
El regreso a las aulas trae consigo no solo nuevas experiencias y aprendizajes, sino también preocupaciones entre padres ante posibles infestaciones de piojos en la comunidad escolar.
Según los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), los piojos de la cabeza afectan cada año a hasta 12 millones de niñas y niños de entre 3 y 11 años en Estados Unidos, con mayor incidencia en estudiantes de preescolar y primaria.
Los piojos son insectos parasitarios del tamaño de una semilla de sésamo que se alimentan de sangre humana y sobreviven principalmente en el cuero cabelludo.
Aunque las escuelas no son el único espacio de contagio, el contacto cabeza con cabeza—más común en actividades deportivas, en fiestas de pijamas o durante el recreo—es señalado como el principal modo de transmisión. “La limpieza personal o del entorno no es un factor para contraer piojos”, advierte el CDC, lo que desmonta viejas creencias sobre higiene y nivel socioeconómico.

Prevención en el entorno escolar y familiar
Los CDC recomiendan una serie de medidas de prevención para evitar la propagación de los piojos entre menores:
- Evitar el contacto directo cabeza con cabeza en juegos, deportes y campamentos.
- No compartir accesorios para el cabello, sombreros, bufandas o prendas de abrigo.
- No intercambiar toallas, peines o cepillos entre personas.
- Lavar y secar a alta temperatura la ropa de cama y prendas utilizadas por la persona infestada durante los dos días previos al tratamiento, o almacenarlas en bolsas plásticas cerradas por dos semanas si no es posible lavarlas.
- Vaciar alfombras, muebles y superficies donde la persona infestada haya estado.
- Los CDC aclaran que dedicar excesivo tiempo y dinero a la limpieza profunda del hogar no es necesario para evitar la reinfestación: el parásito solo sobrevive 30 días en la cabeza y muere en dos días fuera de su huésped.
Cómo identificar la infestación
El principal indicio suele ser la picazón repentina en el cuero cabelludo. “Puede tomar hasta seis semanas para que la picazón aparezca después del primer contagio”, afirman los CDC. Las liendres o huevos de piojo, que pueden ser amarillas, marrones o bronceadas, a veces se confunden con caspa. Una señal relevante es el incremento del rascado nocturno o problemas de sueño en el niño.
“El prurito responde a una reacción alérgica a las picaduras del insecto”, enfatiza el dermatólogo Danilo C. Del Campo, miembro de la Academia Estadounidense de Dermatología, en entrevista con CBS News. Padres y madres también pueden notar una sensación de cosquilleo en el cabello de los afectados.

Opciones de tratamiento contra los piojos
El tratamiento de los piojos contempla tanto el uso de medicamentos como la remoción manual. La elección depende de factores como la edad, la sensibilidad del niño, la gravedad de la infestación y el acceso a servicios médicos.
Según Krista Lauer, directora médica nacional de las Clínicas para el tratamiento de piojos de Estados Unidos, sus clínicas emplean un dispositivo médico aprobado por la FDA que utiliza una combinación de temperatura, velocidad y dirección del aire para eliminar piojos y huevos: “consideramos la sensibilidad al calor y el nivel de inquietud del niño, pero para garantizar el éxito se debe seguir un patrón específico de tratamiento y retirar los restos con un peine especial”.
Becky Boudreau, técnica en eliminación de piojos en New Hampshire, describe la experiencia como laboriosa pero eficaz: “es exitoso, pero requiere tiempo. Muchos padres optan por especialistas porque no quieren lidiar con los insectos”.
Los tratamientos sin receta pueden contener lociones como alcohol bencílico—que solo mata los piojos adultos—, ivermectina, malatión o champús con lindano (este último puede ser tóxico si se emplea incorrectamente). Del Campo aclara que “la mayoría de estos productos han sido probados y aprobados por la FDA. Los padres deben seguir siempre las indicaciones del envase”.

La Academia Estadounidense de Dermatología recomienda repetir el tratamiento con cualquier producto sin receta, ya que ningún método es capaz de eliminar todos los piojos y liendres en una sola aplicación. La evidencia científica no respalda remedios caseros como aplicar aceites o mayonesa para asfixiar al parásito.
¿Hay motivos para excluir a los niños?
Los CDC señalan que las y los estudiantes con infestación activa de piojos pueden permanecer en la escuela hasta el fin de la jornada y regresar después de comenzar el tratamiento. “No existe razón médica para retirar inmediatamente a un niño del aula”, sostiene el Dr. Del Campo. “Los piojos no son peligrosos ni transmiten enfermedades”.
Expertos subrayan que las políticas escolares que obligan a retirar de inmediato a los alumnos afectados, o exigen la eliminación total de liendres antes de regresar a clases, no encuentran respaldo científico.
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