Murió a los 111 años, Viola Fletcher, sobreviviente de la Masacre de Tulsa

Su testimonio ante el Congreso y su libro ayudaron a visibilizar una tragedia que durante décadas fue silenciada

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Viola Fletcher testificó ante el
Viola Fletcher testificó ante el Congreso para reclamar justicia y reparación por el ataque racial de 1921 (Reuters)

Viola Ford Fletcher, conocida como “Madre Fletcher” y la sobreviviente más longeva de la Masacre Racial de Tulsa, falleció a los 111 años. El alcalde de Tulsa, Monroe Nichols, comunicó la noticia este lunes, aunque no precisó la fecha ni el lugar del deceso.

Tras su muerte, Lessie Randle, seis meses menor, se transforma en la única persona viva que presenció uno de los episodios más violentos y silenciados en la historia de Estados Unidos.

El impacto de Fletcher no reside únicamente en su longevidad, sino en su testimonio y persistencia como voz contra el olvido. Nacida en 1914 en el condado de Comanche, Oklahoma, creció en Greenwood, barrio afroamericano de Tulsa conocido por su prosperidad y redes comerciales, origen del apodo “Black Wall Street”.

Esa comunidad cambió abruptamente la madrugada del 1 de junio de 1921, cuando residentes blancos armados arrasaron Greenwood tras la detención del joven Dick Rowland, acusado sin pruebas de agredir a una mujer blanca.

La Masacre Racial de Tulsa
La Masacre Racial de Tulsa arrasó el barrio afroamericano de Greenwood en 1921 y dejó hasta 300 muertos

Luego, de eso, una multitud se congregó frente al tribunal y la presencia de veteranos afroamericanos que acudieron para proteger a Rowland derivó en enfrentamientos.

La violencia, que duró cerca de 16 horas, provocó la destrucción de unas 35 manzanas, la muerte de hasta 300 personas y la pérdida de 1.250 viviendas y comercios.

En solo 16 horas, la
En solo 16 horas, la violencia destruyó más de 1.250 casas y negocios de familias negras, según Infobae

The New York Times incluye el desgarrador testimonio de Fletcher, quien recordó las escenas al escapar con su familia: cenizas cayendo, cuerpos tendidos en las calles y el barrio consumido por el fuego.

Testigos narran haber visto aviones
Testigos narran haber visto aviones lanzando bombas incendiarias sobre la comunidad de Greenwood (Reuters)

Nadie fue juzgado por la destrucción ni por la cantidad de muertes, y la represión posterior obligó a miles de sobrevivientes afroamericanos a abandonar sus hogares, lo que resultó en la pérdida total de su riqueza y proyectos.

La represión continuó más allá de la violencia física. Durante décadas, la masacre de Tulsa permaneció silenciada: no se habló abiertamente del suceso ni en los medios nacionales ni en las escuelas de Oklahoma. Se extraviaron registros policiales, desaparecieron o fueron alterados archivos de prensa y el tema se volvió tabú incluso dentro de las familias afectadas, según The Washington Post.

Greenwood nunca recuperó su esplendor, los sobrevivientes nunca recibieron indemnizaciones y los responsables quedaron impunes.

Para Viola Fletcher, esos hechos transformaron su vida para siempre. Tras huir con lo que llevaba puesto, su familia logró ocultarse en una zona boscosa, vivió en tiendas de campaña, se alumbró con luciérnagas y tuvo que aprender a sobrevivir a base de ingenio.

Tras la masacre, Fletcher vivió
Tras la masacre, Fletcher vivió en condiciones precarias y trabajó como doméstica durante décadas (Reuters)

En cuanto a su vida personal, más allá de la masacre, Viola Fletcher estudió hasta cuarto grado y trabajó como aparcera y empleada doméstica para familias blancas en Bartlesville, posteriormente en Los Ángeles durante la Segunda Guerra Mundial. Se casó con Robert Fletcher, tuvo tres hijos y se convirtió en el principal sustento de su familia, en un contexto marcado por la ausencia de reconocimiento económico o social.

Con el paso de las décadas, la memoria de la masacre recobró fuerza gracias a los testimonios de sobrevivientes, investigadores y activistas. El cumpleaños número 106 de Fletcher, en 2020, atrajo la atención del abogado Damario Solomon-Simmons, quien asumió la representación legal de los tres últimos sobrevivientes reconocidos: Viola Fletcher, su hermano Hughes Van Ellis (fallecido en 2023) y Lessie Randle, quien aún vive.

CNN detalló los reclamos legales impulsados por Fletcher, su hermano y Randle en la demanda contra la ciudad de Tulsa y otras entidades, al argumentar la complicidad de las autoridades en la masacre y sus consecuencias.

Viola Fletcher, su hermano Hughes
Viola Fletcher, su hermano Hughes Van Ellis y Lessie Randle fueron los últimos sobrevivientes reconocidos de la Masacre Racial de Tulsa y protagonistas de demandas históricas para buscar justicia (Reuters)

La Corte Suprema estatal desestimó el caso en junio de 2024 y el Departamento de Justicia concluyó que no existían vías legales para judicializar los hechos, debido a la prescripción de los delitos.

Aunque las demandas legales quedaron paralizadas, el municipio de Tulsa anunció la creación de un fideicomiso privado para recaudar más de USD 100 millones orientados a otorgar becas, apoyar la educación, la vivienda y la preservación cultural en la zona, aunque sin incluir pagos directos a sobrevivientes ni a sus descendientes, según informó la agencia Associated Press. El plan se implementará hacia 2026, año del 105º aniversario de la masacre.

Desde el centenario del ataque, en 2021, Viola Fletcher trascendió el ámbito familiar y fue reconocida internacionalmente. En 2023, junto a su nieto Ike Howard, publicó el libro “No dejes que entierren mi historia”, donde recuperó el relato personal, rememoró la autoorganización de la comunidad afroamericana y la red de solidaridad previa a la tragedia.

La historia de Viola Fletcher
La historia de Viola Fletcher se plasmó en sus memorias “No dejes que entierren mi historia”, publicadas en 2023