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Maquinaria pesada derriba la entrada
Maquinaria pesada derriba la entrada sur del ala este en el inicio de los trabajos para el nuevo salón de baile de la Casa Blanca (REUTERS/Jessica Koscielniak)

La Casa Blanca inició este lunes la demolición de una sección de su emblemática ala este para dar paso a la construcción de un nuevo salón de baile impulsado por el presidente Donald Trump.

Contratistas retiraron parte de la entrada y varias ventanas de la estructura, pese a que el mandatario había asegurado que el recinto no modificaría la arquitectura original.

Me complace anunciar que se ha iniciado la construcción del nuevo, amplio y hermoso salón de baile de la Casa Blanca en los terrenos de la Casa Blanca”, informó Trump a través de su red Truth Social.

Agregó que el ala este está siendo “modernizada por completo” como parte de la remodelación.

El ala este de la Casa Blanca fue añadida durante la presidencia de Theodore Roosevelt en 1902 y, desde entonces, actúa como acceso y espacio de apoyo para funciones administrativas y de protocolo.

Operarios avanzan con la demolición
Operarios avanzan con la demolición de estructuras originales de la mansión presidencial, en el marco del proyecto arquitectónico impulsado por Donald Trump (REUTERS/Jessica Koscielniak)

La zona sufrió su última gran renovación en la década de 1940, y nunca antes había enfrentado una intervención de la magnitud actual. En esta etapa, según informó el propio mandatario a la cadena NBC, la sala de baile abarcará unos 8.000 metros cuadrados, permitiendo recibir hasta 900 invitados simultáneamente en el recinto.

Fuentes oficiales indicaron a medios estadounidenses que el coste estimado del proyecto ronda los 200 millones de dólares. La administración aseguró que el gasto será cubierto con fondos privados, incluyendo donaciones del propio Trump y de simpatizantes presentados como “patriotas”.

La ejecución está a cargo de la constructora Clark, reconocida por proyectos en la capital estadounidense, mientras que el diseño recae en el estudio McCrery Architects, responsable de mantener la línea neoclásica que caracteriza a la Casa Blanca.

La decisión de modificar el histórico edificio provocó curiosidad y reacciones encontradas entre residentes, visitantes y medios internacionales.

Fotógrafos y periodistas documentaron las primeras tareas de demolición desde las inmediaciones. Una mujer presente, que portaba una mascarilla y un cartel de rechazo, resumió su malestar al señalar: “No me gusta. Miren lo que está haciendo”.

La construcción del futuro salón
La construcción del futuro salón de baile obligó a cerrar parte del emblemático complejo presidencial al público y la prensa internacional (REUTERS/Jessica Koscielniak)

Según los planes divulgados, el nuevo salón ofrecerá un espacio apto para grandes celebraciones y ceremonias oficiales, como banquetes de Estado, recepciones diplomáticas y eventos de escala masiva.

Durante más de 150 años, todos los presidentes han soñado con tener un salón de baile en la Casa Blanca para albergar fiestas y visitas de Estado”, dijo Trump al defender su iniciativa.

La estructura reemplazará a la entrada cubierta y varias áreas del ala este, conectadas al edificio principal por la columnata este. Para los especialistas en patrimonio, se trata de la mayor modificación arquitectónica de la Casa Blanca en décadas, razón por la que los equipos encargados deberán cumplir con estrictos estándares de preservación y armonía visual.

El calendario de construcción prevé varios meses de trabajo antes de la inauguración del salón, en medio de expectativas sobre su impacto político, institucional y arquitectónico.

El ala este fue escenario
El ala este fue escenario del movimiento de grúas y equipos técnicos, marcando el mayor cambio estructural en la Casa Blanca desde la década de 1940 (REUTERS/Jessica Koscielniak)

El proyecto se inscribe en una larga serie de adaptaciones que la residencia ha experimentado a lo largo de su historia, pero representa un hito por el tamaño, costo y visibilidad internacional.

La construcción del salón de baile se prolongará varios meses y mantiene en vilo a quienes siguen de cerca el balance entre la modernización funcional y el resguardo del legado de uno de los edificios más emblemáticos del poder político mundial.

(Con información de EFE)