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La policía concluyó que Megan
La policía concluyó que Megan Trussell murió por suicidio tras ingerir anfetaminas y exponerse al frío (Crédito: Joe Trussell)

El hallazgo del cuerpo congelado de Megan Trussell, una estudiante de primer año de la Universidad de Colorado, ha generado una profunda controversia en Boulder, EEUU. Después de varios días desaparecida, la joven de 18 años fue hallada en una zona montañosa a las afueras de la ciudad. Mientras la policía local concluyó que se trató de un suicidio por sobredosis de anfetaminas y exposición al frío, sus padres rechazan tajantemente esta versión y sostienen que pudo haber sido víctima de un asesinato, según recoge People.

El último 15 de febrero, dos guardabosques localizaron el cuerpo de Megan en una pendiente cercana a un arroyo y un desagüe, cubierto por unos cinco centímetros de nieve. Solo sobresalían su rostro y su característico cabello rojo del manto blanco. La joven había desaparecido la noche del 9 de febrero, tras una discusión con su compañera de cuarto y su novio en la residencia universitaria.

Las últimas horas

La discusión previa con su
La discusión previa con su compañera de cuarto y su novio marcó las últimas horas de Megan Trussell (Joe Trussell)

Las cámaras de seguridad la captaron saliendo del edificio alrededor de las 21, vestida con ropa deportiva y portando un bolso azul con una estrella rosa, que ella misma había confeccionado. Nadie volvió a verla con vida.

La investigación oficial, liderada por la Oficina del Sheriff del Condado de Boulder, determinó que Megan murió por los efectos tóxicos de las anfetaminas, concretamente Adderall, medicamento que tenía prescrito. La autopsia, realizada en dos fases entre mayo y julio, también señaló la hipotermia como factor contribuyente.

Según la subdirectora forense Kolleen Hancock, el cuerpo presentaba lesiones compatibles con una caída, pero estas no afectaron la causa de muerte. En la habitación de la joven se hallaron tres frascos vacíos de Adderall, cada uno con capacidad para 30 pastillas, y otro frasco vacío fue encontrado cerca del lugar donde yacía el cuerpo.

El análisis forense externo, realizado por la patóloga Priya Banerjee coincidió con la hipótesis de suicidio. “Tenía el estómago y la garganta llenos de pastillas. Eso para mí es muy intencional. Rara vez se puede obligar a alguien a ingerir tantas pastillas”, explicó Banerjee a People. La especialista añadió que, aunque las lesiones eran consistentes con una caída, la causa principal fue la toxicidad de los medicamentos, posiblemente agravada por la confusión o desorientación de la víctima.

Rechazo familiar a la hipótesis de suicidio

Los padres de Megan rechazan
Los padres de Megan rechazan la hipótesis de suicidio y sostienen que pudo ser víctima de un crimen (Crédito: Joe Trussell/Boulder County Sheriff's Office )

Sin embargo, la familia de Megan rechaza la conclusión oficial. Joe Trussell y Vanessa Diaz, padres de la joven, insisten en que su hija no tenía antecedentes de conductas suicidas ni dejó nota alguna. “Estaría dispuesto a aceptar un dictamen de suicidio si hubiera pruebas definitivas de que eso fue lo que ocurrió, pero hay demasiada evidencia”, declaró el padre a People. La madre, por su parte, subrayó: “Las circunstancias son muy sospechosas. Falta un zapato que nunca apareció”.

La noche de la desaparición, Megan había discutido con su compañera de cuarto y su novio, quien terminó la relación y la bloqueó en su teléfono. Tras el altercado, la joven salió del dormitorio y deambuló por el campus, un comportamiento que, según un detective citado en el informe del caso, no era propio de ella. Durante los días siguientes, su ausencia pasó inadvertida, ya que su compañera asumió que se encontraba con su hermana mayor, también estudiante en la universidad.

El 12 de febrero, al no recibir respuesta a sus mensajes, el padre de Megan reportó la desaparición. Las labores de búsqueda se intensificaron y, tres días después, voluntarios hallaron una mochila con ropa —que no pertenecía a Megan— y, cerca de allí, un frasco vacío de Adderall a su nombre. El hallazgo del cuerpo se produjo poco después, en una zona de difícil acceso y escasamente transitada.

La autopsia confirmó la presencia
La autopsia confirmó la presencia de una alta dosis de anfetaminas en Megan Trussell, pero la familia cuestiona cómo fueron ingeridas (Joe Trussell)

Elementos que alimentan la controversia

El teléfono móvil y el bolso de Megan no fueron encontrados junto a su cuerpo, sino semanas después, en posesión de personas sin hogar. El dispositivo fue rastreado hasta un quiosco de reventa en un supermercado local el 2 de marzo. La policía acusó a Elliot Bearfore, un hombre sin hogar, de robo y declaración falsa al intentar vender el teléfono.

Bearfore afirmó haberlo recibido de otro indigente, Travis, quien aseguró haber encontrado el teléfono y el bolso fuera de la ciudad y luego abandonó el bolso en una ciclovía, donde fue recuperado por un transeúnte. Ninguno de los dos fue vinculado formalmente con la muerte de Megan.

La familia sostiene que estos hechos refuerzan la hipótesis de un ataque. Según Diaz, Megan salió esa noche a comprar una bebida, pero evitó la tienda donde trabajaba su compañera de cuarto tras la discusión. “Creo que iba a una tienda de conveniencia y, en algún punto del trayecto, alguien la interceptó”, afirmó la madre a People.

La teoría familiar sugiere que la joven fue atacada, perdió el bolso y sufrió las lesiones al resistirse, y que la ingestión masiva de pastillas pudo haber sido forzada para encubrir el crimen.

La familia critica la investigación
La familia critica la investigación policial y contrató a un investigador privado para esclarecer el caso (Crédito: Joe Trussell)

Reacciones y medidas de la familia

El entorno de Megan también rechaza la idea de suicidio. Su hermana mayor declaró a los investigadores que la joven disfrutaba de la vida universitaria, tenía planes para asistir a una fiesta familiar y no creía que, por muy mal que se sintiera, llegara a quitarse la vida.

Los informes policiales confirman que no existían antecedentes de intentos suicidas ni abuso de medicamentos. Aunque la hermana reconoció que Megan había atravesado dificultades tras el divorcio de sus padres, describió estos episodios como propios de la adolescencia y no como señales de depresión grave.

La gestión de la investigación ha sido objeto de críticas por parte de la familia, que acusa a las autoridades de centrarse exclusivamente en la hipótesis de suicidio y de no explorar otras posibilidades. Joe Trussell expresó su frustración por la falta de comunicación y la aparente falta de prioridad otorgada al caso. “Una estudiante de primer año fue encontrada muerta en un cañón. No entiendo cómo no se le da prioridad a eso”, lamentó en declaraciones a People.

En respuesta, la Oficina del Sheriff del Condado de Boulder defendió la exhaustividad de la investigación y explicó que, por respeto a las familias, limita los comentarios públicos en casos de suicidio. “Se siguieron todas las pistas disponibles hasta que tanto nuestra oficina como la del forense llegamos a nuestras conclusiones finales”, indicó un portavoz.

Ante la falta de respuestas, los padres de Megan han contratado a un investigador privado y ofrecen una recompensa de USD 6.000 por información que conduzca a un arresto.

En Estados Unidos, existe la Red Nacional de Prevención del Suicidio para pedir ayuda, puedes llamar al 1-888-628-9454 o al 1-800-273-8255, la línea del Servicio Nacional de Prevención del Suicidio, para hablar con alguien que te brindará apoyo gratuito y confidencial las 24 horas del día, los siete días de la semana. Los CDC también recomienda sus propias políticas, programas y prácticas de prevención.

Línea de prevención del suicidio en Argentina: el Centro de Asistencia al Suicida ofrece orientación y apoyo. Tienen una línea de prevención del suicidio disponible al teléfono 135 (línea gratuita) o al (011)5275-1135 y 0800 345 1435 para llamadas desde todo el país.

En México, para aquellos que buscan ayuda o asistencia en relación al suicidio, existe la Línea de la Vida: 800-911-2000, este servicio es gratuito y está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

En Colombia, la Línea de la Vida brinda apoyo emocional a individuos que enfrentan crisis de suicidio o angustia. Este servicio está disponible en varias ciudades del país. En Bogotá, se puede contactar a través de la línea 106 o vía WhatsApp al 3007548933. Barranquilla cuenta con la línea 339 99 99, mientras que en Medellín se dispone de la Línea Amiga al 444 44 48.

En Cali, al igual que en Bogotá, la línea de atención es el 106. Estas líneas ofrecen una respuesta inmediata a quienes necesitan ayuda en momentos críticos.

En Perú, el Ministerio de Salud (Minsa) ofrece apoyo emocional a través de la Línea 113 Salud, accesible nacionalmente por teléfono, WhatsApp o Telegram en los números 955557000 y 952842623.

En España, el Ministerio de Sanidad ha establecido la Línea 024 para la atención a la conducta suicida.