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El estudio, elaborado por el McKinsey Health Institute (MHI) y publicado el 4 de septiembre de 2025, analiza 18 intervenciones agrupadas en ocho áreas clave.

Un reciente informe de la consultora estratégica global McKinsey & Company revela que invertir en envejecimiento saludable en Estados Unidos puede generar un retorno económico y sanitario tres veces superior al monto invertido. Este hallazgo adquiere especial relevancia ante la proyección de que, para 2030, uno de cada seis habitantes del planeta tendrá 60 años o más, lo que plantea desafíos y oportunidades para gobiernos, empresas y la sociedad en su conjunto.

El estudio, elaborado por el McKinsey Health Institute (MHI) y publicado el 4 de septiembre de 2025, analiza 18 intervenciones agrupadas en ocho áreas clave, todas orientadas a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y a impulsar el crecimiento económico. Según el documento, “por cada dólar invertido en envejecimiento saludable, se pueden obtener tres dólares en beneficios económicos y sanitarios”, una cifra que subraya el potencial de estas políticas para transformar el paradigma del envejecimiento.

El análisis de McKinsey & Company se basa en datos públicos recientes y proyecciones hasta 2030, con una metodología conservadora que prioriza la prudencia en la estimación de beneficios. El informe identifica ocho grandes áreas de intervención:

  1. Apoyo a la participación social
  2. Inversión en ciencia
  3. Fortalecimiento del sistema sanitario
  4. Abordaje de los determinantes sociales
  5. Promoción del bienestar impulsado por el consumidor
  6. Provisión de tecnología
  7. Inclusión financiera
  8. Mejora de la seguridad pública.
El retorno económico y sanitario
El retorno económico y sanitario de invertir en longevidad supera la inversión inicial (Imagen ilustrativa Infobae)

Cada una de estas avenidas agrupa iniciativas concretas, desde programas de voluntariado y educación continua hasta subsidios para modificaciones en el hogar y tecnologías de recordatorio de medicación.

Intervenciones de alto impacto

Entre las intervenciones analizadas, se destacan varias por su impacto demostrado y su viabilidad de implementación. Por ejemplo, las modificaciones en el hogar —como la instalación de barras de apoyo, rampas o mejor iluminación— han reducido las caídas en adultos mayores en un 38%, según el informe. Este tipo de intervenciones no solo disminuyen los costes médicos asociados a lesiones, que superan los USD 50.000 millones anuales en Estados Unidos, sino que también mejoran la autonomía y la calidad de vida de las personas mayores.

La tecnología de recordatorio de medicación también ocupa un lugar central. El uso de dispositivos como dispensadores automáticos o asistentes virtuales ha mostrado un retorno de la inversión de 7,6 veces el monto invertido. Dado que la falta de adherencia a los tratamientos afecta a la mitad de los adultos mayores y puede derivar en hospitalizaciones costosas, estas soluciones tecnológicas permiten un manejo más independiente de las enfermedades crónicas y generan ahorros significativos en el sistema de salud.

La población mayor juega un
La población mayor juega un papel decisivo en el bienestar económico del país (Imagen Ilustrativa Infobae)

El transporte médico no urgente es otra intervención destacada. Programas que facilitan el acceso de los adultos mayores a consultas médicas mediante servicios de transporte han evitado gastos elevados por visitas a urgencias y hospitalizaciones, con un retorno de 1,5 veces la inversión. Además, los programas de voluntariado, como los coordinados por AmeriCorps Seniors, han demostrado beneficios tanto económicos como sociales: el 84% de los adultos mayores que participan en estas iniciativas reportan una salud estable o mejorada tras un año de servicio, y el valor económico de las horas de voluntariado es considerable.

Cohesión social y colaboración multisectorial

Más allá de los beneficios cuantificables, McKinsey & Company subraya el impacto cualitativo de estas intervenciones. Mejorar la calidad de vida, fomentar la cohesión social y promover la equidad son objetivos fundamentales. El informe destaca que las relaciones sociales significativas son uno de los principales predictores de salud y felicidad en la vejez. Invertir en programas que faciliten la integración social, la comunicación familiar y el acceso a espacios verdes contribuye a una sociedad más cohesionada y equitativa.

“Invertir en el envejecimiento saludable no solo es una cuestión de justicia social, sino que representa un motor potencial de crecimiento económico y de reducción del gasto público”, enfatiza el documento.

El éxito de estas políticas, según el informe, depende de un enfoque colaborativo que involucre a los sectores público, privado y social. “El éxito de las inversiones en envejecimiento saludable depende de la colaboración entre sectores público, privado y social”, señala el documento. El sector público puede liderar la planificación estratégica y la evaluación de resultados, mientras que el sector privado tiene la oportunidad de desarrollar productos y servicios adaptados a las necesidades de los adultos mayores, quienes en Estados Unidos concentran el 30% de la riqueza nacional.

Las organizaciones sin fines de lucro y la sociedad civil, por su parte, desempeñan un papel clave en la implementación y difusión de buenas prácticas.

Ocho áreas de intervención impulsan
Ocho áreas de intervención impulsan la calidad de vida en la vejez (Imagen ilustrativa Infobae)

Ejemplos concretos de este enfoque multisectorial se observan en estados como California y Ohio, que han desarrollado planes estratégicos para el envejecimiento con objetivos claros y mecanismos de seguimiento. A nivel internacional, Singapur ha implementado un plan de acción integral que promueve la salud física y mental, la participación social y el apoyo a la autonomía de los adultos mayores, aplicando varias de las intervenciones recomendadas por McKinsey & Company.

El informe concluye que, ante el cambio demográfico global, existe una oportunidad única para transformar la percepción del envejecimiento: de ser visto como una carga social, puede convertirse en un motor de crecimiento económico y cohesión social si se adoptan políticas e inversiones adecuadas.

Mirada internacional

El análisis indica que las lecciones aprendidas en Estados Unidos pueden ser adaptadas en otros países con poblaciones envejecidas, ya que el desafío demográfico es global. Promover el envejecimiento saludable resulta, según el informe, una inversión estratégica con impacto tanto en la sostenibilidad fiscal como en la equidad y la inclusión social.