
(Desde Miami, Estados Unidos) Con diferentes estrategias diplomáticas, Vladimir Putin y Xi Jinping avanzan en una agenda común que tiene como objetivo consolidar los niveles de dependencia comercial y financiera de América Latina con Rusia y China.
Por ejemplo, Putin se apalanca en su producción de fertilizantes que vende a Brasil, mientras Xi facilita la construcción de infraestructura a Perú. Y en ambos casos, la pretensión es idéntica: sumar aliados regionales para consolidar un proyecto global que ubica a Estados Unidos como principal enemigo ideológico.
“Rusia es una potencia revisionista. Putin está decidido a ser el destructor del mundo político actual. Creo que Putin que quiere moldear la estructura mundial, piensen en la guerra con Ucrania. Está claro que quiere hacer Rusia, cuando trata con Latinoamérica. Rusia quiere crear tipos específicos de dependencia en ciertos países de América Latina”, sostuvo Vladimir Rouvinski, director del Centro de Estudios Interdisciplinarios, durante su presentación en la Conferencia de Seguridad Hemisférica.
Y agregó: “Rusia logró crear una dependencia de Brasil, ya que controla el 40% de la cadena de suministro de fertilizantes. Si Rusia decidiera cortar el suministro de fertilizantes, esto será catastrófico no solo para el sector agrícola brasileño, sino también para los países que dependen del suministro de alimentos”.
Junto al ejemplo de la vinculación dependiente de Lula da Silva con Putin, el profesor Rouvinski planteó que el Kremlin está decidido en consolidar sus posiciones comerciales y financieras en la región.
“Me gustaría decir que no debemos subestimar el riesgo que representa la participación rusa en la región. Los rusos están aquí, los rusos han regresado, los rusos están en todas partes en Latinoamérica. Pueden participar rápidamente cuando se presenta una oportunidad. Rusia es un actor clave. Así que esto es algo que debemos tener en cuenta”, concluyó Rouvinski.
A continuación, Jessica Ludwig -becaria del Instituto George W. Bush-, hizo una descripción sobre los objetivos estratégicos que persiguen China y Rusia con su desembarco profundo en América Latina.
En este contexto, Ludwig desarrolló tres argumentos significativos:
-“China necesita muchas materias primas para mantener su economía en marcha. Por eso, han buscado en el resto del mundo lo que Latinoamérica tiene que ofrecer en ese sentido, además de productos agrícolas. También buscan mercados para la capacidad tecnológica que han estado desarrollando".
-“Tanto China como Rusia han adoptado un enfoque estratificado para proyectar su propaganda, aprovechando la polarización social y las divisiones que ya existen dentro de los países de la región, así como en las dinámicas intrarregionales.
-“Creo que tanto China como Rusia son regímenes inherentemente expansionistas, ¿no? Cuanto más poder acumulan, para conservarlo, tienen que ir más allá. Tienen que ampliar los límites. Y vemos que esto se manifiesta no solo en los límites de sus propias fronteras, sino en lugares mucho más lejanos, incluso en América".

Cuando promediaba el panel, tocó el turno de Nancy Arellano Suárez, directora del programa Cedro. Durante su exposición, Arellano Suárez describió la dependencia financiera de Maduro con Xi, y la capacidad de la dictadura venezolana para montar operaciones mediáticas a través de TeleSur, que benefician a China y Rusia.
“Sabemos que China, por ejemplo, es el mayor acreedor de Venezuela con 60 mil millones de dólares. Para que nos hagamos una idea, casi la mitad de la inversión de los bancos chinos se ha dado en Venezuela y no es casualidad, pese a ser un régimen fallido. Venezuela tiene material estratégico que puede ser causal de una guerra, y China los puede tener bajo control como una suerte de deuda eterna", afirmó Arellano Suárez durante su exposición en la Conferencia de Seguridad Hemisférica.
y completó: “Entonces, a esto le debemos sumar toda la plataforma TeleSur, que ha permitido abrir una plataforma de influencia cultural y de desinformación y de contra información, para incidir en una región que definitivamente representa la pugna por el poder global”.