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Carruaje tirado por caballos esperando
Carruaje tirado por caballos esperando pasajeros en Central Park, una tradición de más de un siglo ahora bajo debate.

El respaldo del alcalde Eric Adams a la propuesta de prohibir los carruajes tirados por caballos en Central Park marca un punto de inflexión en un debate que ha persistido durante décadas en Nueva York. La medida, que busca eliminar una tradición de más de 150 años, responde a preocupaciones crecientes sobre la seguridad tanto de los animales como de los ciudadanos en uno de los espacios verdes más concurridos de la ciudad.

El mandatario, enfrentando una compleja campaña de reelección como candidato independiente, envió al Concejo Municipal una “carta de necesidad” que otorga a los legisladores la facultad de acelerar la aprobación de un proyecto de ley destinado a eliminar gradualmente los carruajes de caballos.

Además, Adams firmó una orden ejecutiva que instruye a la policía a intensificar la vigilancia sobre los carruajes que operan fuera de las zonas permitidas, ya sea para captar pasajeros de manera ilegal o para obstruir el tráfico. La orden también exige a las agencias municipales que identifiquen nuevas oportunidades laborales para los trabajadores del sector y establezcan un mecanismo para la devolución voluntaria de licencias de carruajes.

Un conductor guía su carruaje
Un conductor guía su carruaje por Central Park en un día lluvioso, mientras aumenta la presión por prohibir esta práctica.

En su declaración, el alcalde subrayó la incompatibilidad de esta actividad con la realidad actual del parque: “Aunque los carruajes tirados por caballos han sido durante mucho tiempo un elemento emblemático de Central Park, cada vez resultan más incompatibles con las condiciones de un espacio verde urbano moderno y muy utilizado. Ha quedado absolutamente claro que estos carruajes ya no funcionan para nuestra ciudad”, afirmó Adams en un comunicado recogido por The Associated Press.

El alcalde insistió en que la iniciativa no pretende eliminar la tradición, sino adaptarla a los valores contemporáneos de la ciudad: “Esto no se trata de eliminar esta tradición, sino de honrar nuestras tradiciones de una manera que esté alineada con quienes somos hoy. Los neoyorquinos se preocupan profundamente por los animales, por la equidad y por hacer lo correcto”, sostuvo en la misma declaración.

El anuncio ha generado reacciones encontradas. John Samuelsen, presidente del Transport Workers Union of America, sindicato que representa a los trabajadores de los carruajes, calificó la decisión como un acto de desesperación de un alcalde rezagado en las encuestas frente a rivales como el demócrata Zohran Mamdani, el exgobernador Andrew Cuomo y el republicano Curtis Sliwa. “Ha traicionado a los neoyorquinos de clase trabajadora que confiaban en él para defender sus empleos frente a los promotores inmobiliarios que solo quieren convertir los establos en rascacielos. Debería avergonzarse”, declaró Samuelsen a The Associated Press.

Carruajes estacionados cerca de la
Carruajes estacionados cerca de la entrada de Central Park, en medio de los rascacielos de Manhattan.

Desde el Concejo Municipal, la presidenta Adrienne Adams sugirió que el alcalde busca capitalizar políticamente el tema. Su oficina calificó las acciones de Adams como “oportunistas y poco útiles”, aunque evitó pronunciarse sobre la posibilidad de que la propuesta se someta a audiencia pública o votación en la actual legislatura. En un comunicado, la oficina de la presidenta del Concejo reconoció la carga emocional y la complejidad del asunto para muchos neoyorquinos, señalando que “este proyecto de ley sigue su curso en el proceso legislativo, que es deliberativo y permite la participación de todas las partes interesadas”.

Las organizaciones defensoras de los derechos de los animales, que desde hace años reclaman el fin de la industria por motivos de bienestar animal, celebraron la decisión del alcalde. Edita Birnkrant, directora ejecutiva de New Yorkers for Clean, Livable, and Safe Streets (NYCLASS), expresó: “Este es un paso que salva vidas tanto para las personas como para los caballos, y deja claro lo que nosotros y tantos neoyorquinos hemos sostenido durante mucho tiempo: los carruajes tirados por caballos ya no tienen cabida en nuestra ciudad”, según declaraciones recogidas por The Associated Press.

Paseo en carruaje por Central
Paseo en carruaje por Central Park, símbolo romántico y turístico de Nueva York desde hace generaciones.

El respaldo a la prohibición también provino de la Central Park Conservancy, la influyente organización sin fines de lucro que gestiona el parque, la cual en agosto manifestó su apoyo a la eliminación de los carruajes, citando preocupaciones de seguridad.

La postura de Adams se suma a una larga lista de intentos por regular o eliminar la industria. Su predecesor, el exalcalde Bill de Blasio, prometió cerrar el sector “el primer día” de su mandato, pero se topó con años de resistencia en el Concejo y la oposición de figuras públicas como el actor Liam Neeson, quien sigue siendo un defensor activo de los conductores de carruajes. “Realmente es hora de que esto se concrete”, publicó el exaspirante presidencial demócrata en la red X, acompañando el anuncio de Adams.

Carruaje avanzando frente a los
Carruaje avanzando frente a los rascacielos de Midtown Manhattan, reflejo del contraste entre tradición y modernidad.

Los incidentes recientes, como el colapso y muerte de caballos durante el servicio o episodios en los que los animales se desbocaron y escaparon del control de sus conductores, han intensificado el debate sobre la viabilidad de mantener esta tradición en el contexto de una ciudad densamente poblada y en constante transformación.