plazo. Mientras la región experimenta inviernos cada vez menos blancos, la tendencia de fondo es inequívoca: el calentamiento avanza y la cobertura de nieve disminuye, transformando la realidad climática de Nueva Inglaterra.
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