Estados Unidos afirmó que las sanciones empiezan a erosionar los ingresos petroleros de Rusia

Washington asegura que la caída del crudo ruso y el repliegue de India y China indican que el cerco financiero sobre Rosneft y Lukoil está funcionando, mientras busca forzar a Moscú a negociar el fin de la guerra

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FOTO DE ARCHIVO. Una vista
FOTO DE ARCHIVO. Una vista muestra gatos de bombas de petróleo en las afueras de Almetyevsk en la República de Tatarstán, Rusia, 4 de junio 2023 (REUTERS/Alexander Manzyuk)

El Gobierno de Estados Unidos aseguró haber detectado señales de que su nueva ronda de sanciones contra los gigantes petroleros rusos empieza a erosionar uno de los pilares que ha permitido a Moscú sostener el esfuerzo bélico en Ucrania.

Según un alto funcionario del Departamento del Tesoro, el castigo financiero —dirigido principalmente a Rosneft y Lukoil— ha provocado una caída abrupta en los precios del crudo ruso, mientras los principales compradores en Asia se apresuran a limitar su exposición antes de la entrada en vigor plena de las restricciones.

India y China, que se habían convertido en clientes esenciales para el petróleo ruso desde el inicio de la invasión en 2022, han comunicado a Washington que prevén cancelar, pausar o renegociar contratos anticipados para evitar infringir las nuevas reglas.

Ese repliegue refleja la preocupación de gobiernos y bancos asiáticos ante el riesgo de quedar atrapados en la red de sanciones estadounidenses. El funcionario habló bajo condición de anonimato para detallar conversaciones diplomáticas y comerciales aún en curso.

El movimiento supone un golpe significativo para Moscú. Desde el inicio de la guerra, el Kremlin ha sorteado las sanciones occidentales con un redireccionamiento masivo de sus exportaciones energéticas hacia Asia. Ese giro permitió a Rusia mantener ingresos suficientes para financiar su maquinaria militar, incluso con descuentos forzados en el precio de sus barriles y con un sistema naviero paralelo —la llamada “flota oscura”— destinado a evadir la supervisión internacional.

FOTO DE ARCHIVO: El petrolero
FOTO DE ARCHIVO: El petrolero Vladimir Monomakh de Rosneft, con bandera rusa, transita por el Bósforo en Estambul, Turquía, el 6 de julio de 2023 (REUTERS/Yoruk Isik//Foto de archivo)

La caída reciente de los precios, según datos públicos citados por EEUU, sitúa varios grados del crudo ruso en sus niveles más bajos en años.

La Administración Trump considera ese desplome como una prueba de que la presión financiera empieza a surtir efecto justo cuando Washington intenta relanzar su plan para poner fin al conflicto. El enviado personal del presidente, Steve Witkoff, ha estado promoviendo una iniciativa diplomática que exige concesiones sustanciales de Kiev, tanto territoriales como militares.

No está claro qué se le pide a Moscú, más allá de aceptar sentarse a negociar. El enfoque ha generado inquietud en sectores del Congreso y en aliados europeos, que consideran que cualquier negociación debe evitar recompensar la agresión rusa.

El objetivo declarado de las sanciones, anunciadas en octubre, era obligar al presidente Vladímir Putin a acudir a la mesa de negociaciones. Washington sostiene ahora que el endurecimiento del cerco económico, especialmente en un sector tan crítico como el energético, está reduciendo el margen de maniobra del Kremlin.

“Estamos viendo contactos sustanciales de gobiernos y empresas que buscan orientación para cortar vínculos con Rosneft y Lukoil”, aseguró el alto funcionario estadounidense.

FOTO DE ARCHIVO: Imagen de
FOTO DE ARCHIVO: Imagen de un panel con el logotipo de la petrolera rusa Rosneft en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF), San Petersburgo, Rusia, 5 de junio de 2024 (REUTERS/Anton Vaganov/Foto de archivo)

El giro en Asia no solo erosiona los ingresos rusos: también complica la logística que Moscú había construido para sortear el tope de precios impuesto por el G7 en 2022. Ese mecanismo, que restringía el acceso al transporte y al seguro occidental, había perdido eficacia con el paso del tiempo debido a la creación de redes de barcos y aseguradoras fuera del alcance de Occidente.

La reactivación de sanciones primarias y secundarias por parte de EEUU coloca nuevas barreras para ese sistema paralelo y obliga a los compradores a recalcular riesgos.

La presión para actuar venía acumulándose desde hacía meses. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, y legisladores republicanos y demócratas en Washington habían reclamado a Trump medidas más duras sobre la industria petrolera rusa, considerada la principal fuente de financiación de la guerra.

Sin embargo, los esfuerzos de Trump para frenar el conflicto no han ganado tracción. El presidente ha expresado frustración ante la disposición de Kiev a aceptar un alto el fuego y abrir negociaciones directas, mientras Putin mantiene una postura inflexible sobre las condiciones territoriales.

La Casa Blanca insiste en que el plan de Witkoff sigue activo, pero varios analistas dudan de que Moscú modifique su estrategia sin una presión económica mucho más sistemática y coordinada.

La caída del precio del crudo ruso llega, además, en un momento delicado para la economía de Rusia. Aunque el país ha logrado mantener el crecimiento gracias a un gasto militar récord y a la reasignación de recursos hacia la industria bélica, la inflación se ha acelerado y el rublo ha sufrido fuertes vaivenes.