
El estadounidense Robert Francis Prevost, conocido ahora como León XIV, ha hecho historia al convertirse en el primer Papa nacido en los Estados Unidos.
Su elección marca un hito en la Iglesia Católica, siendo el cuarto Pontífice del siglo XXI, tras Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco I. Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, León XIV asume el liderazgo de la Iglesia tras el fallecimiento de su predecesor, el Papa Francisco.
Prevost, cuya trayectoria combina un sólido servicio pastoral y una destacada gestión administrativa, ocupaba previamente el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidía la Pontificia Comisión para América Latina desde enero de 2023.
Su experiencia en estos roles fue clave para posicionarlo como uno de los principales candidatos para suceder a Francisco. Ahora, como máximo representante de la Iglesia Católica, su liderazgo promete estar marcado por su formación académica, su experiencia misionera y su capacidad para conectar con diversas comunidades.
La formación académica de León XIV es notable. Después de completar su educación secundaria en 1973, obtuvo una licenciatura en Ciencias Matemáticas en la Universidad Vilanova, una institución católica perteneciente a la Orden de San Agustín en Pensilvania.

Posteriormente, cursó una maestría en Divinidad en la Catholic Theological Union en Chicago y alcanzó una licenciatura y un doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma. Este sólido bagaje educativo ha sido fundamental para su desempeño en los diversos roles que ha ocupado dentro de la Iglesia.
Además de su formación académica, León XIV es políglota. Habla inglés, español, italiano y portugués, y también tiene conocimientos de latín y alemán. Su dominio del español y su profundo conocimiento de América Latina han sido esenciales para establecer vínculos significativos con las comunidades locales, especialmente durante su misión en Perú.
La relación de León XIV con Perú ha sido particularmente destacada. En 1985, fue enviado como misionero a la región de Chulucanas, en Piura, donde trabajó como vicario parroquial de la catedral y canciller de la Prelatura Territorial.
Durante su tiempo en el país, no solo se dedicó a la evangelización, sino que también desempeñó un papel crucial en la formación de nuevos sacerdotes.

Tras un breve regreso a los Estados Unidos en 1988, donde asumió el cargo de director vocacional y de misiones para la provincia agustiniana de Chicago, volvió a Perú, consolidando aún más su conexión con el país. En 2015, esta relación se formalizó cuando obtuvo la nacionalidad peruana.
El 12 de diciembre de 2014, el Papa Francisco lo nombró obispo titular de Sufar y administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, Perú. Este nombramiento subrayó su compromiso con la región y su capacidad para liderar en contextos diversos.
Su experiencia en Perú y su liderazgo en la Orden de San Agustín han sido pilares fundamentales en su trayectoria dentro de la Iglesia.
Con su designación como León XIV, Robert Francis Prevost no solo se convierte en el primer Papa estadounidense, sino que también lleva consigo una rica experiencia pastoral y administrativa, así como una profunda conexión con América Latina.
Su capacidad para comunicarse en varios idiomas y su formación académica lo posicionan como un líder preparado para enfrentar los desafíos de la Iglesia en el siglo XXI.