Estados Unidos declaró organizaciones terroristas a cuatro grupos del movimiento Antifa en Europa

El gobierno de Donald Trump designó como “terroristas globales especialmente designados” a organizaciones antifascistas con base en Alemania, Italia y Grecia, acusadas de promover ataques violentos

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Imagen de archivo: Una persona
Imagen de archivo: Una persona ondea una bandera del movimiento Antifa en una manifestación en Berlín, Alemania, el 14 de diciembre de 2024 (REUTERS/Christian Mang)

El gobierno de Estados Unidos designó este jueves como terroristas globales especialmente designados a cuatro grupos ubicados en Alemania, Italia y Grecia, a los que acusa de protagonizar actos violentos vinculados con el movimiento Antifa. La medida, anunciada en el marco de la administración de Donald Trump, forma parte de las recientes acciones que apuntan contra colectivos de izquierda considerados una amenaza para la seguridad nacional, según informaron el Departamento de Estado en Washington.

El secretario de Estado Marco Rubio señaló en un comunicado que la designación alcanzó a Antifa Ost, con sede en Alemania; a la Federación Anarquista Informal/Frente Revolucionario Internacional (FAI/FRI), situada en Italia; y a dos organizaciones griegas, Justicia Proletaria Armada y Autodefensa de Clase Revolucionaria. El gobierno estadounidense planea incluirlos, a partir del 20 de noviembre, en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras.

Marco Rubio advirtió que Washington podría dirigir medidas similares contra otros grupos en el resto del mundo. La designación implica el congelamiento de activos en Estados Unidos, la prohibición de ingreso al país y la posibilidad de iniciar procesos penales contra quienes brinden apoyo material a estos colectivos.

De acuerdo con el comunicado citado por medios estadounidenses, estos grupos comparten “ideologías revolucionarias anarquistas o marxistas, incluyendo el antiamericanismo, el anticapitalismo y el anticristianismo”. Rubio sostuvo que dichas ideas han sido utilizadas para “incitar y justificar ataques violentos dentro y fuera del país”.

La administración Trump ha intensificado su retórica y acciones legales contra Antifa y organizaciones afines desde 2017, tras enfrentamientos en actos públicos que derivaron en episodios de violencia. El movimiento Antifa —abreviación de “antifascista”— carece de estructura formal o liderazgo centralizado, según han explicado expertos en seguridad nacional, y funciona principalmente como una red informal de afinidades ideológicas. La falta de jerarquía definida ha motivado cuestionamientos legales sobre la viabilidad de la designación de estas agrupaciones como organizaciones terroristas extranjeras.

Según el Departamento de Estado, Antifa Ost llevó a cabo “numerosos” ataques contra personas señaladas como “fascistas” o pertenecientes a la extrema derecha en Alemania entre 2018 y 2023. Cuatro miembros del grupo fueron condenados el año pasado por ataques con martillos contra presuntos neo-nazis en el este alemán, y recientemente enfrentan cargos ante la justicia húngara por agresiones ocurridas en Budapest durante una marcha anual de la ultraderecha.

La Federación Anarquista Informal/Frente Revolucionario Internacional (FAI/FRI), con ramificaciones en Europa, Latinoamérica y Asia, se ha atribuido amenazas y atentados contra instituciones políticas y económicas desde 2003. Entre ellos, el envío de paquetes explosivos al entonces presidente de la Comisión Europea Romano Prodi y al ex presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann; así como un ataque en 2012 que hirió al director de la empresa italiana de energía nuclear Ansaldo Nucleare. Dos atacantes recibieron sentencias de diez años de prisión bajo cargos agravados por terrorismo.

En Grecia, Justicia Proletaria Armada asumió la autoría de atentados con artefactos explosivos improvisados contra edificios gubernamentales y compañías estatales. Autodefensa de Clase Revolucionaria reivindicó la colocación de bombas, entre ellas una que explotó frente al Ministerio de Trabajo griego y otra en la sede de la principal empresa ferroviaria del país. Medios estadounidenses han detallado que, en un caso, se intentó evitar víctimas avisando antes de la explosión.

El presidente de Estados Unidos,
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump (REUTERS/Jonathan Ernst)

El anuncio estadounidense se produce tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk en septiembre y las protestas registradas ante autoridades federales de inmigración en Los Ángeles, Chicago y Portland. Trump y sus aliados republicanos han responsabilizado al movimiento Antifa de fomentar enfrentamientos políticos.

Según medios como The New York Times y Reuters, la estrategia del gobierno estadounidense representa una novedad: en décadas recientes, Washington se ha enfocado mayormente en grupos islamistas y otros actores con operaciones trasnacionales. La designación Antifa marca un giro en la política hacia agrupaciones de izquierda occidentales. No obstante, los atentados de grupos anarquistas en Europa tienen larga data, particularmente en Grecia, donde algunos colectivos ya estaban incluidos en listas de terrorismo desde los años setenta.

El anuncio también ocurre en un contexto de creciente polarización política en Estados Unidos, con estudios recientes del Departamento de Justicia subrayando que históricamente la violencia política en el país provino, en su mayoría, desde la extrema derecha, aunque se han registrado incidentes por parte de actores de ambos extremos ideológicos en los últimos años.

Diversos especialistas en seguridad y derecho internacional mantienen dudas sobre el efecto práctico de estas designaciones, en parte porque los grupos Antifa operan como redes descentralizadas y sin bases organizativas tradicionales, lo que dificulta la aplicación de las sanciones contempladas en la legislación estadounidense.

(Con información de AP, EP y Reuters)