
El despliegue de vehículos autónomos en las calles de Manhattan y el centro de Brooklyn marca un nuevo capítulo en la relación de Nueva York con la tecnología de movilidad. La empresa Waymo ha recibido autorización para iniciar pruebas de hasta ocho de sus robotaxis en estas zonas, según informó The Associated Press.
Este programa piloto, que se extenderá hasta finales de septiembre, no contempla el transporte de pasajeros, ya que la normativa local aún no lo permite. Cada vehículo deberá contar con un operador de pruebas al volante durante sus recorridos por el denso entramado urbano.
La presencia de Waymo en Nueva York representa una expansión significativa de sus operaciones, que ya incluyen ciudades como Austin, Phoenix, San Francisco, Los Ángeles y Atlanta.

Annabel Chang, responsable de políticas de la compañía, expresó: “Estamos complacidos de haber alcanzado este siguiente paso en la ciudad de Nueva York”. La empresa busca adaptar su tecnología a uno de los entornos urbanos más complejos de Estados Unidos, donde la interacción con peatones, ciclistas y el tráfico intenso supone un desafío considerable.
El año pasado, las autoridades de Nueva York establecieron un marco de requisitos de seguridad específico para la experimentación con vehículos autónomos. Según declaraciones recogidas por The Associated Press, la ciudad se caracteriza por “albergar algunos de los entornos urbanos más desafiantes para los vehículos autónomos”. Esta regulación exige, entre otras medidas, la presencia obligatoria de un operador humano en cada unidad durante las pruebas.
El alcalde Eric Adams subrayó el compromiso de la administración local con la seguridad vial en el contexto de la innovación tecnológica. En un comunicado difundido el viernes, afirmó: “A medida que seguimos implementando una innovación responsable, siempre daremos prioridad a la seguridad en las calles”. La iniciativa de Waymo se enmarca en una tendencia creciente de adopción de robotaxis en grandes áreas metropolitanas de Estados Unidos, aunque Nueva York mantiene una postura cautelosa al limitar por ahora el transporte de pasajeros y exigir supervisión humana directa.

Ocho vehículos autónomos circularán por las calles de Manhattan y el centro de Brooklyn hasta finales de septiembre, bajo estrictas condiciones de seguridad y sin pasajeros a bordo, mientras la ciudad evalúa el impacto y la viabilidad de esta tecnología en uno de los escenarios urbanos más exigentes del país.