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Expolicías armados protestan por la
Expolicías armados protestan por la inseguridad en Puerto Príncipe, (Haití)

(Desde Washington, Estados Unidos) Un trabajo silencioso de la diplomacia de Estados Unidos aplacó la resistencia de Brasil y el lobby cubano para lograr que todos los países de la OEA apoyen la creación de una Fuerza de Supresión de Pandillas en Haití, destinada a terminar con las bandas de narcotraficantes que asolan a la diminuta isla del Caribe.

Junto a la diplomacia estadounidense trabajaron el secretario General de la OEA, Albert Ramdin, y el embajador argentino Carlos Cherniak, que ejecutó las órdenes que llegaban desde su Cancillería.

Al otro lado de la mesa se alinearon Brasil, México, Colombia, Bolivia, Chile, Honduras, Uruguay y un puñado de islas caribeñas que actúan a la sombra del régimen cubano que regentea Miguel Díaz-Canel.

Los representantes diplomáticos de Lula da Silva, Claudia Sheinbaum y Gustavo Petro rechazaban la propuesta de Donald Trump para Haití alegando que tenía una redacción que contradecía su perspectiva ideológica.

En este contexto, Ramdin y Cherniak jugaron sus piezas para ajustar el wording de la iniciativa, mientras que Lee Lipton -representante interino de Estados Unidos- acercaba posiciones con los habituales aliados de Washington.

La suma de los esfuerzos de Lipton, Ramdin y Cherniak logró un resultado geopolítico que hasta ahora no había sucedido con la situación dictatorial en Venezuela. Haití unió en la OEA, las partes de una región que fue fracturada por el régimen de Nicolás Maduro.

Lula da Silva y Nicolás
Lula da Silva y Nicolás Maduro durante una reunión oficial en Brasilia, (Brasil)

La iniciativa de Estados Unidos solicita a todos los países de la OEA su respaldo a un proyecto que la Casa Blanca presentó en la ONU para crear una Fuerza de Supresión de Pandillas en Haití.

En sus aspectos más importantes, el proyecto apoyado por unanimidad en la OEA sostiene lo siguiente:

-“Reconocemos el papel central de las Naciones Unidas en la promoción y el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Reconocemos también que la violencia perpetrada por grupos criminales organizados y pandillas en Haití, incluso fuera de un conflicto armado, amenaza vidas y medios de subsistencia, así como la paz y la seguridad regionales”.

-“Apoyamos el establecimiento de una Oficina de Apoyo de la ONU para Haití (UNSOH) y la transición de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) hacia una nueva fuerza enfocada en el establecimiento de un entorno seguro y estable, que permita a las autoridades haitianas restaurar y mantener el Estado de derecho, incluso mediante el desmantelamiento de las pandillas

-“Considerando que la paz requiere más que operaciones de seguridad, apoyaremos los esfuerzos liderados por Haití para abordar las causas y factores que originan la violencia, la debilidad de las instituciones democráticas, la corrupción, la pobreza y las persistentes y profundas desigualdades sociales, así como el acceso limitado a la educación y a los servicios públicos esenciales”.

-“Reafirmamos que el camino a seguir para Haití debe seguir siendo liderado por los propios haitianos, con plena apropiación de sus instituciones y de la sociedad civil”.

-“La asistencia humanitaria, el desarrollo socioeconómico a largo plazo, la protección de los miembros de grupos vulnerables y el respeto de los derechos humanos y del derecho internacional deben permanecer en el centro de nuestro esfuerzo colectivo”.

-“La OEA, CARICOM y la ONU deben actuar en plena coordinación para garantizar coherencia, legitimidad y eficacia”.

Xi Jinping y Vladimir Putin
Xi Jinping y Vladimir Putin durante un acto oficial en Beijing, (China)

Estados Unidos, junto a Panamá, propuso al Consejo de Seguridad de la ONU que se cree una “Fuerza de Supresión de Pandillas” para derrotar al crimen organizado en Haití.

Sería una misión de 5.500 efectivos con capacidad de arresto y equipada con fuerza letal para combatir a las bandas de narcotraficantes.

El proyecto conjunto de Estados Unidos y Panamá también establece la creación de una oficina de la ONU en Haití para garantizar el apoyo logístico y operativo.

La creación de un bureau de Naciones Unidas en Puerto Príncipe también es una iniciativa clave. Hasta ahora, todo se manejó a la distancia y la burocracia jugó a favor de las bandas criminales.

El Consejo de Seguridad de la ONU tiene cinco miembros permanentes con poder de veto: China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia. Si cualquiera de los miembros permanentes veta un proyecto, la iniciativa diplomática bajo tratamiento cae indefectiblemente.

Donald Trump y Keir Starmer
Donald Trump y Keir Starmer at Trump durante un encuentro oficial en Turnberry, (Escocia, Inglaterra)

Donald Trump tiene el apoyo de Emmanuel Macron y Keir Starmer, pero necesita el respaldo de Xi Jinping y Vladimir Putin, que están enfrentados con el Presidente de Estados Unidos.

Xi cuestiona los aranceles impuestos a las exportaciones chinas, y Putin aguarda que la Casa Blanca promueva nuevas sanciones contra Rusia por la invasión del Ejército ruso a Ucrania.

Si la votación en el Consejo de Seguridad fuera hoy, la iniciativa de Estados Unidos sería vetada por Moscú y Beijing.

Entonces, el objetivo básico de la administración Trump es lograr que China y Rusia se abstengan, cuando se ponga a consideración el proyecto presentado en la ONU.

Esta semana, las Naciones Unidas son el escenario de una compleja negociación para lograr que Xi y Putin no traben la iniciativa de Trump para Haití.

Una tarea difícil si se observa la tensión política global.